Por qué Cotopaxi es el epicentro de los paros indígenas
Cotopaxi es la segunda provincia con más analfabetismo de Ecuador, pues un 13% de su población no sabe leer ni escribir, según el INEC.
Manifestantes en el sector El Chasqui, en Cotopaxi, el 13 de junio de 2022.
EFE
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En las dos últimas manifestaciones, la de octubre de 2019 y la que inició el 13 de junio, la provincia de Cotopaxi, donde el 24% de la población es indígena, ha sido la sede de los consejos ampliados de los movimientos donde se han decidido los paros nacionales.
Hay algunos factores que el historiador indígena y párroco de Pujilí, Alcides Catota, considera que han influido para que Cotopaxi sea -actualmente- el centro de operaciones del movimiento indígena.
La primera es que el actual presidente de la máxima representación indígena, que es la Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Leonidas Iza, nació en la comunidad de San Ignacio en Cotopaxi. Él es un kichwa del pueblo Panzaleo.
Desde la fundación de la Conaie en 1986, tres líderes de esa provincia han presidido el organismo: Leonidas Iza Quinatoa, Jorge Morocho y Leonidas Iza Salazar.
Otro factor es la cercanía con Quito, donde están las sedes de los poderes del Estado, aunque a las bases indígenas les puede tomar hasta más de un día llegar a la capital desde sus comunidades.
Un tercer factor es la consolidada organización que ha mantenido Cotopaxi a través de los años, en los que “los jóvenes son capacitados en talleres de liderazgo, cosmovisión y espiritualidad, lo que ha fortalecido al movimiento indígena de Cotopaxi”, explica Catota.
“En 2019, el 80% de los jóvenes de las comunidades de Cotopaxi salió a las manifestaciones, hay rebeldía por las condiciones en las que viven y las pocas oportunidades que tienen”, añade.
Cotopaxi es una de las provincias con grandes brechas de oportunidades y desarrollo del país.
Por ejemplo, es la segunda provincia con más analfabetismo, donde el 13,9% de la población no sabe leer, ni escribir, según el Instituto de Estadísticas y Censos (INEC).
El 9% de la población de más de 15 años no ha terminado la educación básica. Es una de las tres provincias con menos años de escolaridad, donde un infante estudia en promedio solo 7,7 años, detalla el último censo del INEC.
Y a pesar de que el 80% de la población de esta provincia está en edad de trabajar, solo el 25,6% tiene un trabajo adecuado; es decir, tres de cada 10 personas recibe un salario mínimo en Cotopaxi. Los demás tienen empleos inadecuados.
El 32% del territorio de la provincia está dedicado a la agricultura y ganadería. En Cotopaxi se siembra el 84,79% del brócoli del país, el 3,11% del banano y el 13,61% de la papa.
Aún así, en los páramos se palpan las necesidades, vías a las comunidades sin asfaltar, limitado acceso a la educación y la explotación laboral, que han sido catalizadores para la rebeldía frente al Gobierno Central.
“Esto les ha hecho tomar conciencia y valorar lo organizativo, el poder de convocatoria”, dice Catota. Por eso el llamado a las protestas no tomó por sorpresa a las bases indígenas.
Las organizaciones del movimiento indígena de Ecuador tienen una estructura piramidal conectada entre sí, cuya base son las miles de comunidades o cooperativas que también se llaman de primer grado.
Las comunidades están agrupadas a escala provincial en organizaciones de segundo grado que, a su vez, se organizan en federaciones regionales o de tercer grado, como la Ecuarunari, la Conaice o la Confeniae.
Todas ellas están afiliadas a la Conaie, que en las elecciones de 2021, escogieron a Leonidas Iza como su presidente hasta 2024.
"Hay un trabajo de hormiga en las estructuras pequeñas de las comunidades, las decisiones en la Conaie no son de tres o cuatro dirigentes, son un consenso donde se escucha a todos, por eso la presencia de ellos en las calles es masiva", explica Catota.
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