La mitad de los partidos ecuatorianos se debe a un 'caudillo'
El 25 de enero de 2017, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, entregó de manera una cancha de uso múltiple.
Municipio de Guayaquil
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Aunque políticamente están en esquinas opuestas, Jaime Nebot y Rafael Correa tienen una cosa en común: ambos son caudillos.
Alrededor de sus figuras funcionan dos de las organizaciones políticas nacionales con mayor influencia, el Partido Social Cristiano (PSC) y el correísmo, respectivamente.
En el caso del expresidente Correa, sin importar la bandera partidista que represente, la mayoría de sus simpatizantes lo ha seguido, incluso luego de la ruptura con el presidente Lenín Moreno y el movimiento Alianza PAIS.
Primero bajo el paraguas de Alianza PAIS, luego con el Movimiento Acuerdo Nacional (MANA) y ahora con Fuerza Compromiso Social, Correa sigue siendo el caudillo de sus huestes.
En campañas pasadas, posar junto a Correa era sinónimo de una victoria asegurada para los candidatos afines al Socialismo del Siglo XXI.
Incluso en las elecciones seccionales de 2014 se acuñó el slogan: "Votar por (el nombre del candidato), es votar por Rafael".
En el Partido Social Cristiano (PSC) Jaime Nebot, quien fuera 20 años alcalde de Guayaquil, ha sido el máximo dirigente durante más de una década.
El político guayaquileño tomó ese lugar a manera de herencia. Su figura como caudillo reemplazó a la de León Febres Cordero, expresidente de la República.
Luego de que Nebot declinó su candidatura a la Presidencia en 2021, en el PSC cambiaron las prioridades.
Las aspiraciones de llegar a Carondelet con Nebot fueron reemplazadas por una campaña para una consulta popular, un proyecto personal del líder socialcristiano para mantenerse vigente.
Aunque los casos del correísmo y del PSC son los más evidentes por su influencia política, no son los únicos.
En la lista de los 22 partidos y movimientos nacionales existentes hay al menos nueve ejemplos más de caudillos:
A estos nombres se suman tres más que, sin representar una figura política determinante e influyente, tienen partidos políticos que trabajan alrededor de su figura:
- Jimmy Salazar: dirige el Movimiento Justicia Social, que obtuvo su personería de forma cuestionada y hoy está al borde de la eliminación. No tiene mayor peso político y no se conoce que tenga más líderes aparte de Salazar.
- El ex fiscal Washington Pesántez: con su movimiento Unión Ecuatoriana se candidatizó a la Presidencia en 2017 y quedó en último lugar, con el 0,75% de los votos.
- César Montúfar: es el presidente del Movimiento Concertación. Ha sido él único dirigente de esa agrupación que ha ocupado un cargo público, el de asambleísta en el período 2009-2013.
Caudillismo o personalismo
Un caudillo es un líder político y/o militar que tiene gran influencia sobre un grupo de personas y cuya figura puede ubicarse por encima incluso de la ley.
En su ensayo Caudillos y populismos en el Ecuador, el historiador Juan José Paz y Miño enumera varios personajes en la historia política ecuatoriana que marcaron períodos enteros de la vida republicana:
- Período floreano por Juan José Flores.
- Período urvinista por José María Urvina.
- Periodo garciano por Gabriel García Moreno.
- Período veintemillista por Ignacio de Veintemilla.
- Período alfarista por Eloy Alfaro.
- Período placista por Leonidas Plaza.
- Periodo del velasquismo por José María Velasco Ibarra.
El docente y analista político Sebastián Mantilla, por otro lado, explica que en la actualidad el único político que calza en la definición de caudillo es el expresidente Rafael Correa.
Añade que los partidos políticos ecuatorianos caminan más hacia el personalismo político, es decir, la búsqueda de una persona que pueda acarrear una cantidad significativa de apoyo político, económico y ciudadano.
Guillermo Lasso, por ejemplo, agrupa a una buena parte de los empresarios ecuatorianos y de la banca.
"Estamos asistiendo a una profundización del populismo y del personalismo. En 2021 veremos una segunda vuelta con personajes, no con líderes o caudillos".
Sebastián Mantilla Baca.
Para Mantilla Baca los partidos políticos ecuatorianos dejaron de actuar en función de un caudillo y se convirtieron en maquinarias que trabajan en función de las aspiraciones electorales de una persona.
Esto, además, se debe a la debilidad del sistema político y partidista ecuatoriano, dice el analista. La facilidad con la que se aprueban partidos y movimientos permite que quien quiera ser Presidente de la República pueda crear una organización que lo ayude a candidatizarse.
La salida del caudillo
La influencia del caudillo en las organizaciones políticas no se evidencia solo con su presencia, sino también con su ausencia.
Alianza PAIS (AP), por ejemplo, pasó de ser el movimiento hegemónico -con más de una decena de victorias electorales en 10 años- a una estructura sin mayor proyección.
La última señal de su decadencia es la venta de su sede histórica en el hípercentro de Quito.
José Luis Fuentes, analista político, explica que lo que ocurre con AP se debe a que no fue creada como un partido tradicional, sino que fue una amalgama de diferentes organizaciones sociales que confluyeron alrededor de la figura de Correa.
Y la salida del líder, sumada al desgaste provocado por los 10 años de Gobierno de Correa, resultó en una crisis.
No solo Alianza PAIS ha vivido este dilema. Fuentes explica que construir organizaciones alrededor de una sola persona puede provocar que su salida genere un cisma.
Esto, por ejemplo, ocurre con Avanza. Partido que en 2014 nació con éxito en las elecciones seccionales, pero que se desinfló para los comicios de 2019 ante la ausencia de su líder Ramiro González, hoy prófugo y acusado de corrupción.
Partidos como la Izquierda Democrática, el PRE y el PSC también tuvieron sus crisis de este tipo con las salidas de la esfera política de Rodrigo Borja, Abdalá Bucaram Ortiz y de León Febres Cordero, respectivamente, explica Fuentes.
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