Una estrategia para mantener vivas a las tiendas del barrio
Mi tienda de barrio
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Existen miles de pequeños tenderos en el Ecuador que se han visto directamente afectados por la coyuntura que vivimos. Sus horarios de atención, la disposición de sus localcitos, la relación que mantenían con sus clientes y hasta los productos que vendían con mayor frecuencia han cambiado de un día para el otro. Su economía, como la de todos sus queridos vecinos, ha sufrido un gran impacto.
En Coca-Cola de Ecuador conocemos miles de estas historias porque llevamos años apoyando a tenderos del país con programas de desarrollo que transforman sus pequeños negocios en símbolos de crecimiento individual y comunitario.
Porque sabemos cuán importantes son las tiendas de barrio para la economía de nuestras ciudades, en estos meses hemos creado una iniciativa emergente que apoya a los dueños de esos locales para mantener su negocio a flote, mientras termina esta emergencia.
El primer paso que dimos fue fortalecer a los tenderos y a sus negocios con una serie de consejos y buenas prácticas en salubridad. Junto a autoridades locales e instituciones gubernamentales desarrollamos una guía de recomendaciones para capacitar y motivar a nuestros tenderos a continuar atendiendo a sus comunidades con mayor seguridad y confianza.
El siguiente paso será incentivar a los barrios para apoyar a los empresarios de sus comunidades. Con el mensaje “Separados somos Pequeños, Juntos somos Gigantes” redefinimos el concepto de comunidad e invitamos a todas las personas, que permanecen en casa, a realizar sus compras cerca de su hogar.
Sabemos que las distancias cortas son más seguras, que nuestros tenderos son responsables y dedicados, que las tiendas de barrio están en capacidad de proveer a sus vecinos.
Y también somos conscientes de que no hay nada más fuerte que los lazos humanos que miles de tenderos han construido con sus clientes a lo largo de estos años.
Ahora, más que nunca, los tenderos de nuestros barrios necesitan de nosotros, sus vecinos, para continuar con su negocio, que hace mucho más por nuestras comunidades de lo que imaginamos.
Las tiendas, despensas y micromercados son el centro económico de nuestras comunidades, son el reflejo de nuestros deseos de crecimiento y superación. Ahora, por el bien de todos en el barrio, necesitan que volvamos a comprar y confiar en ellos.
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