Salsas, aliadas milenarias e imperdibles en las cocinas de todo el mundo
Es uno de los ingredientes más importantes en el mundo gastronómico, pues aporta beneficios como textura jugosa a los platos. Su aparición se origina desde la época del Imperio Romano.
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Para pastas, carnes blancas o rojas, acompañadas de vinos e ideales para todas las ocasiones. El primer indicio de las salsas en la historia apareció en el Imperio Romano, que fue una época clave para la gastronomía con influencia mediterránea. En ese momento la más popular era conocida como "garum", elaborada con intestinos de pescado marinados en salmuera y fermentados al sol, aderezados finalmente con especias.
El término salsa proviene del latín salsus, participio del verbo sallere, que significa literalmente poner en sal.
El siglo XVIII fue el momento decisivo para las salsas pues adquirieron sabores representativos, equilibrados y con mayor elaboración gracias a la cocina francesa. De hecho, el francés Marie-Antoine Carème clasificó las salsas en cuatro familias básicas:
- Espagnole: una salsa española u oscura que tiene como base una mezcla oscura de harina y grasa, con un aporte generoso de vino y caldo de carne. Se emplea habitualmente como acompañantes de las carnes.
- Velouté: es una salsa clara que se elabora con caldo de carne o fumet de pescado, posteriormente, se liga con una mezcla clara de harina y grasa.
- Allemande: hace referencia a la salsa alemana, incluye yema de huevo y gotas de limón.
- Bechamel: con consistencia mucho más espesa, se elabora añadiendo leche a la mezcla de harina y grasa. Su origen es francés e italiano y se emplea especialmente para acompañar platos gratinados con pasta o verduras.
Estas son reconocidas como salsas madre ya que a partir de estas se puede elaborar una gran variedad de aderezos y complementos.
Deliciosas y saludables
La riqueza de los ingredientes como vegetales utilizados en la preparación de las salsas hacen de las mismas un acompañamiento nutritivo para las comidas.
Por ejemplo, salsas rojas que presentan entre sus ingredientes tomate incorporan: luteína, β-caroteno y withanólidos; quercetina y otros compuestos fenólicos en el cilantro, y alcaloides.
En la cebolla y el ajo predominan los flavonoles y ácidos benzoicos, como la quercetina y la miricetina. Todas estas moléculas actúan como antitumorales, antidiabéticas, antiinflamatorias, antibacterianas y antioxidantes.
Así mismo, salsas como Bechamel incluyen vitaminas liposolubles (A,D,E y K) que ayudan a mantener la piel y la salud ocular en buen estado, permiten que el calcio se absorba adecuadamente, previenen las enfermedades degenerativas y regulan la coagulación de la sangre.
Recetas para cualquier hora del día
Es posible preparar innumerables recetas con salsas McCormick, le presentamos una selección para que sorprenda a todos:
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