Consulta: Pese al cansancio electoral, los votantes volverán a las urnas
Desde 1978, los presidentes han convocado a los ecuatorianos a pronunciarse sobre distintos temas en 14 ocasiones, a través de consultas o referendos.
Ciudadanas sufragan en el Colegio Spellman, el 4 de febrero de 2018, en la consulta popular.
CNE
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Desde 1978, los ecuatorianos han sido convocados por los presidentes en 14 ocasiones para tratar temas de democracia directa, a través de consultas populares nacionales y referendos. La última será el proceso mixto ordenado por Daniel Noboa.
Aunque todavía no hay fecha oficial para las votaciones, se calcula que serán en abril y que el presupuesto bordearía los USD 55 millones. Es decir, los electores deberán volver a votar, apenas cinco meses después de la segunda vuelta presidencial.
Solo en 2023, los ciudadanos ya escogieron autoridades locales, un presidente y legisladores, así como también se pronunciaron sobre un referendo y una consulta ambiental. Esto sin contar las consultas o elecciones locales adicionales.
Es por esto que, tras las recientes elecciones extraordinarias, la misión electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) llamó a las figuras políticas y autoridades a no abusar de las consultas populares, por el cansancio que las continuas votaciones están generando en el electorado.
Pero ese consejo pasó inadvertido. El gobierno del presidente Daniel Noboa quiere aprovechar su creciente popularidad para empujar una decena de temas en las urnas. Y, como es tradición con los últimos gobiernos, la propuesta contiene un popurrí de opciones.
Las reformas y enmiendas planteadas por el Mandatario abarcan desde modificaciones penales y judiciales hasta temas laborales y económicos.
Lo mismo que sucedió, por ejemplo, en el referendo planteado por Guillermo Lasso, donde hubo propuestas tan distintas como la extradición de narcodelincuentes, reducir el número de legisladores y modificar el proceso para la selección de autoridades de control.
Sin embargo, por el contexto político y el declive de su aceptación, el rechazo, los blancos y los nulos abatieron al entonces presidente Lasso.
Pero, en esta ocasión, en medio del conflicto armado interno, el estado de excepción y la disminución de las cifras de violencia, el gobierno de Noboa podría aprobar, en plancha, todas las propuestas que estarán en la papeleta.
Ocho presidentes, 12 consultas
El presidente Daniel Noboa será el octavo mandatario en llamar a las urnas a los ecuatorianos, desde el retorno a la democracia.
Desde 1978, solo Sixto Durán Ballén y Rafael Correa utilizaron esta herramienta más de una vez. El primero lo hizo en dos ocasiones y el segundo cuatro veces. Y de los siete presidentes que midieron su aceptación en las urnas, con este tipo de votaciones, tres sufrieron derrotas.
El primero en perder fue León Febres Cordero, cuando planteó un referendo para permitir a los ciudadanos independientes, sin filiación política, puedan participar como candidatos. Lo que estaba prohibido en esa época. Solo el 24% de los votantes respaldó la propuesta.
Ocho años después, Durán Ballén logró aprobar seis de las siete preguntas de su primera consulta, incluida una de las que planteó Febres Cordero. La única que fue rechazada fue la que quería permitir que los diputados manejaran fondos del Estado.
Pero, en 1995, cuando su popularidad decaía, Durán Ballén planteó 11 preguntas sobre distintos temas: descentralización, seguridad social, finanzas, servicios públicos, política, justicia, entre otros. Ninguna fue aprobada. Solo el 30% de los votantes lo respaldó.
Y, en 2023, Lasso fue derrotado en un referendo que planteaba un combo de temas de seguridad, institucionalidad y medioambiente. Aunque el 49% de la votación sí estuvo de acuerdo con sus propuestas.
El factor común de estos tres mandatarios es que convocaron a las urnas a la ciudadanía cuando sus administraciones pasaban por momentos de crisis y acusaciones de irregularidades.
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