Inseguridad, cortes de luz e intento de golpe de Estado: discurso completo del Informe a la Nación de Daniel Noboa
El presidente Noboa hizo alusión a la ausencia de los asambleístas del movimiento correísta Revolución Ciudadana, que anunciaron su inasistencia al Informe a la Nación.
El presidente Daniel Noboa en su primer Informe a la Nación, en la Asamblea, el 24 de mayo de 2024.
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El presidente Daniel Noboa realizó su primer Informe a la Nación, la mañana del 24 de mayo de 2024, en la conmemoración de la Batalla de Pichincha, con la que se logró la independencia del territorio que hoy se llama Ecuador.
Su discurso comenzó a las 11:30 y duró 16 minutos. Eso sin tener en cuenta las cuatro pausas que hubo para la reproducción de videos sobre la gestión del actual Gobierno.
En su intervención, Noboa se refirió a la violencia que vive Ecuador por la presencia de más de 20 grupos de crimen organizado y narcotráfico, a la incursión armada en el canal TC Televisión, el 9 de enero; y los masivos cortes de luz que ha experimentado el país en abril y mayo de este año.
También hizo alusión a la ausencia de los asambleístas del movimiento correísta Revolución Ciudadana, que un día antes anunciaron su no asistencia al Informe a la Nación de Noboa.
"Aunque algunos se hayan olvidado y no estén aquí presentes, estamos seguros de que están pendientes desde sus casas".
Daniel Noboa, presidente de Ecuador
Discurso completo de Noboa:
"La primera vez que hablé desde este puesto al país, fui muy sincero y claro al decir que recibíamos un país sumido en una profunda crisis.
Los ecuatorianos vivían con miedo constante, sin esperanza en el futuro y sin una dirección clara hacia dónde dirigirse.
En estos seis meses, tuvimos que tomar decisiones duras y profundas que nadie se había arriesgado a tomar antes. Pero que eran necesarias para empezar a transformar el país, hacia un nuevo Ecuador.
Durante este tiempo, todos ustedes han sido testigos del incansable esfuerzo que se ha dedicado para empezar a transformar nuestra Nación.
Hemos impulsado reformas legislativas, la mayoría de ellas con el apoyo de ustedes. Aunque algunos se hayan olvidado y no estén aquí presentes, estamos seguro que están pendientes desde sus casas.
Hemos aplicado, también, medidas de seguridad con determinación. Nuestro objetivo ha sido empezar a construir un país donde la tranquilidad y el progreso sean la norma y no la excepción. Para lograr el progreso, la mejor forma es hacerlo juntos y trabajar incansablemente hasta lograrlo.
Hoy estamos aquí para rendir cuenta a quien realmente tiene el poder: nuestros ciudadanos. Los ciudadanos son los únicos testigos de cada una de nuestras acciones.
Estas decisiones se alinean al Plan Nacional de Desarrollo 2024-2025, que marca la hoja de ruta para la transformación del país que estamos construyendo: un país seguro, abierto a la inversión, a la creación de plazas de empleo y, sobre todo, a garantizar el futuro de todos.
El 9 de enero de 2024 es una fecha que el país nunca podrá olvidar. Fue la tarde donde, como ecuatorianos, vivimos el alcance del horror que tenía el terrorismo en nuestro país.
Y hoy, después de varias informaciones y haber desmaterializado ciertos dispositivos, vemos que inclusive había un intento de golpe de Estado.
Como su gobernante, tenía dos opciones: lo de siempre, no hacer nada; o, actuar y actuar como nadie lo había hecho. No había espacio para la tibieza y después de cinco meses la decisión y frontalidad han dado resultados.
Y aquí quiero tomarme un momento para rendir un merecido reconocimiento a los militares y policías, quienes durante todo este tiempo salieron, dispuestos a defender nuestras familias, nuestra libertad y nuestra Patria.
Les pido un fuerte aplauso de pie en agradecimiento a los verdaderos héroes del Ecuador. Hoy estamos aquí porque ellos están en las calles por nosotros.
El compromiso y el sacrificio de decidir por primera vez enfrentar a las mafias ha sido enorme, pues cuentan con cómplices y aliados, en todos los niveles del país: instituciones públicas, en empresas públicas, en gobiernos locales, en nuestros barrios. Están en todos lados.
Los intentos, internos y externos, para desprestigiar esta lucha no nos amedrentarán. Al contrario, la verdad está de nuestro lado; y la verdad siempre sale a la luz.
Durante estos seis meses hemos visto cada persona que nos ataca, cada persona que intenta desequilibrarnos o intenta desestabilizar el gobierno, termina siendo culpable. Sale a la luz todo.
Hoy con paso firme, el Estado se va limpiando, con paso firme las cabecillas van cayendo, con paso firme los grupos narcoterroristas se van desintegrando, con paso firme ellos son los que tienen miedo a salir y ya no nosotros.
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Esta lucha no ha terminado. La lucha por el nuevo Ecuador tan solo ha comenzado. Recordando siempre que la inseguridad no solo la combatimos con balas, sino con obra social, atendiendo a quienes más nos necesitan.
La transformación social y la seguridad se la da también con empleo, educación, con servicios y empatía. Tenemos que combinar las dos cosas: combinar la fuerza y la firmeza con la empatía con nuestros hermanos ecuatorianos.
Por eso, a pesar de las dimensiones catastróficas en las que encontramos las finanzas del Estado, nosotros no íbamos a abandonar a los ecuatorianos, y cumplimos con el desarrollo social.
No solo cumplimos, sino que mejoramos las condiciones de vida de los ecuatorianos, especialmente de aquellos que por décadas fueron olvidados.
