"Solos no podremos combatir al crimen organizado": ministro de Defensa
En entrevista con PRIMICIAS el ministro de Defensa, Luis Hernández, reconoce fallas en el intercambio de Inteligencia entre Fuerzas Armadas y Policía, así como problemas en el Sigmar de la Marina.
Luis Hernández, ministro de Defensa en su despacho. 2 de marzo de 2022.
Gonzalo Calvache
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El general Luis Hernández, ministro de Defensa, militar experimentado y héroe de la Guerra del Cenepa, considera que las Fuerzas Armadas necesitan una nueva doctrina para lidiar con los nuevos dilemas de la seguridad interna.
Ante las nuevas amenazas, las Fuerzas Armadas tienen que cooperar estrechamente con la Policía y con otras entidades de control, dice el ministro.
Hernández reconoce que hay fallas en el intercambio de información de Inteligencia entre las Fuerzas Armadas y la Policía, que se están corrigiendo, así como problemas en el Sigmar, que es el sistema de monitoreo de la Armada que fue hackeado, hecho que sigue bajo investigación.
Hernández plantea discutir la creación de una brigada conjunta, integrada por militares de Ecuador y de Colombia, para patrullar la frontera y controlar al crimen organizado.
Existe un plan para modernizar a las FF. AA, que prevé la creación de batallones especializados en riesgos y desastres, agrega el ministro.
Otro puntal contra el crimen organizado será la cooperación de Inteligencia con Colombia, Israel, Gran Bretaña y Estados Unidos.
El crimen organizado es la principal amenaza para la seguridad del Estado. ¿Cuál es el papel de las Fuerzas Armadas en este escenario?
Las Fuerzas Armadas tienen una función específica definida por la Constitución y la Ley, pero al mismo tiempo, tienen funciones complementarias con otras entidades, como la Policía, que permiten que la capacidad militar pueda emplearse para trabajar en el combate al narcotráfico y al crimen organizado.
También somos responsables de la seguridad interna, mientras que la Policía está encargada de la seguridad ciudadana.
Son términos que no se han definido apropiadamente, pero si hay un problema de seguridad interna, de ausencia de soberanía, las Fuerzas Armadas (FF. AA) tienen un rol, que se expresa en el control y conocimiento de lo que ocurre en el territorio nacional, para lo que cuentan con capacidad de movilización rápida, pese a las limitaciones de recursos.
¿Bajo qué mecanismos pueden ejercer el control territorial?
Un mecanismo importante es el sistema de Control de Armas, Municiones y Explosivos (Comex). Implica que, en cualquier lugar del país, las FF. AA. pueden poner un retén para controlar y monitorear armas y otras actividades, como el narcotráfico.
Con esta nueva oleada del crimen organizado, se han aumentado los efectivos que realizan esos controles y los tiempos de las operaciones.
Las FF. AA. no tienen equipamiento al 100%, necesitan protección porque en estos controles son vulnerables. Queremos, a futuro, que los militares cuenten con protección blindada para armas de pequeño calibre, cortas y largas.
¿Cómo marchan las labores de apoyo a la Policía?
Hemos tenido que actuar de forma más cercana a la Policía, especialmente, en las cárceles. Hemos desarrollado iniciativas para ser, en lo posible, más complementarios con la Policía aunque tenemos misiones y leyes distintas que nos amparan.
No vemos problemas a la hora de apoyar, sino soluciones. Queremos ayudar en la tarea de la seguridad ciudadana.
¿Los nuevos fenómenos criminales demandan que las FF. AA. asuman un nuevo papel?
La doctrina se va adaptando y se requiere que las FF. AA se adapten y se acoplen. La doctrina que debe cambiarse es con relación al apoyo de la seguridad interna, pensada en las nuevas amenazas que enfrentamos y la colaboración con otras entidades.
En este sentido tengo una propuesta. Cada vez más las FF. AA. participan en temas que están a cargo de Gestión de Riesgos, que es el ente planificador que detecta el problema, pero quien ejecuta la ayuda son las FF. AA.
