Las expectativas del paro se mantienen en torno a las posibilidades de un diálogo
El décimo día de manifestaciones fue ligeramente distinto que los anteriores. En Quito la violencia cesó y dio paso a manifestaciones pacíficas.
Manifestantes indígenas protagonizaron una marcha pacífica hacia el Centro Histórico de Quito, la mañana del 22 de junio de 2022.
EFE
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Aunque hubo decenas de cierres de vías en todo el país y ataques contra empresas productoras en Cotopaxi y plantas envasadoras de gas de uso doméstico, en Quito las manifestaciones indígenas fueron pacíficas y los enfrentamientos con la Policía aislados.
Al punto que la Policía autorizó que una nutrida marcha de las delegaciones indígenas recorra de manera pacífica las calles del Centro Histórico de Quito. Tras lo cual regresaron a una de sus bases de operación en la Universidad Central.
Desde allí asistieron a una sucesión de discursos de sus dirigentes indígenas, cuyo punto central fue la intervención del presidente de la Conaie, Leonidas Iza. Él insistió a sus bases sobre la necesidad de no generar hechos de violencia, so pena de aplicación de la justicia indígena.
Su llamado fue a mantener la calma y a evitar la violencia. "Necesitamos que se garantice el paso de ambulancias, de alimentos, de gas. Esto no es una lucha de máquinas sino de humanos y necesitamos alimentarnos", dijo.
Sin embargo, de inmediato mostró su inflexibilidad sobre la posibilidad de un dialogar con el Gobierno para poner fin al paro, "no hemos venido para irnos con las manos vacías, si no tenemos respuestas nos quedamos".
De inmediato insistió en los 10 puntos planteados por la Conaie. Esa posición se evidenció también en la respuesta oficial que la Conaie ofreció al Presidente:
"Lo que queremos es un diálogo frontal y directo entre los actores involucrados, no necesitamos mediadores, ni intermediarios. En cambio, solicitamos una veeduría del proceso (...). Invitamos colectivos y organizaciones sociales, a organismos de derechos humanos a que sean garantes de este proceso y de todas las acciones de cumplimiento de las demandas".
A pesar del tono de la respuesta, el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, respondió al movimiento indígena "Damos por recibida la carta de respuesta de la Conaie y sus organizaciones afines. Estamos revisándola para iniciar un proceso de diálogo efectivo".
Los detalles de este eventual diálogo no se han hecho públicos, pero la necesidad de poner fin a la manifestación a través del diálogo se ha multiplicado desde varios frentes y corrientes ideológicas. Incluso hubo marchas para respaldar esa posibilidad en distintas ciudades.
En el sector de la avenida González Suárez, en Quito, los vecinos, salieron a las ventanas para golpear sus cacerolas en señal de paz y como un llamado ciudadano al diálogo. La demostración duró casi una hora y fue masiva.
La expectativa del país está centrada en la voluntad de diálogo del Gobierno y manifestantes.
Los enfrentamientos regresaron por la tarde
Alrededor de las 16:00 esa tónica pacifista cambió y los manifestantes intentaron hacer avances en sus objetivos de tomarse el parque El Arbolito y la Casa de la Cultura, por lo que los enfrentamientos se intensificaron.
En Cuenca y Puyo la tensión se incrementó a causa de dos fallecimientos ocurridos en el contexto de la protesta indígena. En Puyo los manifestantes tomaron venganza incendiando un cuartel policial y cometiendo otros excesos contra bienes públicos y ciudadanos.
En ciudades como Latacunga, Cuenca y Quito la escasez provocada por los bloqueos de vías se hizo notoria. Los manifestantes insistieron en impedir el paso de convoyes de alimentos, de camiones de gas de uso doméstico y otros productos básicos.
Cuenca suspendió el despacho de gasolina Ecopaís, pues el etanol necesario para elaborarlla, no ha podido llegar hasta Cuenca, que se encuentra sitiada por manifestaciones en todas las vías de acceso.
En Latacunga y Puyo, en cambio, el movimiento es mínimo. La mayoría de negocios permanecen cerrados por temor a las represalias que han tomado los manifestantes con los ciudadanos que deciden no plegarse al paro.
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