Francisco Carrión: todavía subsiste el 'sueño americano'
El excanciller y diplomático de carrera, Francisco Carrión, regresó de su misión de dos años en México y conversó con PRIMICIAS sobre la crisis migratoria ecuatoriana.
Migrantes intentan cruzar la frontera con Estados Unidos nadando, el 18 de octubre de 2023, en Piedras Negras (México).
EFE
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En medio de la crisis migratoria en Ecuador, con miles de ciudadanos arriesgándolo todo para llegar a Estados Unidos, el embajador y excanciller Francisco Carrión cuenta su experiencia en la Embajada en Ciudad de México.
Pese al poco personal con el que cuenta la diplomacia ecuatoriana en México, para atender a los migrantes, el diplomático de carrera cree que no es indispensable incrementar el número de funcionarios en las sedes existentes. Pero apuesta porque se culmine la apertura de un nuevo consulado en el sur del país.
La mayoría de los accidentes de camiones y autobuses que transportan a migrantes irregulares ocurren cerca de la frontera con Guatemala. Por lo tanto, cuando esto sucede, es necesario proporcionar un servicio más eficiente y rápido a los ecuatorianos que requieren ayuda.
Además, Carrión cuenta que, pese a todo, los migrantes ecuatorianos son vistos como buenos trabajadores. Lo mismo que sucedió en España a finales de los 90. Y que, aunque el viaje hacia Estados Unidos puede ser mortal, el 'sueño americano' todavía subsiste.
¿Cómo se ve desde México la crisis migratoria, que incluye a los ecuatorianos que quieren llegar a Estados Unidos?
En México se tiene una percepción, que es la realidad, de que los ecuatorianos, entre otras nacionalidades, quieren pasar e ir al norte y no quedarse en México.
Pero, cuando llegan a la frontera de con Estados Unidos, se dan con la realidad: que es una valla mayoritariamente insalvable. Y eso después de haber pasado las peores situaciones y penurias, como el tapón del Darien, la explotación de los coyoteros e infinidad de cosas.
Lo que hace México es ayudar un poco. No es un país represivo en materia de migración. Ellos han sido, históricamente, un país de acogida. Para ellos, el asilo es una institución sagrada.
El Gobierno incluso dijo que iba a reactivar los vuelos de repatriación voluntaria. Cuando los migrantes llegan a México y son detenidos porque no tienen los papeles en regla, no les meten preso, sino que les llevan a sitios de acogida.
Ahí les toman sus datos y les dicen que pueden quedarse 10 días y después decidir lo que quieren hacer. Pero la mayoría busca seguir hacia Estados Unidos.
¿Y la Embajada ecuatoriana?
Lo que la Embajada ecuatoriana puede hacer es darles facilidades, cuando lo requieran. Porque, por principio, la migración irregular es un poco subterránea. Entonces la ayuda se da cuando los migrantes ecuatorianos han pasado por un percance o han perdido los documentos y piden ayuda.
La Embajada en México es receptora de situaciones tremendamente dolorosas para aquellos ecuatorianos que quieren llegar a Estados Unidos.
La Embajada tiene, entonces, contacto con muy pocos de los miles de ecuatorianos que transitan hacia Estados Unidos.
Exacto, a menos que tengan un problema, que perdieron el pasaporte, que tuvieron un accidente. Solo ahí es cuando acuden a la Embajada.
O la Embajada, más bien dicho el Consulado, acude a ellos cuando conoce que hay ecuatorianos en un accidente de contenedores, por ejemplo. Entonces, ahí sí, nosotros tomamos contacto con las autoridades mexicanas y nos ofrecemos a ayudar.
Nosotros tenemos dos consulados, el de Monterrey al norte y el de Ciudad de México, que cubre toda la región sur del país, que es la más grande. Y, en coordinación, con la Embajada, vamos a ofrecerles ayuda o colaboración.
¿Hace falta más personal diplomático en México para la atención a los migrantes ecuatorianos?
Ahí hay que dividir el tema en dos partes. Uno es el incremento del personal en los dos consulados que tenemos allá. Y yo creo que sería útil, sería más fluida la atención, pero no es indispensable.
El segundo aspecto es abrir un nuevo consulado. Eso sí, porque el Consulado en Ciudad de México, cubre las dos terceras partes del territorio mexicano. Y cuando, de pronto hay un accidente de estos, ahí viene la urgencia, el apuro, la insuficiencia de personal.
Ya que la mayoría de estos accidentes o problemas se dan en la frontera con Guatemala o cerca esa frontera. Entonces, efectivamente, está en trámite, la creación de un consulado en Tapachula, en Chiapas.
Para poder atender inmediatamente y ser de utilidad de una manera más rápida y más eficiente. Pero el proceso de apertura de consulados es muy lento.
¿Lento por qué motivo?
