La invasión rusa a Ucrania empuja a gobiernos del mundo a tomar partido
En Europa hay un creciente consenso para condenar el ataque de Moscú a Kiev, mientras que en Latinoamérica la división política es notoria.
Manifestantes se reúnen en Londres para protestar contra la invasión de Rusia a Ucrania, el 2 de marzo de 2022.
EFE
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La invasión rusa a Ucrania ha dividido al mundo entre quienes la condenan, en el discurso o las acciones, y quienes la apoyan frontalmente o guardando silencio. El más claro ejemplo de este escenario político se mostró en la última votación de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
El 73% de estados miembros (141 países) aprobó una resolución que demanda que el gobierno ruso cese el uso de la fuerza contra Ucrania y retire a sus fuerzas armadas. Los únicos que votaron en conjunto con el Kremlin (Rusia) fueron Bielorrusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea.
Esas naciones tienen en común sus regímenes autoritarios, con constantes violaciones de derechos humanos y con un fuerte poder militar dentro del gobierno.
Pero, guardando silencio por abstención, se sumaron también a ese bando países como China, Venezuela, Cuba, Etiopía, Nicaragua y El Salvador. Que también tienen regímenes cuestionados internacionalmente o de talante autoritario.
Un giro total
Esta guerra marca la primera vez que Europa financiará la compra de armamento ofensivo y letal destinado al ejército ucraniano.
El Consejo Europeo aprobó el 28 de febrero, en el cuarto día del ataque bélico, la asistencia con cargo al denominado Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, por 500 millones de euros (USD 556 millones).
El objetivo es que Ucrania pueda "defender la integridad territorial, su soberanía y proteger a la población civil de la agresión militar en curso". A esto se suman las medidas restrictivas contra Rusia, relacionadas con la aviación y las finanzas.
Políticamente, el giro más polémico en las decisiones gubernamentales europeas lo marcan los pronunciamientos y acciones de Alemania, Suecia y Suiza:
- Alemania: el canciller Olaf Scholz, quien reemplazó a Angela Merkel, causó sorpresa al anunciar USD 113.000 millones adicionales para financiar al mismo ejército alemán. Algo que no había sucedido desde la Segunda Guerra Mundial.
- Suecia: por primera vez desde 1939, anunció que también que transferirá 135.000 raciones de combate, 5.000 cascos, 5.000 escudos corporales y 5.000 armas antitanque a Ucrania.
- Suiza: ha sido neutral en todo tipo de guerras desde 1815, pero ahora rompió esa tradición al anunciar que adoptaría las sanciones tomadas por la Unión Europea contra los rusos que participen en la guerra de Ucrania y dijo que congelará sus cuentas bancarias.
Solamente Serbia se rehúsa a unirse a la condena al ataque ruso. Su presidente argumenta que las sanciones económicas contravendrían los "intereses vitales" de su país.
Sin embargo, aunque dice defender la integridad de Ucrania, Serbia ha gozado del respaldo de Moscú en su negativa a reconocer la independencia de su antigua provincia de Kosovo, que se proclamó república independiente en 2008.
Y tampoco les impuso sanciones en los 90 durante la guerra de Kosovo.
Los multilaterales
Más allá de la Unión Europea, varias potencias se alinearon también con los organismos multilaterales más poderosos del mundo en su rechazo al ataque ruso y su apoyo a Ucrania. Entre las principales están la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el G7.
El primero incluye a 30 países, entre los que se encuentran potencias como Estados Unidos, Canadá, Francia y Reino Unido. Parte de la justificación de Rusia para iniciar la guerra es el interés del gobierno ucraniano de formar parte de la OTAN, que sirve como una alianza militar para la defensa común.
Washington lidera la condena a la invasión de Ucrania ordenada por Moscú. Esa posición va en línea con el resto de los miembros del G7, conformado además por Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido.
"Esta crisis es una seria amenaza para el orden internacional basado en reglas, con ramificaciones mucho más allá de Europa", dijeron los líderes del G7 en un comunicado conjunto.
Latinoamérica toma posición
En paralelo a su avance hacia Ucrania, en los últimos meses el presidente ruso, Vladimir Putin, estaba afinando acercamientos con algunos gobiernos latinoamericanos, que simpatizan con su administración.
Habló con Daniel Ortega, el presidente autoritario de Nicaragua, por primera vez desde 2014; con Nicolás Maduro, de Venezuela, y Miguel Díaz Canel, de Cuba. Además, recibió en Moscú a los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, y de Brasil, Jair Bolsonaro.
En el otro lado está la mayoría de gobiernos que condena las acciones tomadas por Rusia, entre ellas Ecuador. Sin embargo, los únicos que se han atrevido a emular las sanciones de otros bloques son: Colombia y Paraguay.
El presidente colombiano, Iván Duque, afirmó que esta semana espera se definan las posibles acciones de su país contra Moscú, en el marco del multilateralismo.
Mientras que el presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, dijo que mantiene su condena al Kremlin pese a que las sanciones internacionales implican que su país no podrá exportar carne a Rusia, uno de sus principales compradores.
Por ello ha recibido el espaldarazo de Estados Unidos.
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