Osvaldo Zavala: El ecuatoriano en la Secretaría de la Corte Penal Internacional
El jurista guayaquileño Osvaldo Zavala Giler conversó con PRIMICIAS sobre su visión del derecho penal y los desafíos de la Corte Penal Internacional, en La Haya.
El doctor Osvaldo Zavala Giler es guayaquileño y fue nombrado secretario de la Corte Penal Internacional por un periodo de cinco años el 5 de abril de 2023.
Cortesía Corte Penal Internacional
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El abogado guayaquileño Osvaldo Zavala Giler lleva el derecho en la sangre. Es hijo de Osvaldo Zavala Egas, sobrino de Xavier Zavala y nieto del connotado jurista porteño Jorge Zavala Baquerizo.
Fue él quien cultivó su pasión por el derecho penal enfocado en el respeto a los derechos humanos.
Zavala Giler, de 44 años, fue nombrado Secretario de la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya (Países Bajos) el 5 de abril de 2023, por un periodo de cinco años.
La CPI es un tribunal de última instancia para el enjuiciamiento de crímenes graves internacionales, como genocidio, crímenes de guerra, de lesa humanidad y de agresión.
La entidad tiene abiertas investigaciones en Uganda, la República Democrática del Congo, la República Centroafricana, Darfur (Sudán), Kenia, Libia, Costa de Marfil, Mali, Georgia, Burundi Bangladés/Myanmar, Afganistán, Palestina, Filipinas, Venezuela y Ucrania.
PRIMICIAS conversó con Zavala Giler acerca de la estrecha relación entre el ámbito penal y los derechos humanos, así como de sus desafíos profesionales en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
¿Quién es Osvaldo Zavala Giler?
La figura de mi abuelo Jorge Zavala Baquerizo ha sido importante en mi vida. Él me enseñó, no solamente la pasión por el derecho, sino también la forma en la que ancló esa pasión con el humanismo.
Mi abuelo vio al derecho como una herramienta para servir al ser humano, a la sociedad.
Cuando empecé a estudiar leyes en la Universidad Católica de Guayaquil, siempre fue importante encontrar ese vínculo con mi pasión hacia el humanismo y los derechos humanos.
Definitivamente eso fue uno de mis principales pilares que me empujaron a una carrera enfocada en un derecho profundamente vinculado con el humanismo.
¿Cómo se conjugan el humanismo y el derecho penal?
El derecho penal internacional tiene como fin el juzgamiento y las investigaciones de los crímenes más atroces y ese vínculo fue importante para mí. Conocer qué es lo que ocurre en las sociedades que generan ese tipo de criminalidad.
La labor de una institución como la que represento es servir a la humanidad al investigar ese tipo de crímenes atroces.
Hablo de violación de niñas y cómo son forzadas a ser esclavas sexuales en conflictos armados, de raptar a menores de edad y obligarlos a participar como soldados en hostilidades, de mutilaciones y torturas.
¿Cómo comenzó su carrera en Guayaquil?
Comencé a trabajar cuando estuve en tercer año de la universidad en el estudio jurídico de mi abuelo. Llevaba asuntos penales y de derechos humanos.
Recuerdo que me tocó trabajar temas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Uno de ellos fue el caso Chaparro versus Ecuador, que lo comencé, pero no lo llevé a su conclusión.
Lo hice junto a mi tío Xavier Zavala Egas y fue un caso de debido proceso, del derecho a la libertad personal. Al final, la Corte Interamericana dictó una sentencia favorable al señor Chaparro.
¿Cómo se vinculó con la Corte Penal?
En un momento de mi carrera, en 2002, sentí una especie de desencanto con el derecho, sobre todo con el sistema jurídico que vivía Ecuador.
Por medio de mi universidad, tuve la oportunidad de participar en la competencia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos Eduardo Jiménez de Aréchaga, que se realizó en Costa Rica en 2000. Llegamos a la semifinal con mi equipo.
Son como juicios simulados, en los que se presenta un caso. Hay representantes de varios países y luego tenemos un panel de jueces, algunos de la Corte Interamericana.
