Desplantes, fallas de protocolo y una pizca de ternura marcaron la posesión de Noboa
Guillermo Lasso llegó tarde al cambio de mando, y no hubo quien lo reciba a su llegada a la Asamblea. El hijo menor del presidente, Alvarito, entró al Palacio Legislativo sin zapatos y se ganó los suspiros de los asistentes.
Daniel Noboa y su familia en su ingreso a la Asamblea Nacional. Quito, 23 de noviembre de 2023
Asamblea Nacional
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La ceremonia de posesión de Daniel Noboa fue rápida. Con discursos cortos y saludos breves, duró poco más de una hora. Pero en ese tiempo, los desplantes y las roturas del protocolo marcaron la tónica.
Desde tempranas horas, los invitados comenzaron a llegar al Palacio Legislativo con sus mejores galas. Familiares y amigos de Noboa, su Gabinete, los asambleístas electos y más invitados desfilaron por la alfombra roja hasta el salón del Pleno, en donde se realizaría la ceremonia. Esta estaba agendada para las 11:00.
Noboa llegó a tiempo. Fiel a su tradición de ser puntual, según comentó su excolega Wilma Andrade (ID), llegó cinco minutos antes de la hora indicada. Acompañado de su esposa, Lavinia Valbonesi, y de la mano de sus hijos, Luisa (hija de un primer matrimonio) y Alvarito, el presidente entrante caminó por la alfombra roja.
La familia había combinado la vestimenta. Valbonesi vestía un abrigo color morado, del mismo tono que usó toda la campaña de su esposo, y los dos niños iban también vestidos del mismo color, y con zapatos morados.
Pero fue Alvarito quien se llevó las miradas y los suspiros de los asistentes. El niño, de un año y 10 meses, perdió sus zapatos y llegó en medias hasta el hall del Palacio Legislativo. Durante el camino, tambaleante, buscaba de dónde agarrarse para poder seguirle el ritmo a sus padres, hasta que en un momento logró sostenerse del bastón de un miembro de la Escolta Legislativa.
El nuevo presidente de la Asamblea, Henry Kronfle (PSC), nuevo aliado del oficialismo, fue quien lo recibió, y juntos ingresaron hasta el pleno... a esperar al presidente saliente, Guillermo Lasso.
Los invitados atrasados
Guillermo Lasso quiso aprovechar hasta el último minuto en el poder. A la víspera del cambio de gobierno, decidió realizar su último evento en el Palacio de Carondelet, y éste se extendió. Salió del Centro Histórico de Quito 20 minutos antes de las 11:00 y no llegó a tiempo.
Aprovechando hasta sus últimos minutos en el cargo, Lasso generó malestar en la Asamblea. Él había confirmado que asistiría a la sesión, aunque no estaba obligado a hacerlo. Por lo que la espera tras la llegada de Noboa fue quemar tiempo, pues sin él no había cómo empezar.
En el Palacio Legislativo, todos estaban listos para la posesión de Noboa. Había llegado hasta Alfredo Borrero, el saliente vicepresidente del que siempre se dijo era cercano a los socialcristianos, quien se saludó con un amplio y caluroso abrazo con Kronfle.
Lasso llegó a las 11:15. De la mano de su esposa, María de Lourdes Alcívar, y acompañado de sus hijos y familiares, tuvo que entrar sólo. Kronfle no salió a recibirlo, como dictaba el protocolo, sino que dejó que el presidente saliente se acercara hasta su puesto, en la presidencia del Pleno.
Pero no fue el último en llegar. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, el único mandatario que asistió a la ceremonia, llegó más tarde aún: con 43 minutos de retraso, interrumpiendo el discurso de Kronfle, quien se detuvo unos segundos para saludarlo.
La posesión de Noboa
La parte más ceremonial del evento transcurrió rápidamente. Kronfle tomó juramento a Noboa, luego de lo cual Lasso se sacó la banda presidencial, la entregó a alguien de su equipo, y Kronfle le puso la nueva banda a Noboa.
Después de eso, Lasso bajó las gradas y, junto a su familia, comenzó a salir del salón del Pleno. Aunque todavía no era el momento para que se retire, la Escolta Legislativa anunció su salida y la música comenzó a sonar.
La asambleísta correísta Mónica Palacios no perdió la oportunidad para gritar, como normalmente lo hace en las sesiones del Pleno. A pesar de lo formal de la ceremonia, la legisladora se paró para alzar la voz con un "¡Fuera, Lasso, Fuera!".
Pero minutos después, sentada, tranquila, aplaudió las palabras del discurso de posesión de Noboa, con el que su partido, Revolución Ciudadana, pactó en el Legislativo.
Tras unas también cortas palabras de Noboa como presidente, la ceremonia terminó. Para no repetir los tiernos incidentes con los niños, ellos ya no caminaron por la alfombra roja de salida. Noboa y Valbonesi, esta vez, caminaron solos hasta el auto que los llevó a Carondelet, el espacio que ocuparán los próximos 18 meses.
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