Daniel Noboa: "Hay que militarizar los puertos y fronteras del país"
El candidato presidencial por la alianza Acción Democrática Nacional, Daniel Noboa, dijo a PRIMICIAS que, si gana las elecciones, convocará a una consulta popular en los primeros 90 días de gobierno.
El candidato Daniel Noboa junto con estudiantes de la Universidad de Guayaquil. 16 de junio de 2023.
Twitter: @DanielNoboaOk
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Daniel Noboa Azín tiene 35 años y aspira a llegar a la Presidencia de la República por la alianza Acción Democrática Nacional, integrada por Pueblo, Igualdad y Democracia (PID, del primo del expresidente Lenin Moreno) y Mover (antes Alianza PAIS).
Hijo del magnate ecuatoriano Álvaro Noboa y de la doctora Anabella Azín, Noboa fue el primer postulante en inscribir su candidatura en el Consejo Nacional Electoral (CNE), junto a su compañera de fórmula Verónica Abad.
Noboa Azín es ecuatoriano-estadounidense y tiene una carrera empresarial en inversiones, entretenimiento, logística y financiera.
Fue asambleísta por la provincia de Santa Elena hasta mayo de 2023, cuando el presidente Guillermo Lasso firmó la muerte cruzada. En el legislativo, Noboa presidió la Comisión de Desarrollo Económico.
Ahora quiere ser el primer miembro de la familia en llegar a Carondelet, luego de los cinco intentos de su padre, el empresario bananero Álvaro Noboa.
¿Por qué quiere llegar a la Presidencia de la República en un momento tan crítico para el país?
Por eso mismo, porque es un momento crítico. Si todo estuviese lindo, si estuviéramos viviendo como en Dinamarca o Noruega, pues no habría necesidad de hacerlo. Estaría en mi casa, con mis hijos, pasándola lindo, enfocándome en mis negocios y en paz.
Pero el país no está en paz y esto complica las cosas, no solo para mi familia, sino para todos los ecuatorianos. Es un momento clave, para el cual me he preparado muchos años.
¿Cuáles son los tres temas urgentes que atenderá si llega a la Presidencia?
Seguridad, desarrollo económico y salud. La gente sabe que el principal problema de Ecuador es la inseguridad.
Más del 50% lo dice, pero cuando se le pregunta cuál es el principal problema, la gente responde que es la falta de empleo, la economía y la falta de dinero.
La falta de empleo genera mayor inseguridad, mayor delincuencia, y grupos narcoterroristas pueden captar integrantes con facilidad.
¿Está consciente de que solo tendrá tiempo para lidiar con los efectos del fenómeno de El Niño y trabajar en temas económicos urgentes por el año y medio que durará el gobierno?
Sí, yo no lo veo como un año y medio, sino como un proyecto que originalmente iba a empezar en 2025 y que ahora comenzará este año.
En año y medio solo se pueden sentar las bases, dejar una consulta popular bastante clara, que se hará en los primeros 90 días de gobierno, con diez preguntas, leyes económicas urgentes cada mes y decretos para agilitar las cosas.
La consulta tiene conceptos como el rol de las Fuerzas Armadas, protección y seguridad para funcionarios honestos del sistema judicial, una reforma tributaria y un cambio en las cárceles.
¿Qué le garantiza un respaldo legislativo a sus proyectos?
Primero buscaremos sacar la mayor cantidad de curules, aspiramos a 30, y con eso tener una base. Hay que llegar a acuerdos políticos. Lo peor que se puede hacer en la política es traicionar o romper acuerdos.
Ese fue el problema de este gobierno y no queremos que nos pase a nosotros. Este gobierno se pelea con el que compartió papeleta el primer día de la Asamblea y una semana después se pelea con la primera fuerza política que era el correísmo.
Entonces se partió la Asamblea y qué más le quedó, aliarse con Pachakutik, que es lo más distinto a Guillermo Lasso, y con la Izquierda Democrática. Esa alianza nunca iba a ser sostenible.
¿Y usted con quién está dispuesto a aliarse?
Estoy dispuesto a conversar con todos, como lo hice en el periodo pasado como asambleísta. Logramos 11 leyes con más de 100 votos, lo que significa que logramos consensos y yo no tenía una bancada, era solito.
El riesgo país superó los 1.800 puntos en la primera semana de junio por la incertidumbre política y la volatilidad del precio del petróleo. ¿Cómo resolverá esto?
La volatilidad del precio del petróleo no la puede solucionar un país que solo produce 600.000 barriles. Lo que sí se puede hacer es combatir la corrupción y sacarle más provecho a esos barriles.
Por ejemplo, todas las ventas spot que salgan de Ecuador se pueden convertir en barriles refinados en el país por medio de Alianzas Público Privadas, es decir dinero de un inversionista bajo el control del Estado.
Se pueden resolver los problemas de las refinerías de La Libertad (Santa Elena) y la de Esmeraldas. De esa manera, 160.000 barriles dejarían de dar USD 5 de comisión. Son USD 800.000 diarios más en los bolsillos de los ecuatorianos.
También se elimina la comisión en la importación de combustible. Lo que mueve la carga pesada, la agricultura, es el diésel. Aquí tenemos que refinar diésel, no Ecoplus, ni Ecoplus Extra.
