Gobierno de Moreno entra en modo de 'supervivencia', pero guarda sorpresas
El presidente Lenín Moreno empieza la búsqueda de un vicepresidente por tercera ocasión.
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Al Gobierno de Lenín Moreno le quedan poco más de 10 meses en el poder. El presidente Lenín Moreno cerrará un periodo administrativo y político único por los hechos que marcaron y marcarán a esta administración:
- La pérdida de tres vicepresidentes, dos de ellos por escándalos de corrupción.
- El derrumbe del movimiento político con el que alcanzó el poder.
- El choque de una histórica pandemia y de una crisis económica mundial y sus repercusiones para el país.
- Y, probablemente, el mayor destape al mismo tiempo de casos de corrupción en la historia de la República, lo que ha llevado a la Fiscalía a conformar una fuerza de tarea para atender numerosas investigaciones.
En la lista de sucesos están también el paro nacional de octubre, que obligó al Ejecutivo a trasladar la sede de Gobierno a Guayaquil y militarizar la capital.
Aunque al final tuvo que ceder en medidas como la eliminación de los subsidios a la gasolina Extra y al diésel, Moreno soportó el violento paro y se mantuvo en el poder.
El Gobierno, heredero del correísmo, llegó al poder con poca legitimidad, en medio de protestas y acusaciones de fraude electoral y con apenas un 2% de diferencia en la votación frente a su contendiente, Guillermo Lasso.
Ahora, ese correísmo que lo aupó a la Presidencia es su oposición más dura y trata de regresar al poder en 2021. Mientras tanto ¿qué le queda por hacer a Moreno?
Para el catedrático Esteban Nicholls, Moreno no tiene otra alternativa que entrar en modo de supervivencia. Ya que, de frente al año electoral, las fuerzas políticas se están reacomodando y ejercerán presión sobre el Gobierno, debilitado.
El profesor universitario Gabriel Hidalgo también considera que en el último tramo de esta administración habrá que soportar la arremetida de los sectores de oposición y de la opinión pública.
A partir de 2018, el funcionamiento del Ejecutivo se fue acomodando entre tres principales operadores: la ministra de Gobierno, María Paula Romo, el secretario de Gabinete, Juan Sebastián Roldán, y el ex vicepresidente Otto Sonnenholzner.
Para Hidalgo, el Gobierno buscará nuevamente una figura joven para reemplazar a un carismático Sonnenholzner en la Vicepresidencia.
Sonnenholzner es el único de los tres vicepresidentes de Moreno que no renuncia por un escándalo de corrupción sino para "construir un nuevo camino" electoral y es el único que no tuvo relación con el correísmo.
El nuevo vicepresidente tendrá que ser una figura que pueda refrescar la imagen del Ejecutivo y llegar a donde Lenín Moreno no puede, por cuestiones de salud.
El papel que, a su forma de ver, hicieron ya María Alejandra Vicuña y Sonnenholzner. Mientras que Moreno tiene un papel político de "esponja", sostiene Hidalgo. Es decir, que absorberá todo el impacto de lo que sucede con su administración, ya que no tiene planes de reelegirse.
Con unas cifras de credibilidad y de aceptación cada vez más bajas, Nicholls apuesta a que el Jefe de Estado podría dejar el país cuando finalice su mandato. Ya que, comenta, existe el riesgo de que los cálculos políticos fallen y empiecen a llover posibles juicios.
Según Hidalgo, Moreno y sus operadores políticos saben que una cosa así puede suceder, por lo que ahora se la están jugando para crear el ambiente para una transición política que no se use para la venganza. Ahora "todos están negociando con todos".
Por eso, para Nicholls, Moreno irá a donde le lleve la marea en estos meses, ya que al no tener bases sociales que sostengan el proyecto político, su administración está debilitada frente a los grupos de poder. La evidencia será el incremento de las medidas de austeridad, adelanta Nicholls.
Además, entre la emergencia sanitaria, la crisis económica y el calendario electoral, con inscripción de candidaturas, campaña y votaciones, los 10 últimos meses de mandato pueden guardar más sorpresas.
Una de las primeras será la designación del cuarto vicepresidente de esta administración. Sin contar los posibles cambios de gabinete, para refrescar un Ejecutivo desgastado y que debe mantener las riendas hasta mayo de 2021.
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