Democracia Sí quiere convertirse en el partido que junte a la tendencia de centroizquierda
Gustavo Larrea, director nacional de Democracia Sí.
Gonzalo Calvache
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El origen del nombre del movimiento Democracia Sí, se remonta a la época de las dictaduras militares de los años 70. Entonces su actual director nacional, Gustavo Larrea, formaba parte de los grupos de jóvenes que pintaban -en muros de Quito y Guayaquil- la leyenda “Democracia Sí, dictadura No”, en señal de rechazo al régimen de facto y a la vez un llamado a cambiar el estado de las cosas.
Con el eslogan recortado, esta organización política que inicialmente se llamó Participación y que no fuera legalizada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de la época correísta, logró hace nueve meses el reconocimiento oficial. Lo siguiente fue incursionar en las elecciones seccionales del 24 de marzo pasado.
El estreno ha sido auspicioso. Con 30 Alcaldías a nivel nacional, la mayoría en alianzas con otros movimientos, y cinco prefecturas, según sus cuentas, Larrea disfruta el momento con la mira puesta en los comicios de 2021.
Un político con más de cuatro décadas de recorrido conoce bien los entresijos de ese oficio. No en vano Larrea fue diputado por el APRE, ministro de Gobierno de Abdalá Bucaram; y ministro en dos ocasiones de Rafael Correa.
Hoy por hoy es prematuro anunciar su probable candidatura presidencial, dice a PRIMICIAS. Antes hay que consolidar la tendencia que califica de progresista y ponerse a trabajar para continuar en la retina de los votantes. Por lo pronto, con una campaña contra la violencia a la mujer.
Un político con más de 40 años de recorrido conoce bien los entresijos de ese oficio; no en vano -en 1994- Larrea fue diputado por el extinto Acción Popular Democrática Ecuatoriana (APRE) junto a Frank Vargas Pazzos. Dos años después fue ministro de Gobierno de Abdalá Bucaram. En 2007 fue el primer ministro de Gobierno y Policía del gabinete de Rafael Correa, más adelante fue ministro de Seguridad Interna y Externa, luego mutó en feroz opositor del correísmo.
Todo ese recorrido entreabre la idea de que puede haber Democracia Sí para rato. Aunque en Ecuador nunca se sabe.
¿En el resultado obtenido por Democracia Sí y aliados influyó el descalabro de Alianza País y la merma de la simpatía ciudadana por el correísmo?
Algo de eso podría haber pasado, pero entraríamos en el campo de la especulación. Lo cierto es que en muchas provincias no presentamos candidatos con el fin de apoyar la tendencia progresista del centro hacia la izquierda. En el caso de Quito apoyamos al binomio Paco Moncayo y Juan Zapata (perdieron ante Jorge Yunda y Paola Pabón), mientras en Guayaquil no colocamos candidato propio para no dividir la tendencia. Así, en estas elecciones Democracia Sí dio una muestra clara de generosidad política, lo cual repercutió en más votación.
¿Las alianzas constituidas por Democracia Sí se mantendrán hasta las elecciones del 2021?
Considero que sí, pues las alianzas se realizaron con movimientos provinciales y organizaciones locales, por ejemplo en Los Ríos y Santo Domingo de los Tsáchilas con quienes hemos hablado de una posible incorporación a Democracia Sí. Nuestro movimiento apunta a constituirse en un partido fuerte de la tendencia progresista. Con ese objetivo tenemos los brazos abiertos para llegar a acuerdos y confluir en un programa de futuro.
¿Cuáles son los planes en el futuro inmediato?
Este momento la tarea principal es consolidar el trabajo en cada Alcaldía y en cada Prefectura que hemos ganado. Aquello pasa por resolver los problemas de agua potable, alcantarillado, basura, vialidad, apoyo a la producción, generación de empleo. En paralelo, trabajaremos en consolidar la organización, capacitar a los dirigentes y militantes.
¿Qué otras actividades han sido programadas para este año?
Impulsaremos algunas iniciativas: este mes (mayo de 2019) lanzaremos una campaña nacional contra la violencia a la mujer. El trabajo se desarrollará en los colegios, universidades, lo haremos con gremios, cámaras, medios de comunicación, autoridades locales y nacionales. Todo en función de revertir esta cultura patriarcal que cree que el hombre, por el solo hecho de serlo, tiene que sojuzgar a la mujer.
¿Ustedes presentarán un candidato a la Presidencia de la República?
Desde luego que sí.
¿Usted será el candidato?
El candidato puede ser de nuestras filas o de fuera, siempre y cuando provenga de la tendencia progresista. Este momento el nombre no es un tema que ocupe nuestra atención.
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