Estados Unidos, preocupado por 'narco generales' y narcotráfico en Ecuador
El embajador estadounidense Michael Fitzpatrick habló con PRIMICIAS sobre la relación bilateral con Ecuador y las acciones anticorrupción, como el retiro de visas a los investigados.
El embajador Michael Fitzpatrick en entrevista con PRIMICIAS, el 10 de diciembre de 2021.
Cortesía de la Embajada de Estados Unidos
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Para Washington, Ecuador representa un horizonte de oportunidades de cooperación bilateral en distintas aristas. Sobre todo, en el refuerzo de la democracia y el Estado de derecho, lo que va de la mano con la lucha anticorrupción y contra el narcotráfico.
El embajador Michael Fitzpatrick habló con PRIMICIAS sobre las preocupaciones y las oportunidades que ve la administración del presidente Joe Biden en Ecuador.
Y menciona que en el país hay ya 'narco generales', para luego ahondar en los casos emblemáticos en los que ha funcionado la cooperación internacional, como las investigaciones del desfalco al Isspol, el caso Las Torres y el caso de Álex Saab.
La semana pasada, el presidente Biden celebró la Cumbre por la Democracia. Esta línea de política exterior ¿Cómo encaja la relación específica con Ecuador?
La defensa de la democracia es fundamental en nuestra relación, porque es la base de la visión compartida. Esto permite que sea más fácil colaborar y trabajar de cerca en la lucha anticorrupción y antinarcóticos.
Y en este momento, a pesar de los éxitos del Estado ecuatoriano en contra de los carteles, es obvio que hay grupos dentro y fuera del país que quisieran debilitar la democracia y el Estado de derecho, corromper el sector privado y al sector público.
Esta es una amenaza compartida, porque es un problema global. Y nosotros también tenemos nuestras propias debilidades y esto subraya la importancia de tener instituciones fuertes, independientes.
Ningún país está exento de estas influencias políticas y cuando hay este tipo de solidaridad internacional entre democracias, todos luchando para fortalecer sus instituciones, hay más solidaridad en las acciones.
Internacionalmente, los autócratas coordinan sus acciones, los carteles coordinan sus acciones, entonces es obvio que las democracias deben hacer lo mismo.
A pesar de los éxitos del Estado ecuatoriano en contra de los carteles, es obvio que hay grupos dentro y fuera del país que quisieran debilitar la democracia.
Hablando de la lucha anticorrupción, ¿cómo ve Estados Unidos la penetración del narcotráfico en las fuerzas del orden y en los sistemas de justicia?
Es cierto, hay más influencia de este tipo de actores en muchos estados, incluyendo el nuestro.
Por ejemplo, esta semana fue sentenciado a 12 años de cárcel un exagente de la DEA (la oficina antinarcóticos de Estados Unidos), por haber colaborado con los carteles. Nadie está exento.
Estamos muy preocupados por la penetración del narcotráfico en Ecuador y en las fuerzas del orden.
Y el presidente Biden acaba de anunciar una nueva estrategia nacional anticorrupción, que tiene mucho que ver con nuestro trabajo multilateral para contraatacar este tipo de problemas.
Vamos a continuar nuestras acciones a nivel multilateral, sea en lo político (capacitaciones, intercambio de información).
También por mecanismos judiciales (entre fiscales de varios países). Hay varios ejemplos: el caso Isspol, el caso Alex Saab, el caso Raúl de la Torre y Pablo Celi. Todos son ejemplos de que hay investigaciones criminales multinacionales.
Esta semana está el caso de los 'narco generales' y ya hemos retirado visas. No puedo mencionar nombres.
Nadie puede esconderse detrás de una túnica judicial para cometer crímenes.
Pero ya estamos investigando todos estos casos y otros como Petroecuador, compras públicas en el sector de salud, esto incluye a los jueces, abogados, funcionarios públicos o privados.
Cuando tenemos evidencia e información contundente en estos casos estamos quitando visas. Y colaborando en los casos que tienen nexos con Estados Unidos, sea en lo financiero o en otras acciones tomadas en nuestro país.
Estamos muy preocupados por la penetración del narcotráfico en Ecuador y en las fuerzas del orden.
En 2020 el gobierno estadounidense retiró 300 visas a ecuatorianos vinculados a casos de corrupción. ¿Con los casos que se investigan ahora, cuántas visas han sido retiradas en 2021?
Ha sido cientos de casos en este año también, incluyendo a familiares. No tengo una cifra exacta, pero estamos comprometidos en esto.
En el pasado, la gente se ha escondido detrás de la soberanía para cometer crímenes, pero cuando son casos de crímenes internacionales no es un tema de soberanía. Al contrario, es la coordinación de esfuerzos soberanos de varios países.
Es una decisión soberana nuestra quién puede entrar o no a nuestro país.
Y tenemos nuevas herramientas en Estados Unidos para impedir la entrada no solo de determinadas personas sino de todos sus familiares, que están aprovechando y utilizando los bienes robados.
Tenemos nuevas herramientas para impedir la entrada no solo de determinadas personas sino de sus familiares, que están aprovechando los bienes robados.
