Jorge Glas fue recluido en máxima seguridad, tras años de maniobras para evitar la cárcel
Dos condenas, dos casos penales en marcha, dos liberaciones irregulares, un asilo truncado y una recaptura en medio de una crisis diplomática. Así se resume la realidad jurídica del exvicepresidente Jorge Glas, en los últimos seis años.
El exvicepresidente Jorge Glas en una rueda de prensa, el 17 de agosto de 2023.
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Jorge Glas, exvicepresidente de la República, fue arrestado la noche del 5 de abril de 2024, en la Embajada de México, en Quito, donde se había refugiado desde diciembre de 2023. Se escondió ahí cuatro días después de que la Fiscalía destapara el caso Metástasis.
Con base en los chats encontrados en los teléfonos que el narcotraficante Leandro Norero usaba desde la Cárcel de Latacunga, la Fiscalía ha procesado por delincuencia organizada a 52 personas. Los ha señalado como parte de una estructura que buscaba la impunidad a través de fallos judiciales irregulares.
Si bien Glas no era uno de los contactos directos de Norero, sí era uno de sus temas de conversación. Sobre el exvicepresidente, Norero conversaba con el empresario Xavier Jordán, Daniel Salcedo, procesado en varias causas por corrupción, y con sus abogados.
Y según un testigo protegido que rindió testimonio anticipado, el capo hasta mantenía videollamadas con el expresidente Rafael Correa para hablar de la libertad de Glas.
Aunque Jorge Glas no ha sido vinculado al caso Metástasis ni a sus derivados -Purga y Plaga-, todo apunta a que él fue otro de los beneficiarios de la corrupción judicial y que sus intereses se mezclaron con los del narcotráfico, con cuyos cabecillas hasta compartió abogados.
Odebrecht: El inicio del fin de Glas
El camino judicial de Glas empezó en 2017. El político había sido reelecto como vicepresidente de la Republica, pero está vez ya no acompañaba a Correa. El nuevo Primer Mandatario era Lenín Moreno.
En medio del cambio de Gobierno, en el mundo y en América Latina había explotado el caso Odebrecht. La constructora brasileña admitió haber manejado toda una estructura de pago de sobornos a cambio de beneficios en varios países. En Ecuador, la empresa dijo haber pagado más de USD 35 millones.
En agosto de ese año, tras la colaboración de los directivos de Odebrecht con la justicia de Estados Unidos, decenas de documentos y audios se filtraron en todo el mundo. En uno de esas grabaciones, los interlocutores eran José Conceiçao Santos, representante de la constructora en Ecuador, y Carlos Pólit, entonces Contralor y que ahora es prófugo. Pólit será juzgado por lavado de activos en Estados Unidos.
En ese diálogo, Pólit y Santos decían que "Glas estaba haciendo caja, pidiendo dinero" para la campaña presidencial de 2017. Además, archivos de Ricardo Rivera, tío de Glas, dieron cuenta de que ellos recibieron sobornos de Odebrecht bajo el seudónimo de 'Vidrio'.
Moreno le quitó el apoyo a Glas. "Lamentablemente, el dedo apunta cada vez más hacia usted", le dijo, días antes de quitarle las funciones como vicepresidente. Eso fue el inicio de la ruptura entre Moreno y Correa y el fin de Alianza PAIS, el movimiento político con que habían ganado las elecciones.
En octubre de 2017, todavía como vicepresidente, Glas se entregó. Tras tres meses en prisión, se configuró la ausencia definitiva en el cargo, que terminó en su cese de funciones. Fue procesado por asociación ilícita y recibió una sentencia de seis años de prisión.
Sobornos: Glas y Correa enredados
Estando en prisión y con Moreno en el poder, la situación jurídica de Jorge Glas empeoró dramáticamente. En 2019, un portal periodístico que lideraba el asesinado excandidato presidencial, Fernando Villavicencio, reveló lo que en un inicio se conoció como el caso Arroz Verde.
Se trataba de un grupo de archivos, denominados "verdes", en los que se ponía en evidencia el supuesto cobro de sobornos a, al menos, una decena de empresas nacionales e internacionales por parte del Gobierno de Correa y Glas, que habrían servido para financiar las campañas políticas de Alianza PAIS.
La Fiscalía rebautizó el caso como Sobornos 2012 y 2016 y, con la colaboración de Pamela Martínez, exasesora de Correa, reconstruyó la historia. En el proceso, el ministerio público probó que el correísmo montó una oficina paralela a la Presidencia de la República, en la que se cobraban, gestionaban y repartían las coimas.
Correa, Glas, Fernando Alvarado, Alexis Mera, María de Los Ángeles Duarte, Walter Solís y otros funcionarios del correísmo fueron sentenciados a ocho años de cárcel. Correa está prófugo, mientras que para Glas comenzó un nuevo debate sobre si sus sentencias de ocho y seis años se sumaban o la mayor absorbía a la menor.