A futuro vamos a cambiar esa doctrina. Queremos crear y equipar batallones que estén más preparados para enfrentar ese tipo de emergencias.
Un batallón que tiene sus fusiles, tendrá palas o equipo pequeño contra incendios, será multifunción.
En Colombia hay batallones equipados para luchar contra la minería ilegal. Todo está diseñado, pero se necesita cambiar la legislación.
El Estado es como un paquidermo, devorado por hienas, que vendrían a ser las organizaciones delictivas.
Exactamente y de eso se aprovecha el crimen organizado. Cuando Policía y FF. AA. capturan una gran cantidad de droga, eso también se debe a que los grupos criminales cometieron errores, pero tras el golpe ellos corrigen inmediatamente sus equivocaciones, mutan rápidamente.
El Estado no tiene esa capacidad, es lento. Por eso, respetando los filtros democráticos, debemos buscar que las leyes sean discutidas con mayor agilidad en estos casos.
¿Qué más se necesita para potenciar al Ejército, la Marina y la Aviación?
Estamos trabajando para tener un mejor sistema de Inteligencia, con el Centro de Inteligencia Estratégica (CIES) a la cabeza.
Se trata de una mejor integración de todos los subsistemas, esa es la deficiencia que estamos corrigiendo. Necesitamos que la Inteligencia se centralice y, al mismo tiempo, mejorar la tecnología para el control fronterizo.
A raíz del Covid, la frontera se cerró casi dos años. Durante este período se abrieron más pasos ilegales.
Cómo es posible que en 2021 se hayan capturado más de 210 toneladas de droga, mientras la frontera estaba cerrada.
Ahora tenemos 80 pasos clandestinos en la frontera con Colombia y 80 más en la frontera con Perú. Son lugares selváticos, inaccesibles, por donde ingresan o salen combustibles, drogas, armas y contrabando.
En los dos últimos años el Ejército ha descubierto en Sucumbíos laboratorios de procesamiento de cocaína, plantaciones, sitios de acopio. ¿Qué pasa?
Hay que mejorar la capacidad de patrullaje tecnológico en la frontera. Colombia acaba de invertir algunas decenas de millones de dólares en equipos como drones y cámaras en la frontera con Venezuela. Hacia eso debemos movernos.
En el Putumayo colombiano existen cultivos de coca. Ecuador no se está descuidado. Tenemos unidades permanentes en la frontera y enviamos otras unidades del interior hacia ese sector.
Pero nuestro Ejército, que se encarga de esas operaciones, no es muy grande, tenemos solamente 26.000 efectivos, mientras que Colombia tiene 440.000. Es algo que debemos compensar con un buen sistema tecnológico.
Por mucho tiempo, las FF. AA. fueron abandonadas.
¿Se aumentará el personal operativo en FF. AA.?
Sí, se prevé aumento de fuerza que atienda las necesidades actuales para enfrentar tantas amenazas.
De los 26.000 hombres, unos 2.000 están en rotación, en cursos, permisos, vacaciones o entrenándose. Al final los uniformados disponibles son menos, por eso necesitamos aumentar el personal para operaciones.
Ya se están aumentando efectivos en la Escuela Militar y en la tropa para la escuela de suboficiales.
La tecnología es indispensable para el control de narcotráfico en la frontera, por donde pasa la mayoría de cocaína que ingresa a Ecuador desde Colombia (más de 600 toneladas), una frontera que es controlada por militares y policías. Pero ese control tiene limitaciones y los militares tampoco están muy preparados. ¿Qué se hará al respecto?
Necesitamos más Inteligencia porque controlar todos los vehículos que pasan por la frontera sería imposible, generaríamos un caos y represaríamos el comercio.
Entonces hace falta información precisa para detectar a los camiones que llevan droga e interceptarlos en el momento preciso.
Otro tema sensible es la corrupción. ¿Qué se está haciendo para mejorar la investigación del personal militar que ha sido reclutado por los narcotraficantes?
Nos ayudan mucho los organismos internacionales y nos apoyamos en lo que hacen otras entidades, como la Unidad de Análisis Financiero (UAFE), para investigar los patrimonios del personal expuesto.
