Los aviones presidenciales en América Latina, sin compradores a la vista
Los mandatarios de la región siguen replicando los anuncios de venta de los aviones presidenciales, pese a que el mercado prefiere evitar las aeronaves estatales.
El presidente peruano Pedro Castillo a su arribo a La Paz, el 30 de octubre de 2021.
Presidencia de Perú
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Vender los aviones presidenciales es una tarea casi imposible y de cuantiosas pérdidas. Así lo demuestran las experiencias de otros países. Ahora a la lista de estas intenciones se sumó el presidente peruano Pedro Castillo.
El avión presidencial, modelo Boeing 737-528, fue adquirido en 1995 durante el gobierno de Alberto Fujimori por USD 25 millones. Y esta no es la primera vez que un presidente peruano trata de venderlo.
En enero de 2007, Alan García planteó la venta, cuestionando los viajes durante el gobierno de Alejandro Toledo. Tras dos intentos fallidos se dejó de lado la idea. En la primera licitación se intentó vender la aeronave por USD 18 millones y la segunda por USD 15 millones. Y, aunque durante la licitación, el costo llegó a caer hasta los USD 5 millones, nadie lo compró.
En la región hay otros casos de estos anuncios presidenciales, pocos tuvieron éxito:
- 1
Ecuador: el avión presidencial no tiene compradores
Compartir:
En agosto de 2017, poco después de asumir el poder, el entonces presidente Lenín Moreno anunció en cadena nacional que vendería uno de los dos aviones presidenciales. Moreno nunca detalló cuál y cuando dejó el poder, la venta no se concretó. Después de cuatro años, el presidente Guillermo Lasso firmó el 31 de agosto el decreto ejecutivo 180, que ordenó la venta del avión presidencial Legacy EMB-135 BJ y autorizó su salida del país una vez negociado, bajo responsabilidad del Ministro de Defensa Nacional. Aún no hay compradores para esta aeronave.
- 2
México: el intento de venta generó más gastos
Compartir:
Durante dos años, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha buscado vender el Boeing Dreamliner, comprado por Felipe Calderón en USD 218 millones, pero que fue entregado cuando gobernaba Enrique Peña Nieto. Luego de no tener éxito, el gobierno planteó otras opciones: rifarlo, un trueque por equipo médico, rentarlo por hora o que 12 interesados lo adquirieran en partes iguales. La decisión final fue la rifa, pero de manera simbólica. El premio no sería el TP01 como tal, sino 100 premios de casi USD 1 millón cada uno. La rifa fue en septiembre de 2020 y el gobierno recaudó USD 94 millones de los USD 141 millones esperados. El costo por el arrendamiento, operación y mantenimiento que incluyó un acondicionamiento y rediseño interior con acabados de lujo fue de USD 530 millones. También se gastaron USD 20,4 millones en el mantenimiento desde la decisión de la venta, la organización de la rifa y actualización de sus sistemas. Lo que sí sucedió, en julio de este año, es que el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP) logró vender el avión presidencial anterior por USD 3,1 millones. Este era un Boeing Company modelo 757-225, adquirido en 1987.
- 3
Bolivia: otra intención que no se concretó
Compartir:
En abril de 2020, durante el gobierno de interino de Jeanine Áñez se hizo el anuncio de la venta del avión presidencial, con el fin de destinar los recursos para la emergencia generada por la pandemia de Covid-19. La aeronave es un Falcon 900 EX EASY, fabricado originalmente para el equipo de fútbol inglés Manchester United, y fue adquirido en la administración del expresidente Evo Morales por USD 38,7 millones. La propuesta de Áñez tampoco se concretó.
- 4
Argentina: varios millones para arreglar el avión
Compartir:
En 2016, el entonces presidente argentino Mauricio Macri quiso vender el avión Tango 01, comprado por Carlos Menem en 1992 por USD 66 millones. La idea era adquirir uno más pequeño, moderno y eficiente, pero los intentos fracasaron. El avión presidencial está parado desde 2015 en la base de El Palomar. Por lo que el gobierno de Alberto Fernández decidió arreglarlo en noviembre de 2020, para que pueda volar sin escalas a Estados Unidos o Europa. Esto costaría unos USD 12 millones. Actualmente, se gastan más de USD 200.000 anuales para tareas de mantenimiento.
- 5
Uruguay: el único caso de venta actual
Compartir:
Antes de asumir el gobierno, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, anunció que vendería el avión presidencial, adquirido por Tabaré Vázquez en 2018. La administración de Vázquez compró el avión modelo Hawker de 1979 en USD 1 millón y en los últimos tres años invirtió USD 1,5 millones en mantenimiento. Y el 15 de octubre de 2020, la aeronave fue finalmente rematada a un 18% de su precio inicial; es decir USD 180.000, dinero que se destinó para atender la pandemia de Covid-19. La suma que recibió el gobierno uruguayo por el avión es incluso inferior al valor de venta de un auto de alta gama en Ecuador, como el Audi RS6 que cuesta localmente USD 190.000.
¿Por qué no hay compradores para los aviones presidenciales?
Según el experto aeronáutico Nicolás Larenas, hay varios factores que dificultan la venta de aviones, especialmente presidenciales. Los más importantes son el mercado y la confianza de los compradores.
En este último caso, con los aviones presidenciales existe un problema de trazabilidad, explica. Es decir, no es posible conocer exactamente los récords de mantenimiento, qué se ha cambiado, o qué repuestos se han utilizado.
Larenas cuenta que estas aeronaves al estar manejadas por cuerpos militares generan un poco de desconfianza en los compradores civiles.
En cuanto a los movimientos del mercado, el experto aclara que depende del avión. Por ejemplo, en el caso de México, la aeronave es demasiado cara y no hay interesados en ese modelo.
El caso ecuatoriano es lo contrario. Hay una sobreoferta en el mercado de aviones Embraer Legacy y, probablemente, con menos horas de vuelo y diferentes tipos de mantenimiento, señala Larenas.
Además, el avión adquirido por el expresidente Rafael Correa costó USD 28 millones y el experto calcula que ahora podría venderse en unos USD 6 millones, por lo que la opinión pública lo tomaría como un aparente perjuicio para el Estado. "Hay que entender que así funciona el mercado de los aviones".
Por ello, Larenas considera que una mejor salida sería darle otro uso a la aeronave y reconfigurarla, para que transporte a las Fuerzas Armadas o carga.
Compartir: