La Conaie quiere imponer un 'nuevo modelo económico'
Parapetados en el antecedente del Parlamento Popular, convocado en 2000, junto con militares y otros grupos sociales, que presionó por la salida del presidente Jamil Mahuad, ahora los dirigentes del movimiento indígena convocan a otro Parlamento, esta vez para trazar un "nuevo modelo económico".
El Consejo Ampliado de la Conaie se instaló en Quito, el 23 de octubre de 2019, y decidió convocar al Parlamento Popular.
Twitter @JorgeGuzman1983
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El consejo ampliado de la Conaie decidió convocar a las organizaciones sociales y populares del país para conformar lo que la organización llama "el Parlamento Popular de los Pueblos".
El objetivo es hacer una "minga" para construir un proyecto de nuevo modelo económico para Ecuador.
Esto pese a que el ministro de Finanzas, Richard Martínez, ha advertido que el gobierno no pude someter sus decisiones de política económica a intereses de terceros y que el diálogo con los indígenas se limita a la discusión de los subsidios.
La Conaie dice que esta idea busca asegurar el "buen vivir" y evitar un "paquetazo". Manteniendo la línea que dio inicio a la última movilización del movimiento indígena, que paralizó a Quito y exigió la derogatoria del Decreto 883, con el que el gobierno había eliminado el subsidio a la gasolina extra y el diésel.
La primera cita de este Parlamento Popular sería el 25 de octubre, a las 10:00, en la casa de la Conaie, localizada al norte de Quito.
Su filial Amazónica recibirá a las organizaciones de la región en la ciudad de Puyo, capital de la provincia de Pastaza. Y habrá otros parlamentos provinciales, anuncian los indígenas, para los que no puedan llegar a Quito.
Vargas habla de propuesta al gobierno
El presidente de la Conaie, JaimeVargas dice que, a través del Parlamento, quieren entregar una propuesta de índole económica al gobierno. Una vez que el ministro de Finanzas, Richard Martínez, anunció que el nuevo decreto que reemplazará al 883 estará listo antes de que termine octubre.
Vargas advirtió que no aceptarán ningún decreto "que vaya en contra del pueblo".
Y habla de hacer una propuesta integral desde los sectores sociales, que vaya más allá del tema del subsidio a los combustibles: "cómo salir de esta crisis económica".
El Parlamento Popular estará en sesión permanente hasta el lunes, ya que planean entregar su propuesta a las Naciones Unidas, que cumple el papel de mediador en el diálogo entre indígenas y gobierno, a más tardar el miércoles.
Una Asamblea paralela
Esta es una reunión paralela al poder Legislativo, explica el historiador Enrique Ayala Mora. Pero, en la práctica, tiene un carácter simbólico porque no pueden tomar resoluciones legales.
Esto en el contexto de la criticada labor de la Asamblea Nacional, sin una mayoría política, con dificultades para procesar leyes y con representantes que abandonan sus curules por procesos políticos o judiciales.
Sin embargo, aclara que la intención de recrear un parlamento es ambigua, puesto que hay sectores populares que en esos momentos sí tienen representación en la Asamblea, como Pachakutik, el brazo político de la Conaie.
Un parlamento popular "es un compromiso de coordinar fuerzas para determinadas campañas", dice Ayala Mora.
Pero, generalmente, son iniciativas de vida corta porque "a la larga, ¿quién representa a los pueblos?" Suelen tener fuerza cuando se reúnen la primera vez, pero luego las demás reuniones se vuelven esporádicas, dice Ayala Mora.
La fuerza de (los parlamentos populares) es directamente proporcional a su capacidad de movilización en ese momento. Es darle a la protesta social una forma más institucional.
Enrique Ayala Mora
El Parlamento Popular de 2000
El historiador recuerda el Parlamento Popular de 2000, aunque hubo otro menor en 1986, que "fue importante al principio, ya que sirvió para coordinar esfuerzos, plantearse una política alternativa, pero al final no duró mucho". Cumplió un objetivo puntual y se desvaneció.
En ese entonces había algunas similitudes con la situación política actual, como un diálogo social desgastado con el Ejecutivo y que no generaba confianza, una crisis económica y distintos sectores presionando al gobierno.
Ahí también fue la Conaie la que convocó a los sectores sociales a conformar un parlamento popular, con parlamentos provinciales que sumaban apoyos.
Y, pese a la militarización del país y al decreto de estado de emergencia, el 14 de enero se instaló en Quito el Parlamento Nacional de los Pueblos.
Las comunidades llegaron para tomarse la capital cuatro días después y el 20 se tomaron el Congreso y la Corte Suprema de Justicia. Al día siguiente, el parlamento popular sesionó en el Legislativo y los indígenas salieron rumbo a Carondelet.
El entonces presidente Jamil Mahuad huyó de Palacio. Y, por la presión popular, el movimiento indígena, los militares y otros grupos sociales decidieron crear una "junta de salvación nacional", sin éxito. Así, pocas horas después, la mañana del 22 de enero de 2000, Gustavo Noboa Bejarano asumió la Presidencia.
Las comunidades regresaron a sus provincias y se detuvieron las protestas, el Parlamento Popular se desintegró.
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