Latinoamérica, estratégica en el pulso entre Estados Unidos y China
La primera visita de la administración del presidente Joe Biden en Latinoamérica fue a Quito y Bogotá, como una muestra de que Washington busca afianzar los lazos con la región.
Archivo: Joe Biden y Xi Jinping, en una imagen de diciembre de 2013, en Beijing (China).
AFP
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Latinoamérica es una de las regiones en la que se hace evidente la rivalidad entre Estados Unidos y China. Pekín había ganado el terreno que fue abandonando por Washington en los últimos años.
Por ello, la primera visita hecha por la administración del presidente Joe Biden a la región se concentró en Quito y Bogotá. El secretario de Estado, Antony Blinken enfocó su gira en resaltar la importancia de las democracias y los peligros que corren actualmente.
El funcionario estadounidense recalcó lo fundamental que es la relación bilateral con Ecuador y los retos e intereses compartidos. Esto ocurre en medio de un incierto escenario político regional, pues solo en Suramérica, Colombia, Brasil y Chile irán a las urnas para elegir nuevos gobernantes.
Si hay sorpresas en estos comicios, se podría inclinar la balanza ideológica latinoamericana nuevamente a la izquierda, de la mano de líderes y grupos que tengan diferencias con Washington.
Pero detrás del tablero geopolítico local está 'camuflado' un pulso mundial aún más fuerte: la guerra económica y comercial entre Washington y Pekín. Aunque Blinken aseguró que su gobierno no le está pidiendo a los países que escojan entre Estados Unidos y China, y tampoco "buscamos contener a China o detenerla".
China, presente en la región desde 2010
Lo cierto es que el Secretario de Estado agregó que sí buscará exigir los más altos estándares posibles en las relaciones entre países, como en el caso de las inversiones.
Por ejemplo, dijo, que si Estados Unidos invierte en infraestructura lo hace con los mejores estándares laborales y ambientales, sin corrupción, con alta calidad y "de una manera no sobrecargue a los países con una deuda inmanejable".
El gigante asiático marcó su presencia en la región en 2010, cuando desembolsó alrededor de USD 35.000 millones en la región y el otro pico fue en 2015, con más de USD 22.000 millones. Desde 2009, 2020 fue el único año en el que no hubo préstamos, por el efecto de la pandemia.
Pero hay áreas sensibles "muy estrechamente definidas en las que tiene sentido que los países tomen precauciones cuando buscan inversiones. Porque desgraciadamente en el caso de China no hay separación entre empresas privadas y el Estado", advirtió Blinken, especialmente cuando se trata de derechos humanos, privacidad y seguridad.
China respondió inmediatamente a las declaraciones del Secretario de Estado, del 19 de octubre en Quito. "Las políticas industrial y crediticia de China son directivas, no prescriptivas. Las políticas de macrocontrol de China tienen correspondencia con todas las disposiciones de la Organización Mundial del Comercio", sostuvo la Embajada china en Ecuador.
Además, Pekín afirmó que siempre coopera con todos los países "sobre la base de la igualdad, el beneficio mutuo, la reciprocidad y la ganancia compartida". Y fustigó a Washington al acusarlo de no hacer lo mismo para garantizar el principio de 'America First'.
"El gobierno estadounidense abusa de su poder nacional para restringir, por cualquier medio, a las empresas de otros países, inclusive a aquellas que pertenecen a sus aliados", rezó el comunicado.
Al igual que Blinken habló del futuro de las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos, China advirtió que la cooperación chino-ecuatoriana "será brillante y prometedora".
Pekín reaccionó durante la pandemia con diplomacia
Una vez que el Covid-19 estuvo instalado en el mundo, China arrancó un nuevo tipo de diplomacia. Desde el gigante asiático llegaron múltiples donaciones de equipos e insumos médicos, pruebas de contagio, expertos y vacunas.
Llegó al punto en el que la china Sinovac donó 50.000 vacunas, a través de la Conmebol, para los equipos que iba a participar en la Copa América. Y con las dificultades logísticas y las millonarias compras de las vacunas occidentales por Estados Unidos, Pekín aprovechó para consolidar la entrega de sus vacunas, disponibles por millones, en la región.
Ecuador es uno de esos beneficiarios, el gobierno obtuvo 12,5 millones de dosis de Sinovac y otras 400.000 de Cansino. Gracias a las cuales se alcanzó la meta inicial del plan de vacunación.
Pero en los entretelones de esta diplomacia también están casos como el de la Cancillería paraguaya que, en abril, habló de presiones de ciertos países con "la solidaridad de las vacunas", para que rompan sus lazos con Taiwán. Este país tiene un conflicto histórico con China, y tras lo dicho en Paraguay el gigante asiático negó esas acusaciones.
Mientras que en Brasil, en enero, el gobierno suavizó las reglas y requisitos para construir redes 5G en su territorio. Con esto abre la puerta para que el gigante chino de las telecomunicaciones Huawei ofrezca esa tecnología en ese mercado sudamericano.
Hasta agosto, China había suministrado más de 230 millones de vacunas a 18 países de Latinoamérica, la mayoría a través de exportaciones.
La ofensiva económica de Washington para Latinoamérica
El 12 de junio, el presidente estadounidense Biden se reunió con los líderes del G7 para discutir la competencia estratégica con China y comprometerse a satisfacer la tremenda necesidad de infraestructura en los países de ingresos bajos y medianos.
Ahí nació la iniciativa 'Build Back Better World' (B3W), "una asociación de infraestructura transparente impulsada por valores de alto nivel y liderada por las principales democracias". El objetivo es ayudar a reducir la necesidad de infraestructura de más de USD 40 billones, que fue agravada por la pandemia.
Igualmente, buscarán que el sector privado movilice recursos hacia cuatro áreas: clima, salud y seguridad sanitaria, tecnología digital y equidad e igualdad de género. Así como incrementar la cooperación para el desarrollo, con la aprobación del Congreso en Washington.
Todo este esfuerzo competirá directamente con el plan gubernamental chino denominado "Iniciativa de la Franja y la Ruta", lanzado en 2013 y que intenta aún posicionarse en Latinoamérica.
Durante la administración de Donald Trump, Washington advirtió a la región que tomaría medidas por la falta de transparencia de los proyectos de infraestructura que ofrece Pekín. Pero, el gigante asiático tiene otras cartas para ofrecer, como los tratados de libre comercio que Estados Unidos aún no concreta en varios países de América Latina como Ecuador.
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