Correa: primer expresidente sentenciado desde el regreso a la democracia
El expresidente Rafael Correa durante la campaña presidencial de 2013.
Elección Ecuador
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No es el primer mandatario en ser acusado por la Justicia, pero sí el primero en ser sentenciado en última instancia: Rafael Correa deberá cumplir una pena de prisión de ocho años, por el delito de cohecho.
Esto arruina los planes del expresidente de ser candidato para la vicepresidencia por Centro Democrático, junto a su exministro de Talento Humano, Andrés Arauz, que ahora deberá buscar un compañero para reemplazarlo.
Asimismo, esto impedirá que Correa regrese al país, a menos que vaya a enfrentar la pena de prisión, porque los delitos contra la administración pública ya no prescriben.
Y también le imposibilita para que vuelva a ser candidato a cualquier dignidad de elección popular. Y tampoco podrá ejercer su derecho al voto en 2021, ya que pierde sus derechos políticos hasta que cumpla la sentencia.
El inicio: de ministro a candidato presidencial
El economista guayaquileño era profesor de la Universidad San Francisco de Quito cuando, en 2005, aceptó ser ministro de Economía del entonces presidente Alfredo Palacio. Estuvo cuatro meses en el puesto.
Meses después, a inicios de 2006, nació Alianza PAIS, el movimiento que alcanzó la hegemonía política durante una década y, en ese momento, concentró el descontento social tras años de inestabilidad política y económica.
Y Rafael Correa fue su único candidato: joven, catedrático universitario, economista estudiado en el extranjero, con una familia convencional, católico practicante y con unas ideas políticas y económicas opuestas a lo tradicional.
La estrategia fue ir por la Presidencia de la República con la oferta de una Asamblea Constituyente en la mano. Y así fue, pero Alianza PAIS firmó una alianza con el Partido Socialista que sí presentó aspirantes a diputados.
En la primera vuelta ganó el empresario guayaquileño Álvaro Noboa y Correa pasó a segunda vuelta con él. Y otras organizaciones sociales y partidos políticos sumaron su respaldo, como el Movimiento Popular Democrático, Pachakutik, Izquierda Democrática, Partido Roldosista Ecuatoriano.
Con el 56,67% de votos a favor, Correa llegó a Carondelet el 15 de enero de 2007 y se quedó hasta el 24 de mayo de 2017, cuando entregó el poder a su sucesor, coideario, excompañero de fórmula y exmbajador, Lenín Moreno.
10 años, 4 meses y 9 días en el poder
El proyecto político de la Revolución Ciudadana, cuya cara siempre fue Rafael Correa, llegó para quedarse por más de una década y marcó un antes y un después en la historia reciente del país, social, política y económicamente.
El expresidente dominó la política nacional y jugó también un importante papel en la política internacional, al alejarse de los países tradicionalmente aliados de Ecuador y cerrar filas con el socialismo del Siglo XXI, liderado por el chavismo venezolano, que se consolidó con la fundación de Unasur, para la cual ofreció la sede en Quito.
Correa convocó a la Asamblea Constituyente, cambió la Constitución y fue así aprobando nuevas leyes y reformando las anteriores a su gusto, con una mayoría en la Asamblea Nacional que lo apoyaba y que era castigada si disentía, como pasó con el debate de la despenalización del aborto por violación en 2014.
El exmandatario también puso al país en la mira internacional y geopolítica cuando expulsó a los militares estadounidenses de la Base de Manta y después congeló las relaciones diplomáticas al declarar persona non grata a su embajadora en Quito.
Otro punto polémico fue cuando aceptó la petición de asilo de Julian Assange, fundador de Wikileaks, y le permitió seguir operando desde la Embajada ecuatoriana en Londres. Además, de su cercanía con regímenes de tinte autoritario como el cubano, ruso, turco, bielorruso y chino.
Y Correa, además del caudillo del movimiento Alianza PAIS y del actual correísmo, que no ha sabido hasta ahora reemplazarlo, se convirtió en una marca. Junto con su cúpula de gobierno, el exmandatario creó toda una imagen a su alrededor.
Su firma, su rostro, su voz, su silla, su bicicleta, todo llegó a ser parte de la marca política personalizada. Que al final fue materializada en el mismo Palacio de Carondelet, con el denominado Museo de la Casa de Gobierno.
