Moderna: una marca que sintoniza con las necesidades de sus consumidores
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Un ajuste en el eslogan es solo una de las evidencias. Pasar de: El sabor está primero a La familia está primero es más que un juego de palabras. Es la muestra concreta de un compromiso arraigado en la esencia de la empresa.
Durante sus más de 33 años en el mercado, la línea de pan empacado de Moderna Alimentos ha realizado donaciones permanentes.
Sin embargo, a raíz de la pandemia provocada por el Covid-19 adoptó tres estrategias fundamentales.
Los ejes de acción de una compañía que piensa en la familia
La primera acción de Moderna, durante la pandemia, consistió en mantener la continuidad de la producción.
Para ello no solo evitaron los despidos, sino que, además, hicieron nuevas contrataciones. Así su planta se mantenía activa y los autoservicios continuaban abastecidos.
Y es precisamente su personal, el eje de la segunda línea de acción de Moderna. De hecho, los protegieron con kits de bioseguridad para ellos y sus familias, transporte propio y créditos emergentes: también les brindaron asistencia sicológica, a los casos que lo requirieron.
El tercer eje consistía en potenciar su ya habitual programa de donaciones. De esta manera ha multiplicado por seis su capacidad de acción para apoyar a la comunidad de diferentes sectores del país, como consta en la siguiente infografía:
Panettones: el símbolo de la unión familiar
La pandemia marcó un antes y un después para las empresas. Conectar con las necesidades de sus consumidores es la premisa.
Y para hacerlo, las compañías deben asumir su rol social y no pueden limitarse a ser solo un agente económico. “(…) Tienen que involucrarse, tienen que movilizarse”. Eso lo remarca José María San Segundo, Ceo de Merco.
Sin embargo, para Moderna este llamado a la acción social no es nuevo. Ya que son varias las anécdotas que dan fe de la gestión de la compañía en favor de la sociedad, desde su constitución.
Así lo evidencian los múltiples proyectos enfocados en el desarrollo social, técnico y productivo de las personas.
Este año, el valor simbólico de este producto tan tradicional se ha potenciado. No se trata solo de pan, sino de mensajeros de esperanza y unión familiar, en medio de la dificultad.
De ahí que en el 2020, más de 12 mil panettones llegaron a alrededor de 8 mil familias, a través de 37 fundaciones en las ciudades de Quito, Guayaquil, Riobamba, Manta, Cajabamba, Cayambe, Cuenca, Santo Domingo, entre otras.
Porque en esta época, el compromiso de Moderna es que el sentimiento de Navidad llegue a todos los rincones del país.
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