El Gobierno guarda silencio mientras el argumento sobre la 'chatarra' rusa se debilita
La intención del presidente Daniel Noboa de transferir 'chatarra' militar rusa a Estados Unidos, para recibir armamento nuevo, se debilita: en Ucrania la chatarra de ese tipo abunda.
Fotografía de un botadero improvisado en Mariupol, Ucrania, el 26 de agosto de 2022.
AFP
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Si hay algo que sobra en Ucrania es chatarra militar. Los restos de sus propios equipos y de los equipos rusos destruidos que van quedando en los campos de batalla lo demuestran. Además de que esto se está convirtiendo en un problema dentro del país.
Según la autoridad ambiental ucraniana, hay unas 607.114 toneladas de desechos militares procedentes de más de 50.000 tanques destruidos, vehículos de combate y misiles interceptados.
Esa chatarra militar implica más gastos que beneficios para Ucrania. Primero, revisarla, recolectarla e intentar limpiar los lugares afectados, trasladarla a los 80 botaderos designados y custodiarla. Ya que el procedimiento para deshacerse, transferir o procesar este tipo de material es complejo.
Primero, los materiales deben separarse según categorías, material y peligrosidad. Y no todo puede ser reutilizado como repuestos. Además, para el procesamiento de esta chatarra en Ucrania hay apenas dos empresas que cumplen con los requisitos para hacer la tarea.
A esto se suma el hecho de que el mercado de chatarra de metal no es amplio ni atractivo dentro del país y Ucrania tiene prohibiciones vigentes contra la "exportación de chatarra de conversión ferrosa y no ferrosa".
Un argumento que se diluye
Esto debilita nuevamente el argumento del Gobierno ecuatoriano de que los productos militares rusos que planea transferir a Estados Unidos, a cambio de nuevos equipos, son chatarra.
Y, frente a esto, Carondelet guarda silencio. PRIMICIAS consultó a la Cancillería, al Ministerio de Defensa y a la Secretaría de Comunicación de la Presidencia al respecto, pero todos derivan la responsabilidad y no dan respuestas sobre si la transacción ya se efectuó o si se echó abajo.
Mientras tanto, Washington confirmó que se trata efectivamente de una transferencia de equipos activos para el gobierno de Ucrania, para apoyarlo en su lucha contra la invasión rusa. Así lo dijo el subsecretario adjunto estadounidense de Asuntos del Hemisferio Occidental, Kevin Sullivan.
Y las quejas de Rusia al respecto se sostienen por el acuerdo de cooperación Técnico-Militar firmado con Ecuador en 2008. Ese documento prohíbe que cualquiera de los países venda o transfiera productos militares de su contraparte a terceros.
Es por esto que Moscú advierte que Quito entraría en un incumplimiento de sus compromisos internacionales si concreta la transacción y la relación bilateral sufriría costos elevados. Y para una muestra indirecta, el Kremlin sancionó las importaciones de banano ecuatoriano.
Además, que Rusia ofreció una salida adicional al gobierno del presidente Daniel Noboa, que busca equipamiento para continuar su guerra contra el crimen organizado: mantenimiento de las armas y otros equipos de origen ruso.
Sin embargo, según el Kremlin, el Ejecutivo volvió a recurrir al silencio frente a la propuesta.
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