Eso ni siquiera se consume acá. Hay que enfocarse en lo que puede mejorar la productividad y competitividad de Ecuador, y eso es refinar (combustibles) aquí.
"La volatilidad del precio del petróleo no la puede solucionar un país que solo produce 600.000 barriles".
Daniel Noboa
También hay que bajar el costo de la electricidad con inversión pública en Transelectric. El 99% de Ecuador ni siquiera sabe que eso existe.
Tenemos que bajar el costo de transmisión de USD 0,5 a USD 0,3, con inversión. En Texas o Nueva York, en Estados Unidos, tienen menos de USD 0,3 en costo de transmisión. Eso significa USD 0,2 menos por kilovatio para todos los ecuatorianos.
Si gana la consulta popular sobre el Yasuní, cómo plantea resolver los USD 16.470 millones que le costaría al país asumir esta decisión?
Hay diferentes cosas que se pueden hacer, ya que lo más probable es que gane el SÍ, pero le dejan un problema hermoso al nuevo presidente. El primer día se hará una auditoría externa en las 10 empresas que más dinero mueven en el Estado.
Además, vamos a tener que buscar financiamiento, pero no solo para pagar el gasto corriente, sino para volver al Estado competitivo en materia energética, en distribución hídrica.
También habrá que hacer una reforma tributaria que diferencie a las personas que tributan, de las compañías. Que las personas naturales tengan un sistema de tributos progresivo, que los que ganen menos, paguen menos.
Una tasa para empresas que sea competitiva a escala regional.
¿Usted cambiará la reforma tributaria planteada por el Gobierno actual?
En este momento, la única inversión extranjera que hemos atraído es la banca. Inversión en la banca nacional, USD 1.600 millones que entraron a inicios de 2022.
En depósitos a plazos les daban de retorno el 7% u 8%. Los bancos lo prestaban al 17% y era plata de inversionistas, no de depositantes. Y ese dinero no pagaba impuestos a la Salida de Divisas ni a la Renta.
¿Qué se podrá hacer para reducir la inseguridad en un año y medio?
Hay que dejar a las bandas sin dinero, militarizar las fronteras para que no ingrese al cocaína que sale por puertos ecuatorianos. Necesitamos seguridad en los puertos, la mitad de la contaminación de los contenedores está en los puertos.
Las Fuerzas Armadas y la Marina deben involucrarse en la salida de productos de Ecuador.
Es decir, militarizar los puertos.
Los puertos y las fronteras. Además hay que segmentar correctamente las cárceles, para que las personas detenidas por infracciones menores no estén en el mismo lugar que los acusados por asesinato.
Hay que proteger la integridad física de las personas que no tienen sentencia.
La Unidad de Análisis Financiero y Económico (UAFE) ha sido un saludo a la bandera, lamentablemente.
Hay más de USD 3.000 millones en el sistema financiero nacional, incluidas las cooperativas, que nadie sabe cómo entraron. Eso es una barbaridad.
¿Ya conformó su equipo de trabajo, tomando en cuenta que no tendrá tiempo que perder?
Tengo gente de confianza, pero también conexiones con organismos internacionales y estados como el de Israel, para temas de seguridad e inversión hídrica.
Vamos a visitar Israel para conversar sobre seguridad y distribución de agua. He conversado con senadores de Estados Unidos, con Robert Kennedy junior, a quien conozco de toda la vida.
En el tema de seguridad tiene que haber un equipo, no una sola persona. No se puede poner a un soldado para que haga el trabajo de un general.
Hay que trabajar de la mano con las Fuerzas Armadas, principalmente, y llegar a un consenso para tener a un ministro de Defensa que esté alineado con todos.
¿Su familia participará en su administración?
No, mis padres son consejeros, los quiero mucho. En este caso, el presidente seré yo, mi padre me puede aconsejar como una persona con más experiencia, mi madre también, como máster en Salud Pública, que ha tratado a 300.000 personas con su clínica móvil.
Sería un estúpido si no les hago caso en lo que saben, pero en el tema de la administración activa yo me he preparado, tengo cuatro títulos -en negocios y administración pública- y la experiencia legislativa, en la que logré entender sus mecanismos.
¿Piensa proponer a su mamá, Anabella Azín, que lidere su lista de postulantes a la Asamblea?
Ella es un monstruo político y a cualquier cosa que se lance le iría bien, pero tiene que estar al lado de mi padre, ella quiere ser abuela, cuidar a sus nietos. Estuvo 25 años tratando de sacar adelante este país y se merece hacer lo que quiera.
Puede ayudar en campaña en el área de salud o asistencia social.
¿Quién manejará su campaña?
Jorge Santiago Barnes. Es español y se encargará de la estrategia general, junto a un equipo de más de 40 personas.
¿Qué pasó en su entorno familiar cuando su padre Álvaro Noboa anunció una candidatura presidencial?
Cada quien tiene su personalidad. Él tiene su forma particular y peculiar de comunicar, pero como siempre he sido de proyectos, fui el primero en inscribirme en el CNE, todo en orden. Obtuve una alianza de dos partidos que formaron la Acción Democrática Nacional.
Como padre, él siempre apoyará a su hijo. No me sorprendió que lo hiciera, porque lo conozco, pero tenía que seguir mi camino.
Lo hablamos, le dije que me iba a lanzar y que si él quería hacerlo, no iba a cambiar mi proyecto de vida por eso.
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