Además del retiro de visas, usted había mencionado que la colaboración en materia de extradiciones y rastreo de recursos. ¿Hay avances en esas líneas?
El tratado de extradición formal que tenemos entre los dos países es viejísimo, más de 150 años. No funciona francamente en el mundo moderno, con crímenes digitales, o crímenes internacionales financieros.
Lo que hemos hecho es agilizar nuestra colaboración con las personas buscadas en Ecuador que no tienen un estatus legal en Estados Unidos.
Entonces, si esas personas están en Estados Unidos ilegalmente, procedemos con la extradición, es lo que hemos hecho este año en más de 10 casos.
¿Qué líneas específicas de cooperación se han abierto en materia anticorrupción y de seguridad?
En temas de seguridad, dada la situación de las cárceles aquí, hemos tenido la visita de un experto en protocolos y seguridad interna de las cárceles de Estados Unidos. Él ha venido y ha visitado varias instituciones y cárceles y hemos mandado un informe con recomendaciones al gobierno ecuatoriano.
La cooperación antinarcóticos es un buen ejemplo también, empezando con la voluntad del gobierno de Ecuador para prevenir el uso del territorio por parte de los carteles. Este año Ecuador puede sobrepasar las 200 toneladas métricas de droga, un récord histórico en un año.
En este tipo de cooperación multilateral estamos haciendo investigaciones con Canadá, Europa, Centroamérica y Colombia sobre el envío de cocaína a Europa utilizando fachadas y empresas falsas en Estados Unidos, Europa y América Latina.
Otro ejemplo que tiene nexo es la cooperación contra la pesca ilegal. Tuvimos la visita, por primera vez en más de 15 años, en las Islas Galápagos de un US Coast Guard Cutter, para la lucha antinarcóticos y contra la pesca ilegal.
Y en los meses que vienen vamos a tener otras visitas a Manta, Guayaquil y otros puntos en la Costa ecuatoriana para mejorar nuestra capacidad de trabajar de cerca.
Algo que se ve en Ecuador es el crecimiento de las estructuras delictivas y de la violencia ¿por esto se ha incrementado la cooperación o al revés?
Los dos están subiendo, la colaboración y la amenaza contra Ecuador y su territorio, por eso estamos apoyando más.
Hay más éxitos, pero lo negativo es que hay más para 'pescar'. Hay más narcotráfico, más uso del territorio nacional.
Quizás en parte por la pandemia, porque ha habido unas cantidades inmensas de droga que no han sido enviadas por aire o mar y están intentando mandarlas ahora.
Pero también está la pelea entre los carteles internacionales en Ecuador, que manifiesta que todos los esfuerzos del Estado han tenido éxito, porque (los carteles) están luchando para controlar el mercado y los sistemas de envío.
Con este escenario ¿cuál es el punto crítico en el que Estados Unidos pretende incrementar la cooperación?
El Estado de derecho y la lucha anticorrupción es en cualquier país el talón de Aquiles para la democracia. Si hay fe en las instituciones públicas la democracia sigue avanzando y profundizándose.
Pero si la gente dice que no hay seguridad en las calles ni en sus casas o en sus opiniones públicas, o la prensa no tiene derecho de opinar, todas estas son amenazas contra la democracia.
Y los narcos son una amenaza contra los jueces, fiscales, los puertos, funcionarios uniformados o civiles, y la sociedad civil.
Cuando la sociedad no quiere participar en la defensa de su propio Estado de derecho y de su democracia ya estamos jugando a la defensiva y hay que jugar ofensivamente, para defender la democracia con orgullo y con franqueza sobre nuestras limitaciones.
Los narcos son una amenaza contra los jueces, fiscales, los puertos, funcionarios uniformados o civiles, y la sociedad civil.
Dentro de este complejo escenario, ¿queda espacio para los temas comerciales y avanzar en la firma del acuerdo que Ecuador busca con Estados Unidos?
Ecuador es un gran socio, con el presidente Guillermo Lasso y su administración. En agosto empezaron cuatro capítulos nuevos en nuestras relaciones comerciales.
La semana pasada en Bogotá firmamos el acuerdo de cielos abiertos, gracias al Presidente por tomar el liderazgo para eliminar este impuesto que fue tan negativo para todo el sector. Ya tenemos seis empresas aéreas de los Estados Unidos volando acá.
Estamos avanzando en varias áreas, en enero vamos a tener en Guayaquil otra reunión de nuestra comisión bilateral de comercio e inversión. Y la cumbre de inversión hecha por el Presidente hace unas semanas también fue exitosa, por lo que estamos conversando con varios empresarios en Estados Unidos sobre inversiones.
Pero al final del día para cualquier inversionista el Estado de derecho es fundamental.
¿Cuál es el panorama general de la relación entre Estados Unidos y Ecuador?
Tenemos muchas posibilidades de expandir, aumentar y profundizar las relaciones en una alta gama de áreas, desde cooperación ambiental hasta pesca ilegal y profundizar el Estado de derecho en Ecuador.
Es una visión compartida entre los dos presidentes, a favor de la democracia, el libre comercio, el Estado de derecho, la participación de la clase media y escuchar al pueblo y decidir por dónde vamos.
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