María de Lourdes Alcívar, la primera dama que parecía funcionaria de Carondelet
La esposa del presidente saliente, Guillermo Lasso, representó una figura confusa del gobierno, participó de eventos oficiales y fue vocera del Ejecutivo en ciertas ocasiones, pero no recibió sueldo, viáticos, ni una designación particular.
María Lourdes Alcívar Lasso Primera Dama
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Aunque tradicional, el rol de la "primera dama" ha sido una figura cuestionada. Esto ocurre mucho más cuando interviene en la administración pública, y cuando para su cargo se utilizan recursos estatales. Pero María de Lourdes Alcívar llevó el 'cargo' a un nuevo nivel.
La esposa del presidente Guillermo Lasso demostró que se dedica a acompañarlo, al punto en que es inusual no verla a su lado. Incluso en reuniones o eventos gubernamentales sensibles.
Por ejemplo, estuvo sentada junto al Mandatario en la tensa reunión con la Conaie del 4 de octubre de 2021, en la que el tema central de las demandas del movimiento indígena fue el precio de los combustibles.
O, en la reciente sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, en Nueva York. El 20 de septiembre de 2023. Mientras las naciones miembros debatían sobre la invasión rusa a Ucrania, Alcívar estuvo sentada detrás de su esposo, por delante del mismo canciller ecuatoriano, Gustavo Manrique.
Es así que, en Ecuador, el papel de las esposas de los Presidentes ha mutado constantemente desde 2008:
- Anne Malherbe, por ejemplo, nunca apareció junto a Rafael Correa, más allá de los eventos de posesión y cuando dejó el poder.
- Rocío González fue delegada por Lenín Moreno como su representante para presidir el Comité Interinstitucional del Plan Toda una Vida.
- María de Lourdes Alcívar, no recibió ninguna delegación por parte de Guillermo Lasso, pero sí ha formado parte de la mayoría de comitivas oficiales, en viajes y eventos.
Al no tener un rol oficial en el Gobierno, Alcívar no tiene motivo para participar en las citas en las que se tratan asuntos de Estado, sin importar la temática. Pero esto no ha impedido que la primera dama comparta los espacios oficiales del Mandatario, además de los protocolares.
No es difícil encontrar a Alcívar entregando recursos públicos con el presidente Lasso, revisando avances de obras, inauguraciones o en reuniones con gobiernos locales o temáticas del gabinete ministerial.
También ha participado y brindado discursos en eventos estatales. Por ejemplo, la primera dama estuvo muy vinculada al trabajo del Ministerio de Inclusión (MIES) sobre los procesos de adopción. Al punto en el que emitió mensajes a nombre del Ejecutivo, sin tener ninguna representación gubernamental:
Aunque a veces sus pronunciamientos causaban acaloradas discusiones digitales y polémicas sobre el papel que juega por ser la esposa del presidente y el poder que pueden tener sus palabras o su influencia en el Gobierno.
Esto sucedió, por ejemplo, el 25 de noviembre de 2021, cuando participó en un evento oficial por el Día Internacional de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer.
Ahí dijo que las mujeres "no somos víctimas de nadie, solo de nosotras mismas, si nos dejamos. Si nosotras no nos hacemos respetar, nada va a cambiar". Desconociendo la realidad del problema, en un país donde cada 17 horas matan violentamente a una mujer.
Lo mismo sucedió cuando la Ley sobre el aborto por violación pasó a segundo debate en la Asamblea. Su mensaje en redes sociales, a tono con su ideología conservadora, incluyó imprecisiones sobre la problemática. Habló de niños "asesinados" y afirmó que las víctimas "no están en condiciones de tomar sanas decisiones".
La influencia de María de Lourdes Alcívar en el gobierno de su esposo es tal, que el Primer Mandatario incluso creó, a través de un decreto, un 'día nacional' bajo su pedido. El 28 de agosto se agregó al calendario ecuatoriano el día de los "valores".
La primera dama también acompañó mayoritariamente al presidente Lasso en sus viajes al exterior, como parte de la comitiva oficial. Estuvo en 18 de 30 desplazamientos, especialmente en los más largos o lejanos.
Sin embargo, pese a contar en los decretos como parte de los funcionarios en comisión de servicios, el Presidente estableció que no recibiría viáticos de ningún tipo. Por lo que, la primera dama mantuvo un rol confuso en el Gobierno, donde podía ser vocera oficial, pero sin manejar o recibir directamente fondos públicos, por lo que no podría ser fiscalizada.
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