Hay una serie de trámites con el gobierno mexicano, la distribución de la jurisdicción consular, desde Tapachula, qué estados va a cubrir. El nombramiento de un cónsul, que normalmente es de carrera, y un mínimo personal.
Así como todo lo que es de la infraestructura física y obtener la aquiescencia de México no siempre es muy rápido. Pero eso sucede en todas partes.
¿El cambio de gobierno puede parar este proceso de creación del consulado?
Eso depende del gobierno que entra. Y del nuevo canciller. Pero este es un proyecto que se hizo durante mi gestión y lo usual es que le hagan saber al canciller la necesidad y el motivo de la gestión. A menos de que sea una persona de que tenga una visión totalmente distinta.
Pero es mejor continuar con los procesos y que no se detenga.
¿Cree que todas las noticias sobre las penurias que pasan los migrantes en tránsito tiene un efecto disuasivo en la población?
Es muy difícil decirlo. Porque es una comunidad irregular. Entonces no están registrados en ningún lado. Así no puedes saber, porque te enteras de que ha habido algún problema cuando el accidente se produce.
Recién ahí sabes cuántos ecuatorianos, están heridos o, lamentablemente, muertos. Al poco tiempo de yo salir de México, leí una noticia en la que decían que habían encontrado una fosa común con cadáveres de migrantes.
Es un riesgo espantoso el que corren los migrantes.
Panamá maneja cifras de los migrantes que pasan por el Darién. ¿No hay algo similar en México?
En materia de migración no hay estadísticas que valgan. Nadie avisa que se va. Los que saben son los coyoteros, pero a ellos no les interesa llevar un registro. Es muy difícil saber cuántos entran a México y cuántos logran pasar.
En materia de migración, es sumamente difícil, si no imposible, tener números reales y concretos.
El riesgo que toman los migrantes, ¿puede deberse a un problema de desinformación sobre los peligros del viaje? Ecuador y Estados Unidos apunta a campañas de comunicación disuasivas.
Es producto del desencanto y, sobre todo, de la necesidad que sienten de mejorar el migrante y su familia, ante la escasez de opciones de mejora que hay en Ecuador. Estamos en otra ola, similar a la que se produjo a fines de siglo pasado.
En esa crisis yo fui embajador en España y ahí llegaron a haber, calculo, un millón de ecuatorianos en España. Y después vino la crisis económica en España. Y muchos salieron disparados a otros países europeos, otros se regresaron y otros se quedaron.
El fenómeno migratorio y sus penurias, se sentían en la Embajada en Madrid, porque el destino era España. Pero México no es el destino, es un país de paso.
El efecto llamada del que hablan las autoridades, parece ser lo suficientemente fuerte para que los migrantes se arriesguen al viaje. ¿Pero qué tan real es la posibilidad de que al llegar les vaya bien en su destino?
El efecto llamada es real. Pero depende de a dónde lleguen. En California, por ejemplo, tienen trabajo fácilmente. Pero en el este de los Estados Unidos, en Nueva York y Boston, ahí es más difícil.
Ahora hay una gran hipocresía en el manejo de todo este fenómeno, por parte de los Estados Unidos. Porque, finalmente, sí hay trabajo.
Y el ecuatoriano es muy apreciado porque es buen trabajador, se portan bien. Por ejemplo, en España, yo recuerdo, los empresarios buscaban ecuatorianos y a mí como embajador en Madrid me venían a pedir que haga gestiones para que vayan ecuatorianos.
Pero era un gran dilema y finalmente no hice ninguna gestión.
Entonces, ¿podrían paliar la crisis migratoria en Estados Unidos y absorber esa migración?
Yo pienso que sí, el potencial económico de Estados Unidos es incuestionable. Y en los niveles o actividades profesionales altas, está copado. Pero, precisamente por estar copado, quedan muchísimos puestos vacíos en niveles bajos.
Pero ahí los migrantes hacen sacrificios realmente enormes, en trabajos de mano de obra elemental. Y a los americanos de origen no les gusta, no pueden y se dedican a otro tipo de actividades que son mucho más lucrativas.
El discurso del colapso de Nueva York, podría ser exagerado y se podría reubicar a los migrantes en otras ciudades.
Eso es un poco lo que están haciendo los americanos: reorientando los migrantes a distintas ciudades. El problema es que se da el fenómeno de que sí consiguen trabajo porque son explotados. Pero, inclusive siendo explotados, ganan bien.
Ahí calculan el trabajo por hora. El pago aquí es mensual.
Entonces, pese a todo, ¿el 'sueño americano' no es una quimera y sigue existiendo?
Creo que en el fondo sigue existiendo, por ejemplo allá puedes tener un auto de segunda mano, televisores, computadoras, teléfonos que son asequibles y tus hijos pueden estudiar en buenas escuelas. Existen esos beneficios. Pero habrá otros que dirán que no.
Se puede decir que todavía subsiste el sueño americano.
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