Ilusión, dolor, conflicto y silencio en el día 11 de protestas
El hecho del día fue el gesto del Gobierno de entregar la Casa de la Cultura a los indígenas, para que realicen una asamblea y acepten ir al diálogo. Por la tarde hubo enfrentamientos con la Policía y un manifestante falleció por el impacto de perdigones.
Manifestantes se enfrentan con la Policía en los exteriores de la Asamblea Nacional, la tarde del 23 de junio de 2022.
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La jornada de protestas se inició de manera atípica. En Quito, que desde el lunes 20 de junio se convirtió en el epicentro de las manifestaciones, hubo calma en las primeras horas de la mañana.
Esa tranquilidad se respiraba sobre todo en la Casa de la Cultura y sus alrededores. Las avenidas Patria, 6 de Diciembre y 12 de Octubre estaban vacías y la gente limpiaba escombros en lugar de lanzarlos contra la Policía. Hasta el tránsito vehicular pudo fluir hasta las 10:30.
Solo en los edificios de la Fiscalía General del Estado y de la Unidad de Flagrancia, atacados el día anterior, tenían nutridos operativos policiales.
Sobre la avenida 12 de octubre, cerca de la Universidad Politécnica Salesiana -uno de los lugares de descanso de las comunidades indígenas- se empezaron a aglomerar manifestantes, pero en actitud pacífica. Incluso, bromeaban con los policías que estaban en esa zona.
En la Universidad Central, en cambio, sí había movimiento. Allí estaba Leonidas Iza, presidente de la Conaie, en reunión con los dirigentes nacionales de otras organizaciones. Su decisión fue hacer una marcha hacia la Casa de la Cultura (CCE) con el objetivo de tomarse esa dependencia, que estaba en manos de la Policía.
Los indígenas querían recuperar la sede histórica de sus luchas sociales.
Pero mientras eso se gestaba, en los alrededores de la Casa de la Cultura, la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) se alistaba para repeler esa marcha.
Pero eso cambió en cuestión de minutos, cuando el comandante William Calle recibió una llamada que le ordenó despejar todos los accesos a la CCE. Los agentes se retiraron y en minutos los manifestantes empezaron a llegar al ágora de la Casa de la Cultura, que pronto estuvo bajo su control.
En medio de la algarabía por esa victoria simbólica llegó Iza y en paralelo, el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, anunciaba al país que cedían ese espacio para que la Conaie realice su Asamblea y se una al diálogo convocado días atrás.
No obstante, la dirigencia indígena no plegó a ese discurso y destacó la idea de una toma de la Casa de la Cultura. Desde ese lugar continuarán en la movilización nacional, dijo, e incluso anunció la llegada de nuevas delegaciones.
Tras los discursos de rigor, y pasado el mediodía, la marcha volvió a salir de la CCE y se dirigió a la Asamblea Nacional, lo que desató nuevos enfrentamientos con la Policía y desmotivó a quienes ya celebraban la antesala del diálogo que pondría fin al paro.
Producto de esos enfrentamientos, un joven manifestante falleció producto del impacto de perdigones, según denunció la Conaie. El Ministerio del Interior destacó que los policías no salieron a las protestas con armas letales.
Según Iza, la dirigencia indígena sigue esperando la respuesta del Gobierno Nacional a los 10 puntos que los plantearon. Por lo que "no se puede confirmar que exista un diálogo de las dos partes para poner fin al paro".
Por la tarde, en cambio, en la avenida de Los Shyris, en el norte de Quito, se concentró una nueva manifestación. Hasta ese sitio llegaron ciudadanos autoconvocados, quienes rechazan la violencia y la paralización.
Conforme avanzaba la tarde más personas llegaban a esta demostración pacífica.
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