En dos años Ecuador mudó su política exterior, ahora apuntala la Alianza del Pacífico y Prosur
Encuentro de Presidentes de América del Sur 2019, en Chile, el 22 de marzo. Ahí acordaron el nacimiento del bloque PROSUR.
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Aunque no fue un camino evidente en el inicio, la política exterior del Ecuador ha tenido un giro, cada vez más sostenido y pronunciado. Similar a lo que ocurre en la mayor parte de la región.
El presidente Lenín Moreno ha hecho cuatro movimientos clave, en ese sentido:
- Reemplazar a María Fernanda Espinosa por José Valencia en la Cancillería.
- Denunciar la falta de voluntad política del presidente venezolano Nicolás Maduro y alejarse de la Alianza Bolivariana para Nuestros Pueblos de América (ALBA).
- Anunciar la salida del Ecuador de la Unión de Naciones del Sur (Unasur).
- La renovación de la cooperación con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).
La misma línea de transición se puede observar en otros países de la región, especialmente en Argentina, Brasil, Perú y Colombia. Estos movimientos geopolíticos han debilitado las estructuras creadas por los gobiernos predecesores, principalmente aquellos de la tendencia del socialismo del siglo XXI.
Los exmandatarios Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Cristina Fernández, Lula Da Silva, José Mujica y otros, dieron vida a diversos bloques, para impulsar la unidad regional. De ellos queda muy poco ahora.
En el siguiente gráfico se puede observar qué países se unieron a las iniciativas como la ALBA, Unasur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Sin embargo, de esos ambiciosos proyectos ahora quedan solo los nombres y unos pocos miembros activos, como Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua, que mantienen gobiernos de la tendencia socialista.
Por ejemplo, la ALBA empezó su declive con la muerte de Chávez y empeoró con la crisis económica y humanitaria en Venezuela. Además, en agosto de 2017 se creó el Grupo de Lima, con 14 países de los más grandes de la región, para exigir medidas democráticas en Caracas.
Aunque Ecuador no participó en el Grupo, un año después marcó distancia con Maduro y anunció su salida de la ALBA. Y este es el único reducto de apoyo del sucesor de Chávez. Fuera de la misma Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua, los demás miembros son las islas más pequeñas del Caribe.
Poco tiempo después vino el desmoronamiento de la Unasur. Empezó con la decisión de Colombia, en agosto de 2018, de abandonar el bloque. Le siguió Ecuador, en marzo de 2019. Y se sumaron Paraguay, Argentina, Brasil, Chile y, recientemente Perú.
Así, de los 12 países del grupo, ahora solo quedan cinco: Venezuela, Bolivia, Uruguay, Surinam y Guyana.
Sin embargo, el organismo ha estado bloqueado desde enero de 2017, cuando salió su último secretario General, Ernesto Samper, y no hubo acuerdo para poner a su sucesor.
Finalmente, el presidente Moreno anunció también que recuperará el edificio de la sede en Quito, que había sido donada por el expresidente Rafael Correa.
Todo esto declinó también en una relativa parálisis de la Celac, nacida en 2011, con la Declaración de Caracas.
Aunque este organismo fue idea de México, los gobiernos socialistas de ese entonces lo vieron como un posible reemplazo o competencia para la Organización de Estados Americanos (OEA). Ya que la CELAC reúne a los 33 países del continente, excepto Canadá y Estados Unidos, con quien mantenían una relación -al menos- distante.
La ambiciosa iniciativa logró acercamientos regionales con la Unión Europea, China, India, Japón, Rusia y Turquía. Sin embargo, ha estado estancada debido a los vaivenes políticos en Latinoamérica.
La Celac está divida, precisamente, entre el bando mayoritario, que está dentro del Grupo de Lima o lo respalda, y los restantes miembros de la ALBA. Esta división ideológica ha impedido la celebración de reuniones sectoriales y ministeriales.
Incluso, por primera vez desde su creación, en 2018 no se celebró la cumbre anual de jefes de Estado. Y El Salvador tuvo que mantener la Presidencia Pro Tempore por un año más. Desde enero de este año, Bolivia asumió el cargo.
El nuevo horizonte geopolítico de Ecuador
En medio de la transición política regional, Ecuador intenta consolidar nuevas alianzas estratégicas, políticas y comerciales.
El mismo presidente Moreno ha encabezado las reuniones para acercar a Ecuador a la Alianza del Pacífico y para crear el Foro para el Progreso de América del Sur.
En julio pasado, Moreno pidió, en Lima, la incorporación de Ecuador como Estado asociado de la Alianza del Pacífico, ente que impulsa el libre comercio y el multilateralismo.
Ecuador se mantiene activo en lo que se refiere a este foro. Los próximos lunes 9 y martes 10 de septiembre de 2019 se realizará en Quito el Encuentro Iberoamericano sobre la Alianza del Pacífico, un encuentro empresarial en el que se prevé la presencia del presidente Moreno.
El objetivo es ser miembro pleno en el transcurso de este año. Uno de los requisitos para concretarlo es tener un acuerdo comercial bilateral con los países miembros: Chile, Perú, Colombia y México. El único que le hace falta a Ecuador es el último.
"Buscamos que nuestro país tenga presencia sólida y estratégica en la región y en el mundo"
José Valencia, canciller de Ecuador
Asimismo, en el Encuentro de Presidentes de América del Sur, en marzo, Moreno firmó una declaración junto con Chile, Colombia, Argentina, Brasil, Perú y Paraguay, para crear un nuevo bloque regional que reemplace a la Unasur bajo el nombre de Prosur.
La idea, nacida del presidente chileno, Sebastián Piñera, tuvo acogida. Y se planteó, como requisito para ser miembros, que los estados deberán contar con una democracia plena, separación de poderes y respeto a los derechos humanos. Esto, para los participantes en la cita, deja por fuera a Venezuela.
La idea, según los mandatarios, es contar con un nuevo espacio que permita el diálogo y el encuentro, sin ideologías. Sin embargo, así también fue como nacieron la Unasur y la Celac, en sus respectivos inicios.
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