Julio César Trujillo: uno de los últimos sobrevivientes de la generación política que luchó contra las dictaduras
La figura de Julio César Trujillo Vásquez ha sido parte de la política ecuatoriana desde hace medio siglo. Su presencia en el ámbito público se remonta a 1966, cuando fue miembro de la 18° Asamblea Constituyente que aprobó la antepenúltima Carta Política que tuvo el país.
Julio César Trujillo.
CPCCS
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La Constituyente de 1966, que puso fin al régimen de una Junta Militar integrada por cuatro miembros de las Fuerzas Armadas, marcó el inicio del largo recorrido político de Julio César Trujillo.
Fue un camino lleno de satisfacciones y de sinsabores, de pérdidas y de triunfos, que en el ocaso de su vida ubicó a Trujillo en la presidencia del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) transitorio, un organismo ideado para llevar a cabo la reconstrucción institucional de Ecuador.
Con 88 años y en uso de unas facultades excepcionales originadas en la consulta popular del 4 de febrero de 2018, el abogado ibarreño que en su juventud formó parte de la selección de básquet de Imbabura y que no logró hacer realidad su sueño de convertirse en piloto de aviones, mostró tener los arrestos suficientes para encabezar el reciente proceso de reinstitucionalización del país.
Mientras desempeñó esa tarea, motivo de elogios y críticas desde distintos sectores, Trujillo enfrentó los cuestionamientos con información detallada. Pronunció mordaces respuestas a sus críticos, como la ocasión en que calificó de “caterva de cómplices” a los vocales del anterior Consejo de la Judicatura antes de destituirlos.
Exilio y cárcel
Trujillo fue uno de los pocos sobrevivientes de una generación de políticos que sortearon una época de inestabilidad institucional durante la cual libraron duras batallas contra regímenes de facto, que en el caso de Trujillo fueron saldadas con un breve paso por la cárcel y el exilio en dos ocasiones: primero en Bolivia, luego en Panamá.
La arena política fue un terreno propicio para concretar sus anhelos de servir a la ciudadanía, aunque también lo fue de sinsabores.
En los albores de la década de los 70 resultó elegido diputado, otra vez por el partido Conservador, pero no llegó a posesionarse porque lo impidió la dictadura de Guillermo Rodríguez Lara, el general que depuso al quinto y último velasquismo.
En vísperas del retorno al sistema democrático, Trujillo fue propuesto como binomio de Assad Bucaram, candidato del cefepismo a la Presidencia de la República. Las postulaciones se estrellaron con una feroz oposición de la dictadura, que impidió su participación.
Hacia 1978 un triunvirato militar acosado por la crisis económica decidió que era hora de volver a la democracia. Entonces Trujillo reapareció, con Osvaldo Hurtado y otros políticos de la época, como parte de las comisiones que hicieron posible ese retorno. Para entonces se había desafiliado del conservadurismo y había contribuido a formar el partido Democracia Popular (DP).
Con la mira puesta en las elecciones, su partido lo postuló como candidato a la Vicepresidencia de la República en binomio con Assad Bucaram, del partido Concentración de Fuerzas Populares (CFP), una idea que no llegó a buen puerto porque los militares echaron mano de argucias legales para impedirlo. Otro disgusto para Trujillo.
Finalmente, los partidos aliados sustituyeron al binomio inicial por Jaime Roldós y Osvaldo Hurtado, quienes resultaron elegidos presidente y vicepresidente de la República, en 1979.
En los mismos comicios, Trujillo fue electo miembro de la Cámara Nacional de Representantes, lo cual equivale a ser asambleísta en los actuales tiempos.
Trujillo estuvo poco tiempo en la Cámara, porque fue designado presidente del Tribunal de Garantías Constitucionales, actual Corte Constitucional. Una experiencia que le sirvió años después cuando fue electo miembro de la Asamblea Constituyente que dio vida a la Constitución de 1998.
El triunfo de Rodrigo Borja
Durante el intervalo entre uno y otro cargo, en 1984 fue candidato a la Presidencia de la República por la Democracia Popular (DP), pero resultó triunfador Rodrigo Borja. Al poco tiempo fue expulsado de su partido, cuando lideró el ala que decidió colaborar con el nuevo gobierno.
En el desempeño de su profesión, como abogado o en calidad de docente, Trujillo siempre estuvo cercano y defendió a los sectores laborales. Como profesor y luego decano de la Facultad de Leyes de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), institución donde se graduó, impulsó la creación de la cátedra de Derecho Laboral.
Por su empatía con los sectores sociales, el naciente movimiento Pachakutik impulsó (1998) su candidatura al Congreso Nacional, pero no obtuvo el favor popular.
Poco después el Congreso lo nombró como primer Defensor del Pueblo, cargo que renunció a las dos semanas por falta de apoyo. Aquello pareció marcar su retiro del foco público.
Por un buen tiempo estuvo dedicado a la cátedra hasta que reapareció con fuerza en 2015 como parte de la Comisión Ciudadana Contra la Corrupción.
Lo demás es historia reciente. La denuncia de un millonario sobreprecio en la construcción del proyecto hidroeléctrico Toachi-Pilatón fue motivo de una querella en contra de los miembros de la Comisión Ciudadana, impulsada por el excontralor y Carlos Pólit, quien ahora es prófugo de la justicia.
En 2015, la Comisión Ciudadana Contra la Corrupción denunció un millonario sobreprecio en la construcción de la hidroeléctrica Toachi-Pilatón.
Trujillo y los demás integrantes fueron condenados en una querella interpuesta por el entonces contralor Carlos Pólit, ahora prófugo. A los pocos minutos, el acusador pidió la extinción del juicio.
El prestigio bien ganado de Trujillo por su historial de trabajo honesto lo llevó a ser designado presidente del Consejo de Participación Ciudadana de Transición, cuyo funcionamiento prácticamente está terminado con la inminente posesión de los integrantes definitivos.
A pesar de las fuerzas mermadas, el incansable 'Gallo Hervido' se disponía a iniciar una campaña nacional de recolección de firmas para impulsar una consulta popular que pusiera fin a ese organismo, del cual se valió el régimen del expresidente Rafael Correa para captar los organismos de control del Estado.
Pero la vida tiene sus propios designios. En vísperas de dejar el cargo, un derrame cerebral interrumpió abruptamente el último reto de Trujillo.
El político murió a las 14:40, del domingo 19 de mayo de 2019, luego de permanecer hospitalizado cinco días.
Muestras de solidaridad
En los últimos días, políticos y amigos recordaron la calidad humana y profesional de Julio César Trujillo.
Rodrigo Borja, expresidente de la República:
Germán Rodas, integrante de la Comisión Ciudadana Anticorrupción:
Una vida activa, hasta el final
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