Marlon Santi: "Si el gobierno no quiere escuchar tenemos que tomar las riendas"
El coordinador nacional de Pachakutik cuenta que las relaciones con el gobierno decayeron tras la muerte de César Monge. Pese a ello, mantienen abiertas las puertas del diálogo.
Marlon Santi, coordinador nacional de Pachakutik, en entrevista con PRIMICIAS el 13 de octubre de 2021.
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Los desencuentros han marcado la relación entre el movimiento indígena y el gobierno del presidente Guillermo Lasso.
Para el brazo político del movimiento indígena, Pachakutik, no está claro cuál es el objetivo del gobierno. Marlon Santi, su coordinador nacional, conversó con PRIMICIAS para analizar el escenario político.
¿Cómo quedó la relación con el gobierno después de la cita que tuvieron en Carondelet?
Después del diálogo no ha habido una respuesta concreta frente a los pedidos del movimiento indígena, que son seis puntos. Al día siguiente la ministra Alexandra Vela dijo que hay coincidencias de 11 puntos.
Pero coincidencias no son acuerdos. Y, en palabras simples, no hay acuerdo del gobierno con el movimiento indígena y tampoco con Pachakutik. Y como nosotros tomamos las decisiones y las líneas de la Conaie luego las llevamos al Legislativo, por ejemplo, no podemos apoyar la ley de Creación de Oportunidades porque violenta muchos derechos civiles.
En ese sentido, la relación con el gobierno está hundiéndose. Por ejemplo, ayer (el martes 12 de octubre) el Gobierno fue muy duro con el movimiento indígena, fustigó bastante, previo a unas actividades que había en el Legislativo, una feria de interculturalidad y plurinacionalidad, y un encuentro de organizaciones sociales en la Casa de la Cultura.
Y esos eventos creo que le molestaron. Entonces veo que está profundizándose la separación de un diálogo con el gobierno.
¿Cuáles son los problemas de este llamado diálogo?
Con las experiencias que tenemos, los diálogos son mediante un decreto para que tengan validez y vigencia. Un diálogo tiene que ser de tal fecha a tal fecha y con resultados que se vean de parte y aparte. Ahora la ministra Vela expuso puntos de coincidencia, pero nosotros no podemos ir a un diálogo de coincidencias.
De lo que se ha hablado en el movimiento indígena es que no es un diálogo serio, que tenga resultados. Pero nuestra apertura es que haya una real decisión política del gobierno.
Ya que el presidente Lasso dijo que no hay congelamiento del precio del combustible, por lo menos debe dar un camino de focalización para los sectores más vulnerables. Y, si no se da eso, nosotros tenemos el 22 de octubre la convocatoria a la asamblea extraordinaria de la Conaie y analizaremos si este proceso es válido o no y esa decisión será vinculante para las bases y, especialmente, para los dirigentes.
Pero vemos con mucha preocupación que quieren confundir un diálogo con puntos de coincidencia. Los puntos de coincidencia los hemos tenido con muchos gobiernos, pero ha habido avances. Por ejemplo, en 1992 con Rodrigo Borja hubo avances de derechos en la creación de instituciones como una dirección bilingüe y salud indígena.
El proceso de diálogo debe tener resultados y que debe dar una salida a las dos partes.
Si va a ser solo para dilatar nuestro pedido, creo que no merece ser llamado diálogo.
Pero si nadie insiste y cede, ¿Cómo se puede conseguir una hoja de ruta para esos diálogos?
La hoja de ruta del movimiento indígena está dada, hay seis puntos planteados. Y, puede ser, que esa demanda se consiga con otro gobierno y, por lo tanto, habrá cuatro años de lucha en los distintos niveles.
Además, esa lucha puede ser jurídica, en la Asamblea, en las calles, pero tenemos que tomar las riendas si el gobierno no quiere escuchar.
¿En la asamblea extraordinaria de esta semana decidirán entonces cómo ejercerán el derecho a la resistencia?
Sí. Ahí saldrá a la luz pública la decisión de las organizaciones base de la Conaie. Vamos a estar pendientes de todo; pero al menos, en mi criterio muy personal, un nuevo octubre, sería un caos para el país.
