Lasso cuestionó el sistema de salud "inoperante" de Moreno
El presidente Guillermo Lasso reveló que hace un año fue testigo de actos de corrupción en los hospitales públicos, donde, según él, ponían trabas para firmar acuerdos de donación de respiradores.
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El presidente de la República, Guillermo Lasso, no dejó títere con cabeza en la presentación oficial del plan de vacunación 9-100, realizada el 31 de mayo en la Universidad Politécnica Salesiana de Quito.
Reunido en círculos con el vicepresidente Alfredo Borrero, la ministra de Salud, Ximena Garzón, el presidente encargado del Consejo Nacional Electoral, Enrique Pita, entre otros funcionarios de Estado, Lasso dirigió la orquesta.
Primero pidió un minuto de silencio por los miles de ecuatorianos que han fallecido durante la pandemia, entre ellos su hermano mayor y su cuñado.
Luego abandonó las formalidades para restregarle al gobierno anterior que su sistema sanitario fue, en resumen, un desastre.
Minutos antes, Borrero ya había echado gasolina en el terreno discursivo al recordar aquel 12 de marzo de 2020, "cuando el Ecuador se detuvo", con la llegada de la paciente 0.
"Esa sombra nos ha perseguido durante todo este tiempo. Lamentablemente se cruzó un sistema de salud inoperante, que se preocupaba más de repartirse los hospitales y se olvidaron de los ciudadanos".
Para graficar su propuesta, Borrero ensayó una especie de trabalenguas. El régimen inicia un plan de vacunación "inédito", en el que "simplemente se dictan políticas de vacunación, pero no se entremezcla la política con la vacunación".
A su turno, Lasso advirtió sin anestesia que se terminó el uso de la salud como moneda de cambio para negociaciones políticas, en alusión al reparto de hospitales denunciado en la pasada administración.
Sus escalas de voz subían con el repaso de los escándalos, por lo que prometió trabajar con eficiencia, "porque ser ineficiente es rayar en los linderos de la corrupción".
Por eso pidió al Vicepresidente y a la ministra Garzón que revisaran el sistema de compras públicas, "donde campea la corrupción", tanto en el Ministerio de Salud como en el IESS, porque se adquiere más de lo que se necesita.
Y que esa era la causa por la que las medicinas se caducan y luego las botan a la basura, aseguró, por lo que urge que los organismos internacionales apoyen al país implementando métodos transparentes para comprar insumos.
Sin titubear prometió que irá personalmente a la Fiscalía para presentar las denuncias correspondientes contra quienes intenten robarle al Estado.
Revivió la experiencia que tuvo hace un año con Borrero, mientras gestionaban el proyecto Salvar Vidas, cuando "la especulación era global, no había respiradores y sus precios estaban por las nubes".
Además contó que fue testigo de actos corrupción con directores de hospitales, a quienes ni mencionó, que no quisieron firmar convenios de donación con Salvar Vidas porque "se les acababa el negocito de las compras de equipos e insumos".
Y a ellos les pidió que lo escucharan bien "porque ha llegado un gobierno que los pondrá en su sitio y ese será la cárcel".
Recordó que el presupuesto para la salud es de USD 5.000 millones y que sí hay recursos para mejorar la atención en los hospitales públicos del país.
A la empresa privada le dijo que ya era hora de demostrar solidaridad apoyando con la compra de vacunas para acelerar el proceso de reactivación económica, porque "tienen la obligación moral con el pueblo ecuatoriano".
Pidió la bendición de Dios para salir bien librados de la pandemia -aunque no existan suficientes vacunas- pero eso sí, "a Dios rogando y con el mazo dando", es decir que basta de discursos y a donar vacunas sin condiciones.
Ya Lasso se encargará de viabilizar los mecanismos de negociación.
Que todo bien con el mecanismo Covax, iniciativa mundial dirigida al acceso equitativo a las vacunas Covid-19 en el mundo, pero que la gestión es muy lenta y hay que acelerarla.
A su "querido Marco Molina", presidente de la Comisión de Salud de la Asamblea, le prometió que el gobierno está dispuesto a enviar toda la información que requiera el Legislativo.
Pero que tuviera paciencia con la Ministra de Salud, porque ella está en el campo de batalla y necesita toda la concentración del caso.
Es que vacunar a 9.000.000 de personas en cien días no es cualquier cosa, al menos en Ecuador.
Al final, la ministra Garzón, que también se puso la bata para vacunar, retomó el protocolo y entregó el plan 9-100, con la primera dama, María de Lourdes Alcívar, de testigo.
Pero se fue el audio y nadie supo qué le dijo a Lasso sobre el contenido de esa carpeta.
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