¿Guerrillas urbanas? La teoría surge tras las manifestaciones violentas en el país
Protestas en contra de las medidas económicas del Gobierno. Foto tomada durante la jornada del domingo del 13 de octubre de 2019.
Reuters
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Lo que vivió Ecuador, especialmente en Quito, durante las manifestaciones de las primeras semanas de octubre de 2019 fue inédito. las autoridades, los periodistas y la ciudadanía fueron testigos de acciones violentas nunca antes vistas en ninguna protesta social en el país.
La tesis gubernamental habla de guerrillas urbanas.
El paro del transporte y las movilizaciones indígena y sindical sirvieron de escenario para que grupos no identificados generasen caos y focos de disturbios en distintos puntos del país.
Para el experto en seguridad pública, Lautaro Ojeda, es evidente que hubo una organización y una coordinación en los ataques de esos días. Una estrategia que tomó por sorpresa no solo a los expertos sino también a las fuerzas del orden.
Lo sucedido en el país es insólito, agrega Ojeda, por la cantidad de nuevos elementos, como la infiltración de encapuchados entre los manifestantes.
Esto le recuerda la estrategia del foquismo: descentralizar el problema y fraccionar la posibilidad de respuesta. "Lo que descoloca a las fuerzas del orden". Ni la Policía ni el Ejército están entrenados para hacer frente a este tipo de acciones.
El foquismo es una teoría creada por Ernesto Ché Guevara, se refiere a una estrategia en la que un grupo pequeño de personas despliega técnicas de la guerra de guerrillas, si cuenta con el entrenamiento adecuado.
No sé si podemos hablar de guerrillas, aquí hubo delincuencia organizada y desorganizada, habría que revisar los conceptos.
Lautaro Ojeda, analista en temas de seguridad
De todas formas, Ojeda llama a la precaución: "cuidado con pensar que esto se acabó, (estas agrupaciones) probaron, no les fue bien, pero buscarán otros mecanismos, se fortalecerán". Por lo que advierte que hay que reforzar los servicios de inteligencia, que fueron desarmados por el gobierno anterior.
Este 16 de octubre, el ex comandante general de las Fuerzas Armadas, Roque Moreira, dijo a Ecuavisa que "está a la vista" que existieron grupos infiltrados y que "hubo otras intenciones", que no eran la protesta social. Y coincidió en que la inteligencia militar fue desmantelada y se evidencia la necesidad de fortalecerla.
Jonh Marulanda, experto colombiano en seguridad explicó a la televisora RCN el 13 de octubre que las formaciones en ángulo, en línea y con apoyo al centro que utilizaron ciertos grupos, para atacar a la fuerza pública, son "muy conocidas" y las utilizan "especialmente las unidades antimotines".
Marulanda comentó que "como está comprobado" hubo agentes cubanos y venezolanos, y que "con toda seguridad hay agentes colombianos de grupos indigenistas que ya tienen experiencia" en estas acciones.
¿Pero quiénes son?
Nadie ha dicho con exactitud quiénes son estos grupos o guerrillas. El Gobierno advirtió en varias ocasiones que se trataba de agrupaciones violentas y delincuentes, que nada tenían que ver con las protestas contra de las medidas económicas, anunciadas el 1 de octubre.
Las acusaciones son generales, pero usualmente apuntando a infiltrados extranjeros o dirigentes del correísmo.
"No es lo mismo", explicaba la ministra de Gobierno, María Paula Romo, el 9 de octubre, y señalaba la importancia de distinguir cada evento. Estos grupos "se han aprovechado para generar un ambiente de caos que no tiene precedentes en Ecuador, hordas saqueando lugares, destruyendo a su paso".
En esa misma rueda de prensa, el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, afirmaba que "no solo estamos hablando de la apreciación de evidencias de elementos agitadores, instigadores, que conforman un grupo insurgente en el país, ahí están aglutinados, criminales, vandalismo, desestabilizadores".
El funcionario incluso habló de "inicios de terrorismo", al referirse a los intentos de tomarse las operaciones petroleras del país.
Los saboteadores entraron a por lo menos 20 bloques petroleros, en los que robaron maquinaria, cableado y obligaron a los trabajadores a apagar una centena de pozos.
Arturo Torres, periodista experto en temas de seguridad, agregó a las declaraciones del ministro que se trata de células urbanas:
Precisamente entre 2017 y 2018, durante el Gobierno de Rafael Correa, Ecuador se prestó como sede para los diálogos de paz entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Gobierno Colombiano.
El presidente Lenín Moreno dijo a RCN, el 10 de octubre, que existen evidencias de que hubo infiltrados de las FARC en las manifestaciones en Ecuador, porque "el sistema, el método que utilizan es casi exactamente igual", así como infiltrados de Venezuela.
El canciller José Valencia expuso este escenario ante la Organización de Estados Americanos (OEA), el 15 de octubre. Explicó que el gobierno cuenta con evidencias que prueban la “gran preparación y táctica” de estos grupos, con “estrategias de guerrilla urbana”.
El funcionario planteó, ante los países de la región, cinco puntos clave en el caos al que se enfrentó el gobierno, con una violencia que no se había visto antes, por la acción de grupos criminales:
- Corte de carreteras.
- Agresiones a medios de comunicación.
- Ataques a ambulancias y bomberos.
- Ataques a instalaciones petroleras.
- Ataques a cuarteles policiales y fuerte militar.
Mientras los manifestantes se concentraban en los tradicionales puntos de protesta en Quito (La Alameda, El Ejido, El Arbolito, la Presidencia, la Asamblea), otros grupos no identificados atacaban instalaciones de las fuerzas del orden, como la base militar de La Balbina, en Sangolquí, y el cuartel policial 24 de Mayo.
Por ejemplo, también se paralizaron las operaciones en los campos petroleros Sacha, Auca y Libertador, tres de los principales del país. Y hubo un intento de toma de una estación de control del SOTE, el mayor oleoducto de Ecuador. Todo esto terminó provocando la suspensión de las exportaciones petroleras.
Hubo, al menos, tres ataques al edificio de la Contraloría General del Estado, que sufrió daños en el 80% de sus instalaciones por un incendio provocado.
Las autoridades advirtieron que las investigaciones continuarán.
Ya hay sospechosos y acusados, dirigentes políticos buscando refugio, y apoyos internacionales contra de la injerencia extranjera y la infiltración de agentes de otras nacionalidades para expandir el caos.
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