En el nuevo Ecuador, no se abandona a nadie. Ni a los adultos mayores, ni a los jóvenes, ni a las madres. A nadie.
Mejoramos el acceso equitativo y oportuno, a la educación, al empleo, al emprendimiento, a la vivienda, a la tecnología, a la cultura, a la recreación; en definitiva, a una vida digna, de calidad.
Y este es el rostro de un nuevo Ecuador que crece.
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En el nuevo Ecuador no solo construimos puentes, sino que conectamos a las familias.
En el nuevo Ecuador no solo mantenemos vías, sino que fortalecemos el comercio y a los negocios.
En el nuevo Ecuador no solo bajamos los niveles del déficit de energía, sino que estamos trabajando muy fuertemente para solucionar la crisis energética, de tal manera que los ecuatorianos, en el futuro, no tengan que pasar por un racionamiento energético más. En otras palabras, estamos limpiando lo que embarraron los del pasado.
A pesar de la deuda, el sabotaje y de todos los obstáculos que nos encontramos en el camino, jamás nos íbamos a detener. Porque si nosotros nos detenemos, el Ecuador se detiene.
Y si algo caracteriza a este Gobierno, es que encontramos soluciones y resolvemos. Porque tenemos dos opciones: hablar de grandes excusas o gestionar grandes soluciones. Y este es un gobierno que apuesta por la segunda.
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105.000 plazas de empleo joven, dos acuerdos comerciales ratificados y dos en marcha, 6.358 títulos de tierra, 1.285 títulos de vivienda, reducción de 1.000 puntos del riesgo país.
Y así podría seguir dando cifras todo el día. Pero en el nuevo Ecuador, los éxitos económicos, no se reducen a un número, si no al impacto que se ha generado en la vida de los ecuatorianos.
Porque podríamos hablar del éxito que significó aprobar cinco leyes económicas urgentes, la Ley de eficiencia económica y generación de empleo, la Ley de competitividad energética, la Ley de extinción de dominio, la Ley de Turismo y la Ley para enfrentar el conflicto armado interno, crisis social y económica, pero preferimos hablar de las historias y los destinos que estamos cambiando.
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Sé que para algunos les es difícil comprender lo que es el nuevo Ecuador. Pero se los resumo en una frase: Recuperamos la institucionalidad del país.
Recordemos una cosa: nosotros no somos la mayoría, la mayoría está afuera. La mayoría apoya, la mayoría cree en que podemos ser mejores y la mayoría camina conmigo como caminó esta mañana.
El nuevo Ecuador no transa con el narcotráfico, con la narcopolítica, con los terroristas ni ninguno de sus disfraces históricos. El nuevo Ecuador tampoco cede ante presiones externas o incluso de ciudadanos que se hacen llamar ecuatorianos y hasta quieren que se sentencie a su país.
Ahora el tiempo nos da la razón y nos la seguirá dando.
Por más difícil que sea, y a pesar de todos los ataques que esto nos genera, no transaremos en contra de la seguridad y la justicia del Estado Ecuatoriano.
El nuevo Ecuador no busca una imagen a costa de contratos inflados y con sobreprecios, sino que soluciona pensando primero en el bienestar de los ecuatorianos y en cuidar las finanzas públicas.
La promesa que les hago hoy a todos ustedes que forman parte de este nuevo Ecuador, es no volver atrás. Es jamás quedarse en el problema ni en la comodidad de la excusa, nos comprometemos a encontrar y transitar caminos limpios que permitan resolver los problemas de los ecuatorianos. Porque este nuevo Ecuador resuelve con honestidad, con voluntad y también con creatividad.
Gobernamos siguiendo las lecciones que nos formó como generación: ser fuerte para que nadie te derrote, ser noble para que nadie te humille, ser humilde para que nadie te ofenda y seguir siendo tú para que nadie te olvide.
En el nuevo Ecuador se resuelve y en solo seis meses: acordémonos que este es el primer Informe a la Nación que usualmente es solo por un año.
En solo seis meses estamos logrando lo que otros gobiernos no hicieron ni en dos, ni en cuatro, ni en 10 años, con los mismos funcionarios de las otras instituciones, en los períodos pasados. Y eso ha sido la gran diferencia. Los que cambiamos fuimos nosotros.
El país que tenemos hoy, es muy diferente al que encontramos hace seis meses. Lo podemos sentir y lo siente la gran mayoría. Lo siente los jóvenes, lo sienten las mujeres, que ahora tienen mayor acceso a crédito; lo sienten también los barrios, donde se han reducido los femicidios y también se han reducido las muerte violentas.
El apoyo del pueblo, como lo tuvimos en la última consulta popular es fundamental. Pues todo esto puede borrarse en un segundo y el Ecuador volver a su pasado de violencia gobernado por el crimen organizado y las mafias enquistadas en el poder político.
Soy parte de una nueva generación y de una nueva forma de hacer política que se abre paso rompiendo los esquemas, rompiendo los patrones de la política tradicional, que estoy seguro que con el respaldo del pueblo ecuatoriano solo será un mal recuerdo del pasado.
Hacemos nuestras las palabras de León Tolstói: “No hay grandeza donde faltan la sencillez, la bondad y la verdad”.
Un día como hoy, hace 202 años, valientes soldados lucharon de la mano de naciones hermanas para darnos la libertad y la independencia.
Un día como hoy, bravos soldados y policías ecuatorianos luchan cada día para preservar esa misma libertad.
La lucha por libertad continúa: por la libertad de salir a la calle sin temor y el sueño de una nación próspera y con empleo para los jóvenes y para todos.
Un día como hoy, con la unidad que nos da la determinación de esta lucha, podremos decir como el 24 de mayo de 1822: ¡venceremos! ¡Viva el Ecuador!".
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