Singue, penas, liberaciones y prelibertad
Glas fue objeto de otro proceso penal, el llamado caso Singue. La Fiscalía argumentó que como ministro de Sectores Estratégicos, el exfuncionario habría viabilizado la adjudicación del campo petrolero Singue a un consorcio internacional.
Según la Fiscalía, con base en un informe de la Contraloría, esa negociación fue irregular y causó un millonario perjuicio en contra del Estado ecuatoriano. En primera instancia, Glas y dos exministros del correísmo fueron sentenciados a ocho años de prisión, en enero de 2021.
Precisamente, los primeros intentos de Glas y su defensa para obtener su libertad empezaron ese año. En noviembre de 2021 y en enero de 2022, Glas interpuso un recurso de unificación de penas, pero en ambas ocasiones le fue negado porque estaba de por medio la sentencia del caso Singue.
Hasta que, en abril de 2022, un juez de Manglaralto, una zona rural de Santa Elena, ordenó la liberación inmediata de Glas a través de un habeas corpus. El gobierno de Guillermo Lasso liberó al exvicepresidente, pero apeló esa decisión.
Un mes después, la Corte de Santa Elena anuló esa decisión y destituyó al juez Diego Moscoso, ya que había actuado de manera ilegal en el caso Glas. Y el exfuncionario se volvió a entregar.
Regresó a prisión, peros sus intentos no se quedaron ahí. En agosto de 2022, el juez Banny Molina de Manabí -en una extraña jugada jurídica- extendió el beneficio de un habeas corpus de un preso con enfermedades y ordenó la liberación de Glas y de Daniel Salcedo, sentenciado por corrupción hospitalaria y ahora procesado por el caso Metástasis.
En los chats de Norero se evidencia que tanto el narco, como su socio Jordán, tuvieron interés en esa liberación. Hablaban de cobrarle el favor a Glas cuando sea presidente. Sin embargo, el gobierno de Lasso se negó a liberarlos, hasta que la decisión se revocó y Molina fue destituido y sentenciado por prevaricato.
En noviembre de 2022, un fallo favoreció a Glas: un Tribunal de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) declaró la nulidad del caso Singue y dejó sin efecto esa sentencia. Los jueces consideraron que el informe de Contraloría, en el que se basó el caso, había caducado y el proceso debía reiniciarse.
Ante la nulidad de su tercera sentencia, Glas y sus abogados reactivaron sus pedidos para que la sentencia de ocho años absorba a la de seis y que Glas acceda al beneficio de la prelibertad. Presentó varios habeas corpus y medidas cautelares, pero no logró salir de la cárcel.
Hasta que a finales de 2022, Emerson Curipallo, juez de Santo Domingo, volvió a favorecer a Glas, otorgándole una medida cautelar. Ordenó su liberación provisional, hasta que se tramite el pedido de prelibertad que estaba inconcluso.
Curipallo ya perdió su condición de juez y ahora está procesado por el caso Metástasis, ya que habría recibido sobornos de Leandro Norero a cambio de la liberación de dos de sus sicarios de confianza: 'Madrid' y 'Cuyuyuy'.
En esos casos, tanto Jorge Glas como Norero fueron representados por Christian Romero y su círculo de abogados, entre los que resaltan Jonathan Aguinda y Hugo Lara. Ahora Romero y Lara son procesados por Metástasis y Plaga.
Las nuevas órdenes de captura
Estando en libertad provisional, Glas y sus abogados aprovecharon para avanzar en el trámite de la prelibertad. El primer paso fue el cómputo de la pena: en enero de 2023, la justicia decidió que Glas debía cumplir solo 8 de los 14 años que tenía en condenas.
Hasta ese momento, ya había estado en prisión un poco más de 5 años; para sus abogados calificaba para optar por el beneficio de la prelibertad.
Sin embargo, la sombra de un nuevo caso llegó. La Fiscalía anunció su intención de procesar a Glas por peculado, debido a supuestas irregularidades en las obras de reconstrucción de Manabí, tras el terremoto de abril de 2016.
Mientras se tramitaba la prelibertad, los abogados de Glas hicieron varias jugadas para dilatar la nueva formulación de cargos.
A puertas de ser procesado en nuevo caso y pendiente la resolución de la prelibertad, el 18 de diciembre de 2023 -cuatro días después del destape de Metástasis- Jorge Glas se refugió en la Embajada de México y pidió asilo.
Diez días después, el 18 de diciembre de 2023, finalmente, la justicia negó el pedido de prelibertad y Glas debía volver a prisión y cumplir los casi tres años que le faltaban de cárcel.
Además, el 5 de enero de 2024, se concretó su procesamiento por la reconstrucción de Manabí y por ese caso también le dictaron prisión preventiva.
Ahora, tras su nueva captura y recluido en La Roca de Guayaquil, Glas deberá afrontar ese caso por peculado, cumplir su sentencia por cohecho y asociación ilícita. Y exponerse a nuevos procesos por su vinculación a Norero y su red de corrupción, o por el supuesto acoso a su exasistente.
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