Nadie, absolutamente nadie, quisiera ver nuestros hermanos nuevamente muertos, caídos, atropellados, acribillados. Pero el mensaje que dio el Gobierno implica que quiere llegar a eso. Ha fustigado, ha instigado.
Pero vamos a tener sabiduría y el colectivo decidirá, habrá otras formas de luchar, las formas pacíficas. Si no hay como venir a Quito, habrá otra metodología de lucha en las calles.
¿El gobierno los está incitando a una nueva movilización?
Así es. Ayer hubo una contraofensiva. El presidente Lasso dijo que él es el gobierno, dijo lo que tiene que hacer porque le apoyan los ecuatorianos. Pero son pronunciamientos que muchos gobiernos han dado y muchos gobiernos se han equivocado en eso. El gobierno está para escuchar a todos, no solo al movimiento indígena, a todos los sectores sociales.
¿Cómo se traslada todo esto a la Asamblea con la bancada de Pachakutik?
Tenemos una agenda legislativa que presentamos en la campaña y la Asamblea Nacional, que irá siendo revisada por quimestres. Pero hay otras bancadas que también tienen agendas que parecerían compartidas porque son los mismos temas. Pero son coincidencias.
Entonces cuando se trata de esos temas, el bloque de Pachakutik habla con la mayoría de bancadas para tener un voto firme y lograr la decisión.
Nuestra misión como políticos es hablar con todas las bancadas y tener definición frente a temas y no entorpecer.
Las votaciones en conjunto con el correísmo son coincidencia...
La persecución política que sufrimos está latente, no olvidamos al correísmo. Frente a eso hemos planteado algunos procesos de reivindicación de derechos, justamente en las leyes que el correísmo nos quitó. Pero, ahora, justamente esos mismos temas los tiene el correísmo. Y no solo el correísmo, sino también los compas de la ID.
Pero nosotros tenemos un acta política firmada solo con la Izquierda Democrática, de ahí, con el resto, son solo momentos coyunturales, donde se presentan los temas y hablamos.
Entonces, usted dice que Pachakutik mantiene la agenda de siempre y que el correísmo es el que ha cambiado y ahora promueve otros temas.
Sí. Pero en algunas, no muchas. Ayer, por ejemplo, no nos apoyaron en el tema de la recuperación de fondos del IESS, una ley que los recupere. Allí no hemos tenido apoyo de UNES y otras bancadas.
¿Cómo coordinador nacional de Pachakutik, cuál es su rol en la Asamblea, porque lo vemos constantemente ahí, visitando a los legisladores?
Damos la línea política y sugerencias al bloque de Pachakutik, para que recepten todas las denuncias que vienen de los ciudadanos. Ahora estaban los compañeros del IESS, en la avenida justo frente a la Asamblea Nacional y nuestra función es decirle a la presidenta 'mira, es parte del pueblo que está pidiendo tu atención'. Y hoy les iban a atender en la mesa de Derechos Colectivos.
Creo que esa es una función que yo como coordinador y el Comité Ejecutivo hacemos. Y, cuando ya se genera una propuesta de ley, hablar con los otros asambleístas y bancadas para que tengan apoyo esas propuestas de nuestros asambleístas. Pero también receptar propuestas de otros asambleístas y otras bancadas y dar nuestras respuestas de apoyo o no.
¿Es un trabajo conjunto con el jefe de bloque de Pachakutik o aparte?
Casi el 100% de tiempo lo hace el jefe del bloque, Rafael Lucero. Yo lo hago en temas muy específicos, cuando veo que no están poniendo atención a ciertos temas, ahí es cuando yo intervengo.
Pachakutik tiene la presidencia del Legislativo gracias a un acuerdo inicial con el oficialismo. ¿Qué pasó? ¿Por qué estar con el gobierno en un inicio y ahora ya no?
Fue una forma coyuntural de suerte. Yo voy a sacar un libro en julio de 2022, en el que voy a publicar los momentos que pasamos para poner la presidencia de la Asamblea Nacional. Fueron dos noches super extensas, en las que nosotros manteníamos firme nuestra decisión de participar con nuestra candidatura.
