Flores: "La Ley de Inversiones es un primer ejercicio de diálogo"
El coordinador de la oficialista Bancada del Acuerdo Nacional (BAN), Juan Fernando Flores, conversó con PRIMICIAS sobre la relación entre el Gobierno y la Asamblea, las negociaciones y los pendientes del Ejecutivo para los próximos tres años.
El asambleísta Juan Fernando Flores, coordinador de la BAN, en la sesión del Pleno del 21 de julio de 2022.
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La reapertura del diálogo entre Ejecutivo y Legislativo marca lo que parece ser la reconciliación de una relación rota.
En marzo pasado, el Gobierno rompió con la Asamblea después del archivo de la Ley de Inversiones. El presidente Guillermo Lasso aseguró que gobernaría sin considerar la existencia del Legislativo. Ahora, las tensiones han bajado.
Ambas funciones trabajan justamente en una nueva Ley de Inversiones, que sí logre ser aprobada en el Pleno de la Asamblea. Pero aun así, la situación es compleja porque el Gobierno tiene una bancada pequeña y una mayoría opositora que suma más de 70 votos.
Aún así, y ante las aparentes grietas abiertas en la mayoría opositora por sus diferencias ideológicas, el oficialismo cree que volverán las mayorías móviles.
Juan Fernando Flores, coordinador de la Bancada del Acuerdo Nacional (BAN), que agrupa a Creo y minorías, dialogó con PRIMICIAS sobre las expectativas que tiene el oficialismo sobre este diálogo y la agenda legislativa pendiente para los tres años que faltan de Gobierno.
Las bancadas han cuestionado que el ministro de Gobierno no asistió al primer día del diálogo Asamblea-Gobierno. ¿Existe la intención de dialogar con el Legislativo?
Sí, estamos dispuestos. El que no haya asistido el Ministro significa que las bancadas deben entender que nosotros tenemos una coordinación con el Gobierno Nacional y eso pasa por el Presidente, el Ministro de Gobierno, y conmigo como coordinador de la bancada. Las definiciones políticas son consensuadas.
Lo que pasa, muchas veces, en estos diálogos es que avanzamos en lo político y no en lo técnico. Por eso definimos que había que romper ese esquema e iniciar por la parte técnica, que es lo que a veces no se resuelve.
Hace unos meses el presidente Lasso decía que iba a gobernar sin la Asamblea. ¿Qué les hizo cambiar de opinión?
En la política siempre hay disensos. Pero hemos escuchado estos meses a los ecuatorianos, a las críticas que hemos tenido y en función de eso estamos prestos a corregir.
Así que como parte de ese proceso resolvimos cambiar la estrategia, reconstruir puentes, y entender que aquí debe primar una agenda país. Más allá de las diferencias, que la agenda país se imponga a las visiones que pueda tener el Gobierno y también la oposición.
Si no colocamos eso por delante, ninguna mesa de diálogo va a funcionar porque no van a ver las voluntades.
En la Asamblea hay una mayoría opositora muy reacia a todo lo que venga del Gobierno. ¿Cómo trabajar si tienen los 70 votos para negarles cualquier cosa?
Yo creo que debemos pasar de las palabras necias y oídos sordos a realmente sentarnos a dialogar. Porque si la Asamblea se pone en un plan de "te niego todo lo que mandes", del Ejecutivo vendrá entonces "te veto todo lo que apruebes".
Las dos partes podremos estar en esa pelea si quieren hasta el final del período, pero los ciudadanos, que están esperando respuestas, se van a quedar en el abandono.
Muchos legisladores a veces creen que las leyes no impactan en la ciudadanía, en los ecuatorianos, en la gente que está en la calle. Por eso debemos sentarnos a dialogar para establecer esa agenda país que sea lo que ahora nos movilice.
¿Tenemos diferencias? Sí. ¿Ideológicamente no somos compatibles? También. Pero en vez de ver esos puntos de diferencia, que son muchos, veamos por lo menos los puntos de encuentro, que pueden ser pocos, pero pueden ser fundamentales.
¿Usted cree que en la mayoría, conformada por UNES, PSC y los "rebeldes", hay cómo llegar a eso?
Sí, porque al final del día esta no es una mayoría real, es una pseudo mayoría, que logró cumplir con la finalidad de ocupar espacios en la Asamblea Nacional.
Ahora les está pasando lo que les advertimos: se unificaron para poner al primer y segundo vicepresidente, y ahora no tienen agenda, no saben hacia dónde llevar a la Asamblea.
Esa es una oportunidad para el Gobierno porque, al no haber una definición, lo que les planteamos es: sentémonos en una mesa, planteemos una agenda país.
Ya en función de esa agenda, habrá bancadas que dirán "sí", habrá bancadas que dirán "no". No es fácil, porque los dos lados estamos recién sentándonos a dialogar.
Pero habrá un punto en el que veremos mayorías móviles que se empezarán a definir de acuerdo a las necesidades de los ecuatorianos.
Más allá de la Ley de Inversiones, ¿hay una agenda legislativa del Ejecutivo? Hubo muchas ofertas de campaña y durante el primer año de Gobierno que requieren reformas legales.
Sí, tenemos la Ley de Inversiones como prioridad en este instante. La reforma laboral, pues estamos hablando de cambiar un código de más de 80 años en el país. Estos dos cambios van a tener muchas implicaciones en las nuevas formas y metodologías de oportunidades.
Que se concrete el cambio educativo, que aún permanece en la Asamblea Nacional. Terminar de definir qué va a ocurrir con la ley en materia de libertad de expresión.