De todas formas, no hay frontera del mundo que esté totalmente blindada contra el narcotráfico.
Una de nuestras debilidades históricas es la falta de cooperación e intercambio eficaz de Inteligencia entre Ejército y Policía. ¿Cómo se cambia esa realidad?
Una democracia tiene que tener un control político de sus órganos de seguridad para saber cómo están actuando y establecer cuáles son sus capacidades y como se están instrumentalizando, al final el objetivo es identificar debilidades y fallas.
El Gobierno ve la necesidad de una mayor cooperación en la comunidad de Inteligencia, estamos trabajando en eso con ayuda de Gran Bretaña, Israel, Estados Unidos y Colombia, para cohesionar mejor esas labores.
Hay varios casos en que la Armada no ha entregado información relevante sobre operaciones de narcotraficantes a la Policía y viceversa. No cooperan en función de objetivos estratégicos. ¿Cómo mejorar esto?
Puede ser que se haya estado formando una cultura así. Hay que dar disposiciones claras, tener protocolos y, obviamente, a las fuerzas de seguridad hay que entregarles una misión, unos recursos y también exigirles resultados. Es indispensable aplicar el control político.
Como ministro de Defensa ejerzo un control político sobre FF. AA., ese es mi deber. Ellos cumplen su misión en este sentido. Siempre hay cómo mejorar y he encontrado apertura en FF. AA.
No solo hay que mejorar la cooperación de inteligencia con la Policía, sino con otros organismos, como inteligencia de Aduanas y con la UAFE.
¿Qué ayuda nos están brindando países como Estados Unidos y la Unión Europea?
Al crimen organizado no lo podemos combatir solos, es un asunto multinacional. Gran Bretaña tiene algunos organismos que trabajan sobre todo en coordinación con la Policía y, nuevamente, es vital la Inteligencia. Con Colombia tenemos una muy buena relación.
Somos parte de operación Orión que se realiza durante 45 días en el Pacífico, con barcos de la Marina de Colombia, de Estados Unidos y de Ecuador, que usan códigos secretos de comunicación.
Colombia tiene más experiencia, por eso estamos aumentando el intercambio de entrenamiento, mandamos cada vez más personal a ese país para capacitación, estamos hablando constantemente de seguridad con Colombia.
Hace dos semanas capturamos a alias 'El Paisa', un importante cabecilla de las disidencias de las FARC, fruto de la colaboración entre los ejércitos de ambas naciones.
Hay algunas ideas para mejorar la cooperación en frontera. Conversé con el ministro de Defensa colombiano para analizar la posibilidad de tener en el futuro una brigada conjunta, integrada por soldados de ambos países, que haga patrullajes combinados en la frontera, y lo mismo se puede hacer con Perú.
Al crimen organizado no lo podemos combatir solos, es un asunto multinacional.
Han escalado los ataques cibernéticos, los hackeos a entidades públicas y privadas. Hay un organismo especializado de FF. AA. que se encarga de la ciberdenfensa. ¿Qué está haciendo?
Estamos trabajando con el Ministerio de Telecomunicaciones, que lidera el Comité creado con este fin, pero la ciberdefensa le corresponde a FF. AA. y la cibercriminalidad es tarea de la Policía.
Nosotros tenemos un organismo al que se le debe dotar de mejores equipos y más recursos. Hace pocas semanas lo visité y existe gran profesionalismo, conocen bien la materia, saben cómo actuar.
No obstante, dentro de plan de modernización de FF. AA. se contempla mejorar y aumentar esta capacidad; en el mundo hay una guerra cibernética.
¿Está prevista la modernización de FF. AA. como uno de los objetivos del Gobierno?
Efectivamente, hay que sacar a la institución del abandono en el que estuvo por muchos años. Es un proyecto que se está estructurando a partir de las nuevas amenazas que, a su vez, determinan nuevas capacidades.
Este momento estamos repensando cómo ser más útiles en FF. AA., ante los nuevos escenarios, así identificaremos con claridad cuáles son nuestras futuras amenazas y riesgos.