En ese momento se nombró a tres figuras: Salvador Quishpe, Peter Calo (que no estaba nominado, pero había esa intención) y Guadalupe Llori. Y entre Salvador y Guadalupe, ella se hizo una candidata firme con el rechazo que hubo por Salvador Quishpe. Entonces, a las dos de la mañana tuvimos que decidir.
En esa decisión el gobierno rompió un acuerdo entre UNES, socialcristianos y Creo. Y es esa ruptura de ese acuerdo político que hubo en la campaña electoral que permitió que Pachakutik avanzara.
No fueron momentos de un diálogo profundo. Me acuerdo que, por teléfono, le dije a Guillermo Lasso que nosotros considerábamos que él estaba gobernando y que estamos aquí como movimiento político Pachakutik en el centro de todo. Y le dije 'si ustedes consideran que nosotros vamos a llevar la Asamblea firme, bajo las reglas establecidas de fiscalización y control político y generar leyes, estamos para presentarnos'.
Luego, después de media hora, yo hablé con César Monge, quien dio una gran apertura y dijo 'bueno, me parece buena opción, no vamos a apoyar a Salvador, pero sí a Guadalupe Llori, que le vemos como una mujer luchadora y flexible'. Y por eso apoyaron ahí los tres bloques: Izquierda Democrática, Creo y Pachakutik.
Son momentos, yo diría, casi de casualidad, que no estaban programados. Nuestra ruta era quedarnos en la tercera vía, sin pertenecer a ningún bloque o a ninguna tendencia, pero se dio.
¿Entonces, ustedes nunca llegaron a un pacto con el gobierno?
No, nosotros fuimos críticos tanto en la campaña como en los actuales momentos.
¿Mientras César Monge estuvo en el gobierno, las conversaciones fluían?
Sí, después hubo cambios muy drásticos. César Monge era el puente y tenía mucha flexibilidad y un dinamismo abierto, de que las propuestas de todos los sectores llegaran al gobierno. Por eso creo que es el hombre que les puso el nombre del gobierno del encuentro.
Pero cuando él se fue al Ministerio de Gobierno pusieron a un delegado allí en la Asamblea. Este señor (Fernando) Flores vino con otros temas que no involucraban un gobierno de encuentro. Y hasta ahora hay un problema, no hay un dinamismo, yo no he dialogado muchas veces con este señor Flores, porque tiene su criterio muy de tendencia de derecha extremista, una derecha que quiere imponer sus políticas neoliberales.
Una vez no más hemos hablado, después de la muerte César Monge, y casi ni me interesa hablar, porque no concuerda con las aspiraciones de los ecuatorianos. No hay apertura.
¿Cuándo él se fue al Ministerio de Gobierno la relación se mantuvo?
Sí, tuvimos un diálogo directo. Nunca cerraron las puertas. César Monge era alguien que ampliaba el prisma para no sectorizar. Después de lo que pasó con Lenín Moreno tenía una proyección de que el Ejecutivo gobierna para todos, no para un sector, sino para todos los ecuatorianos. Entonces tenía un perfil muy amplio para toda la sociedad. Eso se cerró.
Ahora yo ni siquiera tengo contacto con la ministra de Gobierno. Le vi en la reunión en Carondelet y respeto su postura, pero no hay un dinamismo de diálogo. Ni en los temas sensibles.
Por ejemplo, en un diálogo con César Monge yo hubiera querido arreglar el tema del combustible y otros puntos, pero no, no hay esa voluntad por parte de los actuales funcionarios.
¿Creo ha intentado buscarles en la Asamblea o ya no hay acercamientos?
He visto que hablan más con el compañero Rafael Lucero, que es el jefe de bancada, con la Presidenta y con algunos asambleístas, entonces ahí lo que hago es poner la línea política.
Directamente con el Ejecutivo ¿no hay una forma de salir de este impasse?
Creo que sí hay salidas. El gobierno ha hablado con la Feine, con la Fenocin, ellos están ya en el gobierno. Algunos compañeros indígenas de otras organizaciones están también.
Lo que pasa es que en la Conaie y en Pachakutik tenemos otra matriz de diálogo. La asamblea de la Conaie dirá a los dirigentes que tienen que ir a hablar, porque necesitamos dar salidas a estos temas.