Hay otros puntos que no son menores, pero sí son importantes que es el fortalecimiento del turismo, para que la reactivación económica no tenga impacto solo en quienes hacen turismo sino en sus entornos.
Mejoras en tema de lucha contra la corrupción, trata de personas, narcotráfico, crimen organizado. Todas estas son vertientes que terminan en un solo punto, inseguridad, y ese es uno de los problemas de los ciudadanos.
¿No es más fácil para el Gobierno, sobre todo los temas de seguridad, incluirlos en la consulta popular?
Por eso pronto se conocerán las preguntas de la consulta. Hay varios de estos elementos que estarán en la consulta popular, pero hay otro que, por la configuración de nuestro Estado, no pueden ir a consulta popular sino que tendrán que venir a la Asamblea.
Nuestra intención es definir esta agenda país, en donde todos tengamos claridad. Nosotros tenemos intenciones, las otras bancadas también tendrán sus posiciones, y aquí tenemos que llegar a un consenso.
Un primer ejercicio es la Ley de Inversiones. Pero de aquí en adelante tendrán que venir cuántos ejercicios se necesiten para lograr que esto sea funcional.
¿Hay la posibilidad de pasar una reforma laboral en la Asamblea actual?
Había un proyecto de nuevo Código Laboral presentado por el Frente Unitario de Trabajadores, pero se quedó en el limbo porque no aprobó ni archivó el proyecto. Así que, por los vacíos que tiene la ley, ese proyecto murió.
Entonces ahora tiene que venir un debate de cuál va a ser la reforma laboral para el país. El Ministerio del Trabajo está socializando el proyecto del Gobierno, nosotros tendremos que hacer lo propio con las bancadas, y encontrar los puntos en común.
¿Va a ser simple? No. Ningún Gobierno ha logrado, ni en sus mejores momentos, reformar un código de 80 años. Pero en algún punto hay que empezar, entendiendo incluso que puede ser un rédito negativo para el Gobierno, pero que será positivo a futuro porque le está dando oportunidades a los que no tienen empleo.
Va a ser uno de los puntos más álgidos, pero estamos en tiempos de cambio. Veamos si esta vez es posible.
Más allá de estos diálogos, ¿el Gobierno está negociando con las otras bancadas? A veces parece que el Gobierno solo entrega los proyectos y espera que éstos pasen porque son buenos.
Hay algo que a los ecuatorianos les parece raro que es sentarnos a dialogar. Debemos hacer que eso extraordinario se vuelva cotidiano. Lo lógico es que los poderes conversen. No solo el Ejecutivo con la Asamblea, sino con la Función Judicial, la Electoral, el Consejo de Participación.
Nosotros no tenemos esa posición. Se pueden denunciar un sinfín de cosas, pero no se han podido comprobar.
Va a ser un proceso más lento. Lo común hubiera sido, como en gobiernos anteriores, decir: "bueno, necesitamos esta ley; tomen este ministerio, tomen estos hospitales".
Al no hacer nosotros eso, tienes un paradigma que se rompe desde quien ofrece, y desde quien espera. Estamos llegando al punto en el que todos entendieron que eso no va a pasar, y hay que sentarse por el país.
¿Con qué bancadas cuenta el Gobierno para el diálogo? UNES a veces puede ser muy cerrada.
Yo creo que el Gobierno cuenta con todas. Hay temas en los que UNES entiende la posición del Gobierno porque ellos estuvieron también en el gobierno. Ya nos ha pasado que hay leyes en las que UNES vota con nosotros porque entienden que las reformas que estamos planteando vienen desde una visión de una estructura de gobernar.
Yo diría que no hay bancada que esté cerrada. Si eso ocurriera, no hubieran asistido a la mesa de diálogo.
Aquí hay que ver quién es más cercano al tema que vamos a tratar. Ese el problema en el que estamos estancados. La Asamblea, al no tener una agenda, no puede sentarse con el Gobierno y preguntarle qué vamos a hacer.
El planteamiento que nosotros tenemos es: estamos trayendo nuestros temas, ustedes traigan los suyos, veamos cuáles se compaginan, dónde hay líneas rojas, y esas líneas rojas dejémoslas para después. Por ahora, centrémonos en temas pequeños en los que sí podemos ir avanzando.
Entonces, ¿volver a las mayorías móviles? En el veto a las reformas a la Ley de Comunicación, por ejemplo, podrían tener el apoyo del PSC.
En ese caso podemos ver justamente este tema. En lo relacionado a libertad de expresión, tienes al PSC, a la ID y a Pachakutik evaluando qué posición adopta. UNES ya sabes que no va a apoyar el veto.
En temas económicos, vas a tener al PSC e incluso UNES, dependiendo de lo que planteas, quizás a favor. A la ID y Pachakutik quizás en contra.
Si nos vamos a leyes en materia de seguridad, todos podrían estar a favor.
Va a depender mucho del punto que se plantee en la mesa para ver con quién puedes articular o no. Pero sin resentimientos. No puede ser que porque en una ley voto con una bancada, otra se enoja y en la siguiente no apoya.
¿Hay la posibilidad de un allanamiento en ese veto?
Creo que en algunos hay la posibilidad del allanamiento. Y en otros, se va a medir si existen o no los 92 votos para la ratificación. Y en función de eso se va a poder resolver ese tema.
Pero en genérico, cuando vamos a la realidad, si hay una voluntad de la Asamblea de corregir lo que se aprobó y que muchos de los que votaron a favor hoy entienden que fue un error.
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