Así fue la 'espontánea' visita del presidente Lenín Moreno a una escuela
El presidente Lenín Moreno durante su visita a la Unidad Educativa Nacional Alangasí
cortesía Secom
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En un aula de la Unidad Educativa Nacional Alangasí (suroriente de Quito), 10 personas de la Secretaría de Comunicación (Secom) preparan la llegada de la ministra de Educación, Monserrat Creamer, y del secretario de la Secretaría de Educación Superior, Agustín Albán. Ellos iban a anunciar, desde allí, la nueva modalidad del examen Ser Bachiller.
Son las 10:00, del martes 19 de noviembre.
Todo debe estar en perfecta armonía: micrófono y cámara para Albán, micrófono y cámara para Creamer, cámara para transmisión en vivo de la presidencia, cámara para transmisión de la Senescyt, cámara para la transmisión del Ministerio de Educación y fotógrafos.
También colocan 21 sillas para que los estudiantes de tercer año de Bachillerato interactúen con los funcionarios. Nada debe salirse del guión.
Mientras los pocos periodistas que pudieron ingresar al aula y los estudiantes -que ya llevan sentados más de una hora- esperaban el arribo de las autoridades, los funcionarios de la Secom practican una inusual llamada con un teléfono celular que se escucha por los parlantes:
- ¿Me escuchas bien?
- Cuando te alejas del teléfono no te oigo, debes acercarte.
- ¿Ahí?
- Sí, ahí esta perfecto.
- Ok. Quedamos así entonces.
A las 11:00, Albán y Creamer ingresan al aula. Dicen estar contentos de compartir su tiempo con estudiantes que tienen todo el futuro por delante y más aún cuando tendrán más posibilidades de ingresar a la universidad.
Ellos explican la decisión de modificar el examen Ser Bachiller, que sirve para obtener (o no) un cupo a la educación superior.
Hasta 2019, esta prueba tuvo un peso del 85% versus el 15% del récord académico. Desde 2020 los porcentajes cambiarán: 60% el Ser Bachiller y 40% el promedio de calificaciones desde octavo hasta tercero de bachillerato.
Creamer agrega -sonriente- que la prueba ya no tendrá 155 preguntas ni durará tres horas. Ahora serán 125 preguntas que deberán ser resueltas en dos horas y media.
La ministra cierra su intervención y da paso a las preguntas de los estudiantes en un diálogo que parece coreografiado. Hasta que se rompe el protocolo:
Una alumna toma el micrófono y dice: "Muchas gracias. Con todo el respeto quiero dar mi opinión sobre el Ser Bachiller. He notado que en el examen hay preguntas que tienen contenido que nunca hemos aprendido. Mi sugerencia es que debe ser eliminado porque limita nuestros sueños de ser estudiantes universitarios porque no nos permite elegir la carrera que anhelamos".
El rostro de Creamer se desdibuja y alcanza a decir: "tus palabras son una muestra de que existe libertad de expresión. Quiero felicitarte por tu capacidad de seguridad para expresar tus ideas".
La ministra le explica que el examen también servirá para que personas de comunidades vulnerables tengan mayor oportunidad de ingresar a la universidad: se les entregará 45 puntos extra por pertenecer a estos grupos.
Y fue el turno de Albán. Él les dice que se seguirá trabajando para que el examen sea más equitativo entre estudiantes de colegios rurales y urbanos porque es claro que no tienen el mismo nivel.
Apenas termina sus palabras, el secretario -como si se le hubiera ocurrido en ese momento la idea- pregunta a los estudiantes si desearían ser escuchados por el presidente Lenín Moreno.
Toma un teléfono celular y simula un contacto casual en el que se escucha:
No pasan más de 25 minutos y el presidente Lenín Moreno llega a la Unidad Educativa Nacional Alangasí, como si no hubiese tenido una agenda elaborada para ese día.
Los guardias de seguridad abren paso para que Moreno ingrese y tome lugar entre los dos ministros.
El presidente habla acerca de la importancia de ser joven, dice que no se debe dejar de soñar, dice que el examen puede cambiar de nombre a 'Jaime Vargas' (presidente de la Conaie), hace algunas bromas, repite los beneficios del nuevo Ser Bachiller y abandona el aula en la que todos sabían que llegaría.
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