La pandemia complica aún más a las infravaloradas elecciones primarias
Valla publicitaria de César Rohón, uno de los precandidatos del PSC a la Presidencia de la República.
@MemeBipoIar
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Los procesos de democracia interna o elecciones primarias son un requisito establecido en la Constitución y el Código de la Democracia. En teoría, deberían servir para que los militantes de una agrupación escojan a sus candidatos.
En procesos electorales anteriores este requisito se convirtió únicamente en un mero trámite. Algo que, al parecer, no cambiará para el proceso de 2021: sin haberse concretado las primarias, ya existen ocho precandidatos que no tienen competencia en sus organizaciones.
El mayor ejemplo del 'fracaso' de las primeras fue lo que ocurrió históricamente con Alianza PAIS, movimiento que alcanzó una hegemonía electoral durante 12 años, entre 2007 y 2018.
Por ejemplo, para elegir a su último binomio presidencial, en 2016 el movimiento 'verdeflex' convocó a una convención en el Estadio del Aucas, en el sur de Quito.
Por el alto parlante se leyeron los nombres de Lenín Moreno y Jorge Glas. Y todos los asistentes levantaron su credencial en señal de aprobación, eligiéndolos por aclamación.
De esta manera, fue constituido el binomio -que resultó ganador- sin que los representantes de las bases políticas de la organización tuvieran otra opción. La elección oficial ya se había hecho previamente en un buró reducido de dirigentes políticos, encabezado por Rafael Correa.
Este tipo de primarias están consideradas en el Código de la Democracia como elecciones representativas. Es decir, representantes de las jurisdicciones son los encargados de votar.
En el caso de los partidos y movimientos nacionales deben acudir representantes de las directivas provinciales, en el de las organizaciones provinciales asisten los dirigentes cantonales y así sucesivamente.
Además, la norma considera otros dos tipos de primarias:
- Elecciones abiertas: Con voto libre para todas las personas empadronadas a nivel nacional, sin importa sin son adherentes de la organización.
- Elecciones cerradas: Con voto libre exclusivo para todos los adherentes de los partidos y movimientos.
La emergencia redujo las opciones
Luego de la negativa de la mayoría de organizaciones políticas para aplazar las elecciones, las primarias y demás diligencias preelectorales deben adaptarse a la 'nueva normalidad' por el coronavirus.
Los espacios de democracia interna, sobre todo, tienen que hacer cambios por las restricciones de aglomeración de personas y desplazamientos entre cantones y provincias.
Solo en la convención Alianza PAIS de octubre de 2016, por ejemplo, al Estadio del Aucas asistieron unas 22.000 personas.
Ahora, las organizaciones han elegido mayoritariamente las primarias representativas, a través de reuniones telemáticas.
Hasta el viernes 7 de agosto de 2020, el Consejo Nacional Electoral había recibido la solicitud de acompañamiento para las primarias de nueve de las 22 organizaciones habilitadas para los comicios.
Y solo cinco ya han confirmado las fechas para sus elecciones internas:
Pero, no solo los problemas por la emergencia deberán afrontar las organizaciones. También tendrán que tratar con un problema legal y de cronograma.
El período para las primarias concluirá el 23 de agosto mientras que el plazo para inscribir alianzas será posterior.
Geovanny Atarihuana, director de Unidad Popular, cree que esto debería ser al revés. En el caso de su organización, por ejemplo, sus primarias serán el 15 de agosto.
Pero -a la par- Unidad Popular mantiene conversaciones para una alianza con Pachakutik, que tendrá sus primarias el 22 de agosto.
Según lo conversado en el último consejo consultivo de las organizaciones, explica Atarihuana, en el caso de que se llegue a concretar alianzas luego de las primarias, las organizaciones que participen de los acuerdos deberán alcanzar un consenso para armar sus listas.
Precandidatos se miden
De cara a los procesos internos los partidos y movimientos políticos se dividen en tres.
Por un lado, están aquellos que ya han definido a su candidato y las primarias se harán solo para cumplir el requisito. El caso que más evidencia esto es el de Creo, que candidatizará por tercera vez a Guillermo Lasso.
También ocurre esto con SUMA, Libertad Es Pueblo y Sociedad Patriótica, que tienen a Guillermo Celi, Fernando Balda y Lucio Gutiérrez, respectivamente.
En el segundo grupo de organizaciones, en cambio, no se ha hablado de precandidatos presidenciales. Estas organizaciones se convertirán en posibles aliados de otros candidatos.
O, a su vez, podrán dar plataforma a posibles candidatos sin partido como Isidro Romero, Otto Sonnenholzner y Álvaro Noboa. Avanza y Unión Ecuatoriana son algunos de los que están en esa situación.
Finalmente, en organizaciones como el Partido Social Cristiano (PSC), Pachakutik y el movimiento correísta (RC) todavía hay varias opciones.
Los precandidatos han comenzado una especie de precampaña en redes sociales, como para evaluar cuál sería su aceptación en el caso de una eventual candidatura.
Cristina Reyes (PSC) y Marcela Aguiñaga (RC), por ejemplo, difundieron promocionales sobre sus precandidaturas. Y César Rohón (PSC) ha puesto vallas en sitios concurridos de Guayaquil.
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