Boric inicia la 'era progresista' en Chile, un aliado necesario para Ecuador
Gabriel Boric tomará el poder en Chile este viernes 11 de marzo. El presidente Guillermo Lasso aprovechó el viaje para la posesión para reafirmar la relación y buscar un nuevo aliado en el camino hacia la Alianza del Pacífico.
El presidente Guillermo Lasso saluda con Gabriel Boric, el día previo a su posesión como presidente de Chile, el 10 de marzo de 2022.
Presidencia
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Las delegaciones internacionales llegaron este jueves a Santiago para la toma de posesión del líder progresista Gabriel Boric, quien se convertirá este viernes 11 de marzo en el presidente más joven de la historia de Chile.
Se espera que asistan cerca de 500 invitados, frente a los 1.300 de investiduras anteriores, entre los que destacan once jefes de Estado o de Gobierno de todo el mundo. El primer mandatario en aterrizar fue el de Ecuador, Guillermo Lasso.
Boric, de 36 años recién cumplidos, se impuso en el balotaje de diciembre por más del 55,8% de los votos y casi 12 puntos de diferencia al ultraderechista, José Antonio Kast.
Defensor del proceso constituyente en el que está inmerso el país y crítico acérrimo del modelo neoliberal instalado durante el régimen militar (1973-1990), el exlíder estudiantil quiere ampliar el papel del Estado hacia un modelo de bienestar parecido al de Europa.
Encabezará, además, un Gobierno feminista con 14 mujeres y 10 hombres, donde la persona que tendrá más poder dentro del futuro gabinete será la médico independiente Izkia Siches, la primera mujer que ocupará el cargo de ministra del Interior en Chile.
"Ser un Gobierno feminista significa cambiar la manera en la cual nos relacionamos, con la cual vemos el mundo, que ha estado durante demasiados siglos contada por hombres", dijo el futuro mandatario en una reunión con su gabinete, previa a la toma de posesión.
El proceso chileno y los retos de Boric
El mandatario chileno, Sebastián Piñera, dos veces presidente de su país, se despide del poder tras cuatro años marcados por el estallido social, la gestión de la pandemia, la crisis económica, la discusión de una nueva Constitución, el conflicto en la Araucanía y una crisis migratoria sin precedentes.
Las protestas de 2019, que fueron contenidas tras el acuerdo para la creación de la Convención Constitucional, estuvieron marcadas por una fuerte represión policial y violaciones generalizadas de los derechos humanos, denunciadas por grupos como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI).
El estallido que remeció al país fue la mayor crisis política en tres décadas y detonó un proceso constituyente inédito que deberá culminar a mediados de este año con la convocatoria de un referéndum para ratificar la propuesta de nueva Carta Magna.
Un texto que reemplazará a la vigente, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y considerada como el origen de las desigualdades del país.
Gran parte de la población ha depositado sus esperanzas de cambio hacia un modelo más justo en este proceso, de ahí que cuidarlo para que el proceso llegue a buen puerto es uno de los principales retos del nuevo gobierno.
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Crisis migratoria
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Desde febrero de 2021, la policía ha contabilizado más de 50.000 ingresos irregulares a Chile a través de pasos fronterizos no habilitados, con un flujo diario de centenares de personas. La envergadura de este inédito movimiento migratorio hacia Chile y el resto del cono sur, derivado del éxodo venezolano que ya llega a cerca de 6 millones de personas, ha generado en el norte del país una crisis humanitaria sin precedentes. Un reto inesperado que conjuga descontento de la población local, falta de bienes básicos para los ciudadanos que ingresan y una militarización fronteriza vigente desde mediados de febrero. Controlar la migración irregular y tender puentes diplomáticos con países vecinos y también afectados por la crisis será uno de los desafíos urgentes que deberá asumir la nueva administración chilena.
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Violencia e inseguridad
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Desde hace décadas, en el sur de Chile se desarrolla el llamado "conflicto mapuche" que enfrenta a comunidades indígenas con grandes empresas agrícolas y forestales que explotan tierras consideradas ancestrales por el pueblo originario más numeroso del país. Un territorio ocupado a la fuerza por el Estado a fines del siglo XIX en un proceso conocido oficialmente como la "Pacificación de La Araucanía". Durante los últimos años, al calor de frecuentes ataques incendiarios a maquinaria y predios, el conflicto se ha agudizado, causando la muerte de gran número de comuneros mapuche a manos de agentes del Estado y registrándose además fallecimiento de policías y huelgas de hambre de presos indígenas. El pasado 12 de octubre, Sebastián Piñera decretó un estado de excepción que militarizó la zona, medida que Boric adelantó que no renovará para "llamar al diálogo" entre las partes.
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Sequía extrema
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El 2021 concluyó como el cuarto año más seco en Chile desde que se tienen registros, un escenario hídrico crítico que se extiende a lo largo de todo el territorio y afecta de forma más dramática a la zona central, donde miles habitantes reciben agua diariamente desde camiones aljibes. Un contexto donde además la temperatura no para de subir: el pasado invierno marcó casi 30 grados de máxima. Son en total 13 años de sequía consecutivos, marcadas por las bajas precipitaciones y una grave déficit de agua nieve en áreas cordilleranas. Aumentar las ayudas para los pequeños agricultores y ganaderos, evitar incendios y garantizar el suministro de agua será una tarea prioritaria.
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Recuperación post pandemia
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Chile, que sufrió un importante desplome de su PIB en un 5,8% en 2020 a causa de la pandemia -la mayor caída en cuatro décadas-, ha mostrado una rápida recuperación económica, aunque las proyecciones del Banco Central para este año no superan el 2,5%. Con una de las economías más abiertas del mundo y pese a que ni Rusia ni Ucrania están dentro de sus principales aliados comerciales, la condición de importador neto hace a Chile un país con puntos vulnerables frente a la guerra en el este de Europa. Combatir los golpes inflacionarios derivados del aumento del precio del petróleo y el trigo y recuperar empleos serán de los principales desafíos para levantar la economía chilena, así como mantener el control de la pandemia. A todo ello, se ha sumado en el último momento un reto más: los efectos que tendrá en la economía globalizada la guerra en Ucrania, que igualmente golpeará al frágil sistema chileno.
Ecuador 'tantea' el terreno
El presidente Lasso se reunió con Boric, el jueves en la tarde, y aprovechó para solicitarle apoyo para ingresar en la Alianza del Pacífico, el bloque económico conformado por México, Colombia, Perú y Chile.
El Mandatario y el canciller Juan Carlos Holguín apelaron a la histórica relación bilateral para solicitar al nuevo presidente chileno el apoyo para que Ecuador pueda concretar su intención de ser miembro de pleno derecho del grupo comercial. Objetivo que persiguió también el gobierno de Lenín Moreno.
Desde que fue electo, Lasso ha puesto esa meta como prioridad y sus cancilleres también. Y ha mantenido reuniones con los presidentes de los países miembro para buscar el apoyo político necesario. En discurso, todos se han mostrado favorables a la posibilidad.
Es eslabón comercial que hace falta es un acuerdo comercial con México, y el gobierno trabaja en ello. En enero, Holguín afirmó que “nuestro acuerdo bilateral con México es una de las ocupaciones más importantes que tendremos en los próximos días y meses”.
En su visita a Chile, Lasso también presentó el portafolio de inversiones del país, de USD 30.000 millones en sectores estratégicos, en el foro Ecuador Open for Business. Ahí participaron unos 160 empresarios y representantes de la Sociedad de Fomento Fabril, que agrupa al sector industrial chileno.
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