El alcalde Yunda pasó de líder de gestión a perfil bajo en la pandemia
El alcalde de Quito, Jorge Yunda, recorrió la Mariscal en bicicleta el 6 de septiembre de 2020.
@PanasJorgeYunda
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Los primeros meses de la pandemia le dieron al alcalde de Quito, Jorge Yunda, un escenario en el que supo ganar protagonismo político. Incluso llegó a medir fuerzas con el Ejecutivo y no retrocedió.
Pero las denuncias de irregularidades cambiaron la dinámica y ahora mantiene un perfil bajo, a puertas de recibir el control de la ciudad por el fin del estado de excepción.
Si bien los gobiernos locales no reciben competencias adicionales, el Gobierno central había impuesto la mayoría de reglas para lidiar con la pandemia hasta el momento.
Las principales fueron el confinamiento ciudadano, el cierre de fronteras, la restricción de movilidad y asociación.
Todo eso queda atrás a partir de hoy, lunes 14 de septiembre de 2020. No hay más medidas excepcionales y cada ciudad deberá responder por la evolución de la pandemia dentro de sus límites.
Esto, cuando sobre el alcalde capitalino pesan incógnitas respecto a su manejo de las secretarías y empresas públicas de la ciudad, que han sido cuestionadas. Así como un intento de revocatoria de mandato, precisamente por los supuestos casos de corrupción.
El clímax de su administración
Yunda fue ejemplo de una gestión exitosa, mientras la enfermedad azotaba al Puerto Principal y el Gobierno nacional concentraba sus esfuerzos ahí.
Durante los primeros tres meses, el alcalde se granjeó afectos y desafectos en la opinión pública y en las esferas de poder, por las medidas radicales que impuso en la ciudad. Y la tragedia en Guayaquil le permitió prever planes de atención y contingencia.
El alcalde vio las oportunidades y supo aprovecharlas para adelantarse a la expansión de la pandemia mientras fue posible. Esto hizo que su capital político y apoyo popular crezcan.
Muchos quiteños incluso prestaban más atención a la actuación de Yunda que a lo que dijera el Gobierno nacional. Y una de las medidas más aplaudidas de su gestión inicial fue la adquisición y gestión de pruebas para detectar el covid-19.
Para abril, la consultora internacional Mitofsky ubicaba al alcalde capitalino como el segundo favorito del continente, incluso por sobre los alcaldes de Nueva York y Bogotá, con el 89% de aprobación.
Aprovechando su condición de médico, Yunda incluso participaba en la toma de muestras a la ciudadanía. Algo que ninguno de sus competidores políticos podía hacer.
El incremento de las denuncias
La racha del alcalde Yunda y su popularidad recibieron el primer golpe el 27 de mayo.
Ese día, la Secretaría de Salud, el Municipio y la casa del exsecretario de Salud, Lenin Mantilla, fueron allanadas por la Fiscalía por un presunto sobreprecio en la compra de 100.000 pruebas PCR que sirven para detectar Covid-19.
La investigación se originó por posibles ilícitos en el montaje del Centro de Atención Temporal Quito Solidario, en el Parque Bicentenario.
Le siguió, el 2 de junio, la noticia de que la cuenta bancaria de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento de Quito (Epmaps) había sido vulnerada y que se transfirieron USD 1,3 millones a Hong Kong.
Luego vino la denuncia de una presunta triangulación de contratos para la repavimentación de 49 vías de Quito, entre la Empresa Municipal de Obras Públicas (Epmmop), el Consorcio Repavimentación Quito y la controvertida Geinco, empresa que es propiedad de Gerardo Espinel, amigo de Yunda.
A eso se suman temas como la crisis en el relleno sanitario del a ciudad.
La empresa Villacapria solicitó la terminación del contrato de tratamiento de lixiviados, que están acumulándose desde diciembre de 2019 en El Inga.
Han pasado ocho meses desde que los líquidos que produce la descomposición de la basura -conocidos como lixiviados- no reciben tratamiento en el relleno sanitario de Quito.
A la par, las cifras de la pandemia también se incrementaron en la ciudad, tanto la cantidad de personas contagiadas, que supera ya a Guayaquil, como la de fallecidos.
Mientras que las casas de salud lucían abarrotadas y el Municipio continúa levantando cadáveres de las calles y domicilios.
Mientras las denuncias de presunta corrupción y las cifras de covid van al alza, la exposición mediática del alcalde Yunda ha bajado.
Al contrario de su homóloga del Puerto Principal, que continúa exigiendo acciones al Ejecutivo, Yunda sigue con sus recorridos por la ciudad y entregas de obras.
Del ímpetu político y mediático del alcalde cuando inició la pandemia, los anuncios y ruedas de prensa iniciales, de las constantes transmisiones y declaraciones queda poco.
Ahora la fuerza de los mensajes municipales, replicados por todas las entidades del cabildo, está en publicitar sus encuentros con la ciudadanía, bajo el tradicional lema de #YundaEscucha.
Pero para el alcalde de Quito las acusaciones que recaen sobre él responden a intereses políticos preelectorales, por parte de grupos que quieren verlo fuera de la Alcaldía, aunque se abstiene de dar nombres.
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