Moreno gana el primer round en la defensa del plan económico
Indígenas cierran la carretera este viernes, 4 de octubre de 2019, en el sector de Cangagua, provincia de Pichincha.
José Jácome / EFE
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Al final del día los transportistas cedieron y el Gobierno de Lenín Moreno se mantuvo en su decisión de quitar los subsidios a la gasolina y el diésel.
Desde el mismo hotel donde anunciaron la paralización indefinida de sus actividades, el 2 de octubre, hasta que se derogara el Decreto 883 que levanta los subsidios, anunciaron el final del paro nacional de 11 gremios de transporte de pasajeros y de carga.
Pero ¿cómo se llegó a este desenlace?
Quito despertó en calma, pero con algunos destrozos en aceras y paredes de su Centro Histórico y varias calles cerradas. El Ejecutivo, además de expedir el Decreto de estado de excepción el 3 de octubre, resguardó fuertemente los alrededores del palacio de Carondelet.
Los anillos de seguridad fueron varios. Un primer perímetro con vallas y policías se ubicó entre las calles Olmedo, Espejo, Cuenca y Guayaquil. En las calles internas había más policías y militares patrullando.
Y rodeando el Palacio de Gobierno estaban los escuadrones antimotines.
El escenario indicaba claramente que el gobierno no iba a ceder y que defendería las medidas económicas anunciadas por el Presidente Moreno, en una cadena nacional el 1 de octubre.
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Desde el salón Azul de la Presidencia, los ministros de Gobierno y Defensa, María Paula Romo y Oswaldo Jarrín, informaron que en la jornada anterior hubo 291 focos de violencia, en el punto más álgido de las manifestaciones.
También informaron que unas 350 personas fueron detenidas. Al cierre de esta edición al menos unas 52 personas iban a ser liberadas. Entre los que recuperaron la libertad están el líder indígena Marlon Santi y el reportero Iván Lozano, de Udla Chanel.
Según los ministros, hasta media mañana del 4 de octubre, los incidentes no pasaban de 100 y se fueron desvaneciendo en ciudades como Quito y Guayaquil.
En las primeras horas de la mañana, las autoridades asestaron un golpe sorpresa a los dirigentes del transporte nacional: Jorge Calderón, dirigente nacional del taxismo, fue detenido para enfrentar una pena de uno a tres años de prisión por paralizar un servicio público.
Lo mismo sucedió en Azuay, donde detuvieron a Mesías Vicuña, presidente de la Cámara de Transporte provincial.
Los transportistas han pedido la liberación de ambos.
Mientras tanto, en los alrededores de Carondelet, vecinos, comerciantes y personal del Municipio limpiaban calles y paredes.
La mayoría de negocios abrieron, excepto aquellos dentro del perímetro de seguridad, ya que sin un permiso o acreditación no se podía ingresar a esa zona de la ciudad.
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El Gobierno hizo varias maniobras durante la jornada. El siguiente anuncio fue alrededor del mediodía. Desde el mismo salón Azul, el vicepresidente Otto Sonnenholzner y el ministro de Transporte, José Martínez, aceptaron que los pasajes intra e interprovinciales subirán de precio.
Pero advirtieron que ese aumento "no será proporcional al aumento del precio del diésel" sino menor.
El Ejecutivo derivó la responsabilidad del tema de los pasajes urbanos hacia los gobiernos locales. María Paula Romo dijo esperar que los Municipios vayan tomando sus propias decisiones y asuman la facultad y la competencia de fijar las tarifas, especialmente las de transporte de pasajeros.
Previamente, el jueves 3 de octubre, la Asociación de Municipalidades del Ecuador (AME) emitió un comunicado lamentando la violencia y ratificando su compromiso con el diálogo.
Mientras tanto el presidente Lenín Moreno abría otro frente en Guayaquil.
Cerca del mediodía del 4 de octubre, el mandatario insistió en que no iba a ceder ante la "zanganería". Y puso distancia con Jaime Nebot y Guillermo Lasso: “ellos van a ser en algún momento presidentes, no sé cuánto tiempo después, en ese momento podrán aplicar los maravillosos planes que tienen para el país”.
Aunque hasta las 20:00 no hubo una respuesta clara sobre las nuevas tarifas de los pasajes, al final de la tarde el gobierno ganó el pulso a los transportistas y estos depusieron el paro.
Los gremios arriman el hombro
La Cámara de Industrias y Producción difundió su cálculo sobre las pérdidas que ocasionó el paro de transportes: “USD 262 millones de pérdidas en ventas diarias".
Manifestaron que el sector empresarial está de acuerdo con la declaratoria de estado de excepción, anunciada el jueves por el presidente Moreno.
La Asociación Nacional de Productores y Exportadores de Flores del Ecuador (Expoflores) rechazó las manifestaciones y los actos de violencia.
Y la Cámara de Industrias de Guayaquil rechazó de manera contundente cualquier medida que paralice la producción.
En provincias, otra historia
Aunque en la tarde en Quito se registraron manifestaciones de menor intensidad en el sector de San Blas, los focos más fuertes estuvieron en otras ciudades: Puyo, Ambato, Ibarra, Machala, Lago Agrio, Latacunga, Cuenca.
En Tungurahua, un grupo de indígenas se tomó las antenas de telecomunicaciones y cortó la señal de varios medios locales. Y en Otavalo los manifestantes retuvieron a siete miembros del Grupo de Intervención y Rescate (GIR).
En varios puntos del país hubo cierres de carreteras a lo largo del día.
La Conaie anunció anunció una huelga nacional, con una marcha que se concentrará en Quito el próximo miércoles 9 de octubre. Los servidores públicos y los estudiantes universitarios también anunciaron movilizaciones.
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