Sebastián "El Zuko” Carrasco: un montañista que se reinventa con cada cumbre
Llegó al deporte de la mano de su fascinación por la naturaleza y la aventura. Su padre le enseñó que la felicidad puede tener la forma de una inmensa montaña.
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A los once años vivió su primera experiencia en un campamento. Descubrió que podría estar bien y sentirse a gusto con lo básico y sin aparatos electrónicos.
De ahí en adelante empezó a convivir con las cumbres. Se formó como guía de alta montaña y su vida se desarrollaba alrededor de ellas. Hasta que ocurrió un accidente que lo sentó en una silla de ruedas.
“Cuando me di cuenta de que ya no iba a volver a caminar, no fue una opción asumir que no regresaría a la montaña”.
Desde entonces su pasión por la aventura y el deporte ha sido su plataforma para buscar nuevos caminos.
El desafío de aceptar su discapacidad
Sebastián reconoce que ha sido un proceso largo. Sus padres y sus amigos han jugado un rol fundamental. Ambos lo motivaron a reconectar con el deporte.
En un viaje a Europa descubrió las sillas adaptadas o" handbikes". Al poco tiempo, a bordo de una de ellas, compitió en los 15 kilómetros de una famosa carrera quiteña.
Luego vinieron maratones en Miami, Nueva York y Guayaquil, un Ironman en Manta y otros proyectos. Hasta que en 2019 subió el Kilimanjaro, la montaña más alta de África.
Pero en medio de cada montaña debe haber alguna anécdota. Esta es la de Sebastián Carrasco:
El primer nevado de muchos
Una vez conquistado el Kilimanjaro, el Cayambe asomó en el panorama de Sebastián. Era su primer nevado y había que estar a la altura de ese acontecimiento.
No quería subir ayudado por sus amigos, esos mosqueteros que siempre lo impulsan y secundan. Tenía que hacerlo por su cuenta.
Y así fue. Sus compañeros idearon un mecanismo que combinaba esquí adaptado y un parapente.
El 22 de abril de este año, luego de tres duros días de ascenso, llegó a la cumbre del Cayambe, a 5 790 metros de altura.
Pero su travesía apenas empieza. Ansía subir el Cotopaxi y todos los nevados que pueda. También los Himalayas están en su lista de anhelos.
¿Qué referentes están detrás de estos logros? Sin duda, su padre y su madre de quienes aprendió el amor por la naturaleza. A la par está la figura de su primo Juan Gabriel Carrasco, primer montañista ecuatoriano en coronar El Capitán, la meca de la escalada en roca.
Pero hay alguien más; y se trata del andinista Iván Vallejo.
Otra pasión que sabe a libertad
Todas las pasiones del Sebastián están relacionadas con el deporte de aventura. Por eso, antes de subir al Cayambe tuvo la suerte de encontrarse con el parapente. Quedó prendado de la sensación de libertad que le permite.
“Los seres humanos somos muy hábiles para maquinar barreras y romper esos obstáculos es la batalla más dura”, recalca.
Sin embargo, por su propia experiencia sabe que los muros autoimpuestos deben derribarse por etapas. “La clave está en conectarte con lo que te apasiona y empezar a vencer pequeños desafíos que te lleven a grandes metas”, sentencia.
Empeñado en derribar obstáculos
Cuando Sebastián no está ascendiendo una montaña o preparando alguna cumbre se enfoca en allanar el camino de otros deportistas con discapacidad. Quiere concienciar a la sociedad sobre la necesidad de generar espacios más asequibles.
"Mi deseo es ver que la gente se motive y pueda disfrutar de la vida de otra manera (...) Sin frustrase con las caídas. Porque hay que probar hasta encontrar el camino que es para uno".
Sebastián Carrasco, montañista ecuatoriano
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