Escuelas de formación no logran consolidarse en los partidos políticos
Las organizaciones políticas deben tener centros de formación política.
PRIMICIAS
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El Código de la Democracia establece la obligación de que los partidos y movimientos nacionales brinden formación política a sus miembros. De hecho esa actividad se consagra como un deber de su función pública.
La ley electoral manda que las agrupaciones formen a sus candidatos para que puedan ser autoridades competentes en caso de ganar elecciones.
Además, el artículo 331 señala que deben "sostener, como mínimo, un centro de formación política". Y aquellas agrupaciones que reciben el fondo partidario permanente, es decir recursos públicos, deben destinar al menos el 70% de ese dinero para la formación, publicaciones, capacitación e investigación.
De ese monto, el 20% se tiene que utilizar exclusivamente en la formación política de afilados o adherentes, con énfasis en grupos de atención prioritaria, mujeres y jóvenes
El objetivo es promover la paridad de género, la erradicación de la violencia contra las mujeres y el fortalecimiento del liderazgo de femenino y juvenil.
Sin embargo, estos enunciados siguen siendo anhelos. En la práctica, la mayoría de partidos y movimientos están liderados por hombres, al igual que sus listas. Basta con observar que uno solo de los binomios presidenciales está encabezado por una mujer. Lo mismo ocurre con apenas cuatro de las 17 listas nacionales de legisladores.
Solo en las listas de parlamentarios andinos, la contienda con menor relevancia en el país, 12 de las 16 opciones están encabezadas por mujeres.
Para evitar desvíos de recursos, el mismo Código establece un límite para el uso de dinero público en temas administrativos. Solo el 30% del fondo partidario podrá destinarse al funcionamiento de las organizaciones políticas.
Los centros de formación política
La única organización política que está a la vanguardia y, por mucho, es la Izquierda Democrática. Su Instituto Manuel Córdova Galarza acaba de graduar este mes a su primera promoción con un diplomado internacional en Democracia y Liderazgo Político.
El título académico cuenta con el avala de la Secretaría Técnica del Sistema Nacional de Cualificaciones y Capacitación Profesional (Setec). Se otorga en acuerdo con el Instituto Nacional Demócrata de Estados Unidos.
El partido naranja, que nació en 1970, pero fue refundado, después de su extinción, en 2016, tiene el instituto desde hace 40 años. Pero también tienen programas de capacitación en temas puntuales y para las provincias, según sus necesidades o la coyuntura.
La legisladora Wilma Andrade, candidata a la reelección y expresidenta nacional del partido, cuenta que desde 2015 también tienen un centro de innovación y que la iniciativa capitalina Tinkulab está conformada por miembros de las juventudes de la ID.
Otros de los partidos más antiguos también tienen centros de formación con trayectoria: Unidad Popular (UP) y que antes era conocido como Movimiento Popular Democrático (MPD). También el Partido Social Cristiano (PSC) tiene una iniciativa similar.
UP cuenta con el centro de formación Jaime Hurtado González, que funciona desde los orígenes del MPD a finales de los 70. Las temáticas de los talleres varían desde principios ideológicos y economía, hasta oratoria y manejo de redes sociales.
Giovanni Atarihuana, presidente de UP, cuenta que tienen una serie de módulos de formación permanente para la militancia. Además ofrecen capacitaciones individuales sobre temas coyunturales según las necesidades.
La Cantera de la 6 también tiene capacitación permanente para sus militantes. A mediados de septiembre empezaron una serie de encuentros de formación para los candidatos jóvenes de la agrupación sobre sus principios ideológicos y "liderazgo en tiempo de crisis".
Entre los movimientos y partidos nuevos hay también líneas de capacitación, sin embargo no llegan a ser tan estructuradas. Algunas, como las de Avanza, aún tienen problemas para consolidarse, por falta de recursos.
Javier Orti, secretario ejecutivo de la lista 8, cuenta que el partido tenía ya organizada su estructura de capacitaciones llamada Proyecto Lidera. Incluso antes de la pandemia, habían previsto el lanzamiento de una plataforma digital.
Para ello contrataron el servicio de capacitaciones con módulos en distintas temáticas, desde ciencias políticas y marketing político hasta gobiernos descentralizados. Pero como no recibieron el fondo partidario no completaron el presupuesto.
En SUMA también llevan adelante procesos de formación para los militantes y candidatos. Pero aún no han construido un centro de capacitación formal. Hay talleres para temas puntuales.
Por ejemplo, María Belén Aguirre, representante de la lista 23, cuenta que en esta ocasión iniciaron una serie de talleres para los candidatos desde septiembre. Las clases son cada lunes en la noche y culminarán en diciembre.
Los candidatos y la formación
Aunque los partidos y movimientos siempre destacan sus frentes de juventudes, cuando termina el periodo electoral esos militantes prácticamente desaparecen.
Es por eso que, históricamente las agrupaciones políticas no cuentan con el capital político nacional suficiente para sostenerse en el poder o para llegar a él.
Angélica Abad, politóloga y catedrática de la Universidad de Cuenca, analizó para PRIMICIAS este fenómeno. Debido a la ausencia de cuadros propios que se evidencia en estas elecciones generales en los partidos muchos de los candidatos son auspiciados o vienen del tradicional 'camisetazo'.
Esto pasa aún más en las organizaciones nuevas porque no tienen procesos de formación de cuadros.
Sin embargo, también hay excepciones. Por ejemplo, Andrade cuenta que el plan de gobierno de la ID fue creado por la militancia del centro de innovación y que su presidenciable, Xavier Hervás, además de respaldarlo por completo también pasó por un breve curso de formación propio del partido.
Esta es una regla de la Izquierda Democrática: todos sus candidatos deben pasar al menos por un curso de formación política de su Instituto. Y la mayoría de cuadros deben salir de sus bases, sin contar que el 30% de todas las listas deben obligatoriamente tener candidatos menores a 34 años.
Es algo que tienen en común con SUMA, donde en las dos últimas elecciones generales, la agrupación ha mantenido cursos intensivos de formación para sus candidatos, propios y auspiciados. Sin embargo no son obligatorios.
En Unidad Popular el proceso es distinto. Si bien también tienen una fuerte tradición de formación e, incluso, de publicaciones, el proceso organizativo y participativo de sus bases es distinto. Son sectores populares cuyos líderes se forman principalmente con el activismo social.
Es así que muchos de sus candidatos son líderes sociales y sindicales, que comparten principios ideológicos, pero que no son parte de la militancia del partido.
Lo contrario sucede en otras tiendas políticas. SUMA, por ejemplo, sostiene que el 60% de sus cuadros son propios.
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