Ecuador puede conseguir el retiro de la visa Schengen en 2023
Charles-Michel Geurts, embajador de la Unión Europea en Quito, considera que la campaña diplomática de Ecuador puede arrojar resultados positivos. El único factor en contra es el alto porcentaje de solicitudes de visa rechazadas.
El embajador de la Unión Europea, Charles-Michel Geurts, en una reunión con el presidente Guillermo Lasso, el 12 de octubre de 2021, en Carondelet.
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Ecuador avanza en el proceso de exención de la visa Schengen para sus ciudadanos, para estadías de corta duración de un máximo de 90 días. El trámite lo impulsa la Cancillería con sus funcionarios en las sedes en la Unión Europea (UE).
El embajador de la UE en Quito, Charles-Michel Geurts, explicó el contexto y los procedimientos, de lo que denominó un "caso de éxito de trabajo diplomático". Pese a que aún no hay certezas sobre el desenlace que tendrá la petición.
El diplomático considera que la votación de la próxima semana, en el Parlamento Europeo, seguirá el resultado positivo que ya tuvo en el Consejo Europeo.
- Los escenarios
En caso de que suceda lo contrario, y haya una diferencia de criterios, se abrirá un 'tríalogo', de dos o tres meses, entre las dos cámaras legislativas y la Comisión Europea, para acordar un texto definitivo.
Ahí debe entrar en juego la segunda parte de la ofensiva diplomática de Ecuador, que es con los Estados miembro de la UE. Según Geurts, el Gobierno ecuatoriano ya dio varios pasos para concretar esos apoyos individuales.
Pero si, al final, los miembros del Parlamento Europeo concuerdan con el Consejo Europeo en agregar a Ecuador a la lista de exenciones, la Comisión, probablemente, lo aceptará, explica el diplomático de la UE.
- Las condiciones
Sin embargo, una decisión favorable probablemente incluirá condiciones que deberá cumplir el país. Una de ellas, explica Geurts, es que Ecuador deberá pasar por una evaluación obligatoria de la Comisión Europea, que debía haberse dado al inicio del proceso.
Ahí se evaluarán temas de derechos humanos, garantías jurídicas, entre otros principios que el bloque de la UE considera relevantes.
Finalmente, todo país que recibe el beneficio de la exención debe firmar un acuerdo en el que se negociará dos temas principales: la reciprocidad y la readmisión.
En el primer tema, Ecuador lleva la ventaja porque los ciudadanos europeos no requieren de una visa de corta estancia para entrar en el territorio nacional. Pero el embajador explica que se deben equiparar las condiciones, en tiempos y plazos.
El segundo tema tiene que ver con los ciudadanos que deben abandonar alguno de los territorios por motivos legales, sea que excedan el tiempo de estancia o reciban una orden de expulsión.
Se requiere asegurar que haya una cooperación eficaz en ambos sentidos para garantizar el retorno de dichas personas.
Entonces, aunque no existe un plazo para que la Comisión complete esa evaluación, la previsión más optimista es que la exención de la visa Schengen para los ecuatorianos se concrete en 2023.
Un porcentaje problemático
El principal punto débil de Ecuador es el número "demasiado alto" de solicitudes de visa Schengen que son rechazadas por los seis consulados europeos en el país. Según Geurts, se trata de uno de cada cuatro ecuatorianos.
En la mayoría de casos se trata de personas que presentan documentación falsa. Y esta problemática ha incrementado, en el último año, del 17 % al 22 %.
El embajador de la UE comentó que, para el Gobierno ecuatoriano, esta situación se origina en "el papel muy negativo de los intermediarios y en las empresas que están más interesadas en el número de pedidos que en la calidad" de la documentación presentada.
"Es un tema que tenemos que mejorar urgentemente, porque es uno de los temas que la Comisión va a evaluar", anticipó Geurts.
La estrategia diplomática
Según Geurts, si Ecuador esperaba a que el bloque regional reabriera la posibilidad de iniciar un proceso de exención, que no ha sucedido desde 2014, el país hubiese tenido que esperar dos o tres años más, apenas para empezar el trámite.
Esto porque la Unión Europea está cambiando las reglas Schengen, para establecer un sistema ETIAS (Sistema de Información y Autorización de Viajes, por sus siglas en inglés), que entrará en vigencia apenas a finales de 2023.
Geurts calificó de "extraordinaria" la campaña llevada adelante por Ecuador en este periodo, frente a los gobiernos europeos y los organismos del bloque regional. La Cancillería y sus diplomáticos entendieron "cómo domar el sistema europeo tan intrincado, tan complicado, interinstitucional para lograr un resultado".
Ecuador no esperó a que la UE pongan en vigor el ETIAS y, entonces, reabra el proceso de exención de visa Schengen. El país vio la oportunidad cuando la Comisión Europea abrió un proceso especial para Kuwait y Catar, pese a la situación geopolítica del momento.
"La idea fue excelente", sostiene Geurts, ya que Ecuador terminó subiéndose a "un tren en movimiento". Esto, sumado a la campaña diplomática con los parlamentarios europeos, especialmente españoles, permitió que el país entre en un proceso que ya había sido aprobado en primera fase.
Antecedentes y contexto
El diplomático europeo recuerda que desde 2014 el bloque regional cerró la posibilidad de tramitar nuevas exenciones. Esto a causa de las diferentes crisis migratorias que ha atravesado el viejo continente, seguidas por la pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania.
En los últimos ocho años, la Comisión Europea se concentró en mantener la libre movilidad dentro del espacio Schengen, para lo que decidió retrasar el proceso habitual que ejecutaba cada cuatro o cinco años de reabrir la lista de exenciones de visa Schengen.
Ecuador quedó fuera de la exención que recibieron Colombia y Perú por decisión del entonces gobierno de Rafael Correa, en junio de 2009. El exmandatario prefirió trabajar en un acuerdo comercial individual. Mientras que los vecinos países recibieron el beneficio en junio de 2015.
Nota de la redacción: Esta noticia fue reporteada, redactada y publicada horas antes de que la justicia belga allanara varias oficinas del Parlamento Europeo, la mañana del 9 de diciembre, como parte de una investigación sobre presunta corrupción de Qatar, para influenciar en la posición parlamentaria.
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