Pero la asamblea también puede decir se rompe el diálogo. Lo que no puede decir es hoy nos levantamos. Vamos mirando cómo se hace el proceso, a veces ha durado un año estos procesos de luchas y y observamos cómo van los gobiernos. En el tiempo de Lucio Gutiérrez el diálogo se rompió a los seis meses, luego de un año y tres meses después estaba fuera.
Todos los gobiernos han tenido su dinámica y comportamiento, nosotros vamos a agotar todos los procesos de diálogo que se requiera hacer.
Usted hablaba de extremismos en el lado del gobierno, ¿desde el movimiento indígena hay apertura para ceder en ciertos temas o no?
Los temas sí son negociables. Por ejemplo, el primer tema al que el Presidente no quiso dar la apertura es el congelamiento de los precios de la gasolina. Pero no quiere congelar, entonces le damos ese 100% a su favor. Ahora lo que le estamos diciendo es, de acuerdo a la realidad que vivimos, vamos por la focalización.
En la vida real la subida del combustible tiene un efecto negativo en los precios de los materiales de primera necesidad. Vas a la tienda y el aceite que costaba 60 centavos ahora está en USD 1,20 y la carestía está grave. Este fin de semana yo estuve en la Amazonía. Y antes yo pagaba USD 15 el pasaje de canoa hacia mi tierra. Ahora vengo pagando USD 35. Son cosas reales que se está viviendo.
Entonces sí hemos dado la apertura para que focalice el subsidio. Y si el Presidente ya habló con los transportistas, entonces también que dé la apertura a los campesinos, a los medios de transporte comunitarios.
Entonces, si el gobierno llega a un acuerdo con los transportistas sobre este tema ¿ustedes lo aceptarían?
Claro. Por ejemplo, si la política pública del Presidente dice que para los agricultores no va a subsidiar los combustibles, pero el precio de los abonos, que son de importación, queda al mismo precio anterior, lo apoyamos.
La mayor parte de los pueblos indígenas que viven en la Sierra andina y en la región amazónica y la Costa viven de la agricultura y es la que da de comer a la ciudad. En ese sentido, el Presidente tiene que hacer un mapeo estricto, real y focalizar los precios de insumos de importación o focalizar el combustible, para que haya un paliativo, porque los agricultores necesitan un respiro y alivio.
Finalmente, ¿cuál es la posición de Pachakutik en medio de la polémica de los Pandora Papers? ¿Estarían de acuerdo con el enjuiciamiento político al Presidente y una posible destitución?
Aún no se habla de un juicio político porque recién está iniciando la investigación. Lo que queremos en Ecuador es que se haga una investigación técnica, científica y jurídica y que los resultados se muestren al país.
Hoy tuvimos una reunión de dos horas sobre este tema, en la Comisión de Garantías Constitucionales. Y, si el gobierno mintió, si sale a relucir que efectivamente el Presidente tiene offshores en Panamá, en Dakota del Sur o en Islas Caimán, entonces se debe aplicar la ley. La ley es para todos, la Constitución es para todos.
Pero también aquí hay que hablar de las instituciones que permitieron eso. Hay instituciones que sabiendo que hubo quejas de esto, nosotros pusimos una queja, no las tomaron en cuenta y estoy hablando del CNE.
Si esto resulta efectivo y si es real tiene que caer el peso de la ley contra quienes hicieron eso. Esa es nuestra posición.
Toda esta crisis política e institucional afecta la imagen del país y podría empeorar, ¿cómo ve Pachakutik esto?
Es malísimo. Pero ahí el Presidente tiene que dar la cara.
¿Al costo que sea?
Al costo que sea. Si el Presidente se va, constitucionalmente entrará el Vicepresidente. El que tenga que suceder, pero sí se necesita una estabilidad. Porque Ecuador está cada vez en la mira internacional y no porque tiene que dar buenas noticias.
Nota de la redacción: la entrevista se realizó antes de que el Mandatario acusará a la Conaie de conspirar en su contra y antes de que informara su decisión de dividir el proyecto de ley de Creación de Oportunidades en tres propuestas.
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