Este lugar constaba de 11 salas y la número 8 llevaba su nombre, donde los visitantes incluso podían sentarse a escuchar los discursos del expresidente, observar los regalos más caros que le entregaron y donde se exhibían los 17 honoris causa que recibió durante su mandato y sus credenciales electorales.
Así fue que el exmandatario ganó tres elecciones presidenciales (2006, 2009, 2013), las dos últimas en primera vuelta. Y en 2013 consiguió además una mayoría legislativa histórica: por primera vez un partido tenía mayoría absoluta.
El gasto social durante el gobierno de Correa se incrementó y es recordado por sus seguidores por la construcción de infraestructura pública en todo el país, hospitales, escuelas del milenio, centros de salud, infocentros y, especialmente, carreteras.
Pero también hubo grandes construcciones de proyectos estratégicos: refinerías, hidroelétricas, poliductos, entre otros, que estuvieron a cargo de su excompañero de fórmula, Jorge Glas, que ahora cumple una condena de prisión.
Las denuncias de corrupción y el proceso judicial
Rafael Correa hizo campaña por sus dos exvicepresidentes: Lenín Moreno y Jorge Glas y los dejó en el Palacio de Carondelet, para que continúen con el proyecto de la revolución ciudadana.
Fueron pocos los meses en que gobernaron juntos. Glas fue el primero en caer del poder, ser destituido e ir preso por asociación ilícita dentro de la trama de corrupción de Odebrecht. La pelea con Correa y sus más cercanos seguidores se intensificó y Alianza PAIS se quebró en dos.
Fue entonces que Moreno empezó a sacar a la luz los problemas de la administración previa: millonarios sobreprecios y corrupción en la obra pública, una deuda más grande de lo admitida y una economía ajustada.
Y el 3 de julio de 2018 salió la orden de prisión preventiva en su contra por el caso Sobornos, por el financiamiento ilegal para las campañas electorales de Alianza PAIS, entre 2012 y 2016.
No solo se trata de Correa, sino también de Jorge Glas y dos miembros de su círculo de poder, Alexis Mera y Vinicio Alvarado, entre otros sentenciados por cohecho.
Varios correístas huyeron del país una vez que la justicia empezó a investigar distintos casos, incluso cuanto tenían grillete electrónico, como Fernando Alvarado.
Y este lunes 7 de septiembre, más de un año después de la primera orden de prisión en contra de Rafael Correa, el caso pasó la última instancia y la sentencia quedó en firme y está pendiente de ejecución.
Aunque, todos los vinculados y sus seguidores insisten en que se trata de un caso de persecución política y de 'lawfare' en contra del expresidente y sus funcionarios.
Políticamente Correa y sus seguidores seguirán en el escenario nacional, pero cada vez son menos los que pueden hacerlo presencialmente, debido a las órdenes de captura en su contra o a su negativa a regresar al país.
Sin embargo, el correísmo seguirá intentando estar en la papeleta de 2021, aunque Correa no será candidato, será la sombra que los empuje. Ya que el capital político que le queda a la tendencia sigue siendo suyo y no de sus compañeros.
Otros presidentes investigados y exiliados
Otros presidentes de la República que fueron investigados por las autoridades tras ejercer el cargo, desde 1978, son Abdalá Bucaram Ortiz, Jamil Mahuad, Gustavo Noboa, Lucio Gutiérrez.
Bucaram estuvo en el exilio 20 años, hasta 2017, hasta que los delitos de los que se le acusaban prescribieron, y ahora es investigado por delincuencia organizada. Mahuad sigue en el exilio, desde 2000, y su sentencia por peculado llegó a la instancia de casación, más de 20 años después, en junio de 2020.
Noboa estuvo en el exilio dos años y fue sobreseído en el caso que le seguían por presunto peculado por la renegociación de la deuda externa, para ser investigado como encubridor. Pero, la Constituyente de Montecristi le dio la amnistía.
Y Gutiérrez también se exilió durante seis meses, fue acusado de presunta malversación de fondos y de atentar contra la seguridad del Estado. Pero, regresó al país y estuvo detenido por seis meses, tras lo cual el proceso fue anulado.
Ahora, Rafael Correa pasa a la historia como el primer exmandatario en ser sentenciado por delitos contra la administración pública. Pero él no tuvo que pedir asilo político, porque su esposa es de origen belga y se mudó con toda su familia, legalmente, a ese país cuando terminó su periodo presidencial.
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