"En un momento de mi carrera sentí una especie de desencanto con el derecho, sobre todo con el sistema jurídico que vivía Ecuador".
Eso me ayudó a estudiar temas de derechos humanos. Luego estuve en la competencia en Washington, en 2001, en la que llegamos a la final y quedé como el mejor expositor.
Un año después, tuve la oportunidad de participar en la primera competencia Víctor Carlos García Moreno con un proceso simulado ante la Corte Penal Internacional en México y la ganamos.
Todas estas competencias me abrieron los ojos al mundo jurídico y me permitieron ver al derecho, no solamente como algo ligado al sistema nacional, sino como un cúmulo de oportunidades como jurista en materia de derechos humanos.
Hay una red de personas que trabaja en esos medios. La Corte Penal Internacional coadyuva a la organización de ese tipo de eventos.
Y así llegó a la Corte.
Sí, me expuse ante profesionales que trabajaban en el medio y me sirvió como ejemplo ver a personas que habían logrado llegar a una institución y que en esa época consideraba inaccesible.
Pero en 2004 fui a estudiar a los Países Bajos, en la Universidad de Amsterdam, una maestría en Derecho Penal Internacional.
En Holanda había una vinculación con lo que estaba pasando en La Haya y tuve la oportunidad de visitar el tribunal penal para la ex Yugoslavia y ver audiencias en el caso contra Slobodan Milosevic -expresidente de Serbia (1989-1997) y de Yugoslavia (1997-2000)-.
En octubre 2005 hice una pasantía en la red de ONG Coalición por la Corte Penal Internacional y un año después logré mi primer trabajo como asesor legal en esa entidad hasta finales de 2010. En ese lapso estuve entre La Haya y Nueva York.
En la Corte Penal Internacional empecé a trabajar como asesor de la secretaria Silvana Albia, luego con Herman von Hebel y después con Peter Lewis, con quien pude ser representante de la Corte ante las Naciones Unidas.
Antes de ser secretario, mi último puesto fue jefe de Presupuesto de la Corte, en 2022.
¿Qué hace específicamente el secretario de la Corte Penal Internacional?
El papel de la Secretaría no es el de investigar casos directamente, pero nosotros tenemos un papel fundamental en asegurarnos de que todas las acciones de la Corte sean ejecutadas.
Por ejemplo, protegemos testigos, ayudamos a las víctimas a participar en procesos judiciales en curso.
Manejamos el centro de detenciones, ejecuto las órdenes de los jueces y me encargo de la cooperación judicial y de órdenes de arresto.
Represento a un órgano neutral de la Corte Penal, que no existe dentro de un Estado, sino que es una institución internacional.
¿Existe algún caso contra Ecuador actualmente?
No. En América Latina solo hay casos como Venezuela 1, que está en investigación, y Venezuela 2, aún en examen preliminar.
El primero fue referido a la Corte en 2018 por siete Estados y tiene que ver con crímenes de lesa humanidad presuntamente cometidos en territorio venezolano.
El segundo fue presentado por el gobierno de Venezuela con respecto a crímenes de lesa humanidad presuntamente cometidos en su territorio.
¿Cómo mira usted los cuestionamientos al sistema judicial de Ecuador por las medidas cautelares dispuestas en favor de peligrosos delincuentes?
Permítame ser bastante elusivo en la forma en la que le voy a contestar. Soy un servidor público y mi trabajo está al servicio de la comunidad internacional.
Continuaré con mi carrera de esa manera. ¿Qué haré en el futuro? No lo sé, pero por ahora estoy sirviendo a la comunidad. Este trabajo es muy desafiante y necesito dedicar todas mis energías a eso.
¿En qué temas está trabajando ahora?
Tenemos la situación en Ucrania por el conflicto con Rusia y eso tiene bastantes desafíos en seguridad.
Estoy enfocado en cómo proteger testigos, cómo actuar con las víctimas, cómo vamos a llevar a cabo investigaciones en la Fiscalía en un contexto de conflicto armado.
También en temas de cooperación con los Estados para acelerar la ejecución de órdenes judiciales, como arresto y captura, de entrega a la Corte, de congelamiento de bienes, de apoyo a las investigaciones.
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