Hace pocas semanas PRIMICIAS denunció un ataque a los sistemas informáticos de la Marina, concretamente al de la Dirnea. ¿Qué acciones lleva a cabo Defensa para recuperar la autonomía de los sistemas afectados e investigar lo que ocurrió?
Esto de la Dirnea estaba anclado a una plataforma de una compañía privada que habían contratado para eso, la empresa se llamaba Altura. Eso fue hackeado y apareció información que parece que querían venderla.
Fue hackeado y apareció información que parece que querían venderla.
La Marina se pasó a otro sistema, ahora está funcionado sin ningún problema el monitoreo. Obviamente, a futuro se harán los análisis adecuados para no tener esta vulnerabilidad, otra vez. Siempre hay vulnerabilidades, pero ventajosamente tenemos un backup, un respaldo que permitió que el sistema siguiera funcionado.
Ventajosamente, tenemos un backup, un respaldo que permitió que el sistema siguiera funcionado.
¿Han encontrado a los responsables?
Eso está en investigación, me parece que Altura también está indagando de dónde vino el ataque.
La Dirnea señaló que el Sigmar era administrado por una empresa privada. El Sigmar contenía la más grande base de datos de embarcaciones, rutas, capacidades y gente de mar de Ecuador. ¿Hubo funcionarios públicos que entregaron información reservada a una firma privada?
Eso se está investigando, terminó en diciembre de 2021. Dentro de las investigaciones se está estableciendo qué tipo de información tuvieron ellos, conocemos que contaban con información de los barcos pesqueros.
La Dirnea está preparando un informe para ver hasta qué punto este sistema presentó irregularidades que no debían haber sido objeto de conocimiento por parte de ellos.
Una vez que se ha presentado este fenómeno de vulnerabilidad ¿Se volverá a contratar una empresa privada para que maneje el sistema de la Armada que recibe información sensible, de seguridad nacional?
Dependiendo de la confidencialidad del contrato hay ciertos aspectos que sí se pueden contratar con empresas privadas, pero debe haber un seguimiento de cómo manejan las cosas.
Todos los ejércitos del mundo contratan empresas privadas en temas muy sensibles, lo que interesa es que tengan la calificación necesaria, que sean confiables y que guarden la debida confidencialidad.
¿Qué pasó con la investigación sobre el radar que se instaló en Montecristi, se dañó o fue un atentado?
Hace seis semanas estuvieron en el Ministerio de Defensa los representantes de la empresa Indra. Estamos esperando los resultados de su investigación, que sigue.
Se está investigando a quiénes hacían la guardia en ese momento y a otros funcionarios. Ordené que se haga un informe, también tenemos nuestro propio informe y estamos haciendo un seguimiento.
Pero sin ese radar, ¿cómo se hace el control aéreo?
El área que cubría el radar hoy está cubierta con radares tácticos para defensa antiaérea. Esos radares se están moviendo en la zona y controlan el espacio aéreo.
¿El radar dañado está en reparación?
No está operando porque está en marcha la investigación, está pendiente el pago del seguro, pero el sector está siendo vigilado.
Sobre la seguridad interna, persisten los problemas en el control de armas, sobre todo, porque la entidad de FF. AA. que se encarga de esta tarea no tiene una base de datos moderna.
Se está mejorando la trazabilidad con la Policía. Todas las armas que hay en el país están registradas en FF. AA. He ordenado que se mejore el tema de la munición, porque alguien denunció que el 30% de la munición capturada salió de la fábrica del Estado, llamada Santa Bárbara.
Podría ser que elementos del Ejército estén sacando esa munición, igual que miembros de la Policía, que también son compradores de ese material.
Mejoraremos los procesos para saber de dónde vienen, identificar el lote, para saber a quién se les vendieron las municiones.
¿Buena parte de la munición usada por el crimen viene de Perú?
Una parte viene desde ese país y también de Colombia. Hace tres meses hicimos una captura grande de munición de Perú, por ejemplo.
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