Las controvertidas acciones del Gobierno van dejando solo a Daniel Noboa
En siete meses de gestión el presidente Daniel Noboa ha generado polémicas nacionales e internacionales, y continúa engrosando las filas de sus detractores.
El presidente Daniel Noboa en un evento en Cuenca, el 8 de mayo de 2024.
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En apenas siete meses, las decisiones y acciones del presidente Daniel Noboa han ido revelando el tipo de gestión y liderazgo que tiene su administración, que además pretende ser de largo plazo.
El Mandatario también ha demostrado que no le molesta tener una creciente lista de enemigos y detractores, ni cerrar puertas con otros sectores.
El 'nuevo Ecuador' de Noboa se asienta sobre las redes sociales, donde apenas comparte algo de protagonismo con la primera dama, Lavinia Valbonesi. Mientras que del gabinete ministerial se ve poco y se escucha aún menos.
A inicios de año, el nuevo Jefe de Estado todavía superaba el 80% de aprobación entre los ciudadanos. Ahora, según Click Report, esa cifra cayó al 53%. Es decir, la expectativa terminó y su popularidad va mermando.
Pero no solo ha bajado la percepción ciudadana, el presidente Noboa también ha ido quemando puentes con distintos sectores políticos y sociales. Al punto que su Gobierno ha generado incluso incertidumbre entre la comunidad internacional.
Argumentos reservados y suposiciones
Algo que evidenció el polémico perfil presidencial de la revista The New Yorker es que Noboa "aún no domina el arte de la discreción" y la reacción gubernamental demostró que sucede lo mismo en materia de comunicación.
Así como en abril el Ejecutivo denunciaba a 21 personas por presunto sabotaje eléctrico, por los apagones, esta vez acusaban a la revista y al periodista norteamericanos también de querer hacer daño al Gobierno. En ambas ocasiones no se presentaron pruebas.
Ese secretismo o reserva sobre las evidencias o pruebas y las suposiciones de los funcionarios del Ejecutivo han justificado otras medidas gubernamentales en casos como:
- El exilio de la vicepresidenta Verónica Abad a Israel, a quien los funcionarios de Noboa calificaron de enemiga gubernamental.
- La promesa de construir megacárceles con la misma gente de Nayib Bukele.
- La teoría del intento de golpe de Estado por parte del crimen organizado en enero.
- El asalto a la Embajada de México, bajo el argumento de que Jorge Glas iba a huir del país.
- La acusación de que la Asamblea Nacional quería declarar la inhabilidad mental del Mandatario.
- Y con la revocatoria de la visa de la periodista cubana Alondra Santiago, a quien las autoridades acusan de atentar contra la seguridad del Estado.
A esto se suma el último comunicado del presidente Noboa, que sembró más dudas que certezas, al lanzar dos acusaciones enigmáticas.
El Mandatario habló de una lucha de cinco años con un sistema judicial sesgado, "auspiciado por líderes de partidos políticos que hoy están en la cárcel". Y que "la mafia de seguros, ha querido usar a mi hija como moneda de cambio por impunidad".
Con estos casos, el presidente Noboa y su equipo han dejado claro que, sin importar las evidencias o las consecuencias, el Gobierno mantendrá su posición y decisiones en firme, sin importar el costo político o legal.
Puentes quemados
Las palabras del presidente Daniel Noboa han puesto en apuros a la diplomacia ecuatoriana en más de una ocasión. El episodio más largo es con México, tras el asalto a su Embajada en Quito, que provocó el rompimiento de relaciones y abrió una disputa en tribunales internacionales.
Pero también estuvo el de la chatarra rusa, que causó un cisma momentáneo con el Kremlin, que obligó al Mandatario a echar marcha atrás.
Y el último episodio arrancó con las declaraciones en The New Yorker sobre los presidentes de la región, que forzaron a la Cancillería a tomar contacto con los gobiernos de Colombia, El Salvador, Argentina y Chile, para medir y resarcir el impacto de los calificativos que usó Noboa.
Puertas adentro, en el escenario nacional, el Mandatario ha sido aún menos diplomático al referirse a otros sectores políticos y sociales, pese en que al inicio de su gestión dijo que las puertas estaban abiertas para todos.
En la Asamblea Nacional, el oficialismo se quedó solo y debilitado, no solo por tener una minoría y haberse enemistado con las otras bancadas, sino por las últimas reformas constitucionales que le restan poder a sus vetos.
Noboa ha acusado a la Revolución Ciudadana, al Partido Social Cristiano y Construye de mantener "sucios pactos políticos", de ser una mayoría "anti-Noboa" y conformar "troncha".
Además, entre los sectores sociales, el Gobierno ha abierto frentes con los ambientalistas, por el caso Olón y la demora en cesar el extractivismo en el Yasuní; con los defensores de derechos humanos, por los excesos durante el conflicto armado y los estados de excepción; con las mujeres, por la intención de modificar el Ministerio de la Mujer.
Y el alza de los impuestos y la eliminación de los subsidios han ido acrecentando el descontento de las centrales sindicales y del movimiento indígena, que protagonizó los dos últimos paros nacionales.
Los primeros ya convocaron a una movilización el próximo 4 de julio, mientras que la Conaie todavía analiza si se sumará a la medida.
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