Podrá Pachakutik capitalizar la fuerza demostrada en las calles por la Conaie
El movimiento indígena puso a prueba su poder de movilización durante las protestas contra de la eliminación de los subsidios de la gasolina extra y el diésel.
Líderes indígenas se reúnen para organizar la movilización, el 8 de octubre de 2019, en El Arbolito.
Adriana Noboa
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Actualizada a las 14:00 con la aclaración sobre la guardia indígena.
La Conaie recibió respaldos durante las protestas de inicios de octubre, pero también hubo detractores. Será trabajo de Pachakutik, el brazo político del movimiento indígena, convertir esa fuerza en votos para los procesos electorales venideros.
Pese a las aristas políticas, sociales y violentas que tuvo el reciente paro nacional, el movimiento indígena fue su protagonista.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) encabezó la multitudinaria protesta que se mantuvo en el parque El Arbolito, en el centro de Quito, que llevó al gobierno a restablecer los subsidios.
Los líderes de las tres filiales de la Conaie participaron en las movilizaciones de cada regional: Costa (Conaice), Sierra (Ecuarunari) y Amazonía (Confeniae).
Pero muy cerca de Jaime Vargas -el controvertido presidente de la Conaie- estuvieron Leonidas Iza, del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC), y Marlon Santi, coordinador Nacional de Pachakutik.
Sin embargo, pese a la constante presencia de Santi, en los últimos meses la relación Conaie-Pachakutik ha tenido momentos de choque y no está del todo clara su interacción.
Una es la imagen y discurso de Vargas y Santi en los encuentros con el gobierno y la prensa, otra es la de sus representantes políticos en la Asamblea Nacional.
Pachakutik ha sido el brazo político del movimiento indígena desde los 90. Sin embargo, esta vez los que tomaron el liderazgo fueron los líderes sociales, no los representantes políticos.
Incluso, en la rueda de prensa del 14 de octubre, Vargas se declaró "presidente de todos los ecuatorianos", no solamente del movimiento indígena.
Y este 19 de octubre, Vargas incluso llamó a los indígenas a "crear nuestro propio ejército", con la guardia comunitaria y los ex-combatentes indígenas, para que defienda sus territorios y comunidades.
Efrén Guerrero, académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, explica que se trata de dos instituciones distintas, aunque siempre ligadas.
La Conaie es un movimiento social indígena, diverso y complejo (una organización identitaria con su propio sistema de representación, movilización, asambleario, de rendición de cuentas, de gestión). Pero Pachakutik es una institución política, electoral, estatutaria.
Para Guerrero, el movimiento indígena es ambivalente. Demostró que ha aumentado su músculo político y que tiene capacidad de movilización y acción social en el país. Pero, a la vez, quedó golpeado frente al resto de la población, ante los mestizos que son mayoría.
Y si Pachakutik vuelve a aparecer en las papeletas electorales sentirá este impacto. Aunque, después de esto, "todos los partidos van a querer negociar con la Conaie para estar dentro de las listas".
Jorge Guamán, prefecto de Cotopaxi por Pachakutik, considera que el movimiento se fortaleció y se visibilizó mejor su organización, no solo a escala nacional sino internacional. Por lo que creen que "han pasado a ser actores principales en la vida política del país".
Sin embargo, aclara que el tema electoral no es la prioridad única. Por lo que se concentrarán en abrir un debate interno sobre la estructura del Estado y su economía.
Su aspiración es construir un sistema económico y un modelo de gestión distintos. Esto lo trabajarán con las bases y asambleas, así como con las autoridades locales.
Guamán explica que la Conaie y de Pachakutik comparten los mismos actores; aunque en el segundo no todos los miembros son parte de la Conaie, por lo que desde las asambleas provinciales "se tomarán las decisiones necesarias para construir ese modelo".
Esta diferencia de actuaciones, e incluso de posiciones ideológicas, especialmente en este periodo legislativo, hizo que Vargas se viera obligado a enfatizar que ambos organismos están ligados y que el movimiento indígena se está preparando para presentar cuadros electorales en 2021, bajo la bandera de Pachakutik.
Y, aunque en distintas provincias, los dirigentes de las manifestaciones fueron autoridades locales electas por Pachakutik, también hubo desencuentros con algunos, como Cléver Jiménez, prefecto de Zamora:
En los días de convulsión que vivió el país, en Quito no se notó la presencia de Pachakutik desde su estructura político partidista. En general, la Asamblea Nacional fue una de las instituciones ausentes en esos momentos.
Aunque, el mismo César Litardo, titular del Legislativo, dijo después que sí mantuvieron conversaciones con los asambleístas de Pachakutik sobre cómo restaurar la paz en el país. Y se supo que en una de esas reuniones se habló también de un posible escenario de sucesión presidencial.
Fue por eso que la legisladora correísta, Marcela Aguiñaga, los calificó de golpistas "porque se negaron a tratar la conmoción social" y "se reunieron para ver cuál era la línea sucesora". Según ella, algunos líderes de izquierda engañaron a las bases del movimiento indígena con sus discursos.
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