Guardianía privada: una oportunidad de servicio a la comunidad
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“No me digas que no lo comprendes, porque eso lo entiende hasta el guardia”. Es una frase tan despectiva como frecuente en el medio ecuatoriano. Sin embargo, un guardia es un profesional que requiere mucho entrenamiento para manejar situaciones de tensión en las que, incluso, pone en riesgo su vida.
Para empezar debe hacer un curso de 120 horas en las que evalúan su físico y ponen a prueba sus destrezas sicológicas. La capacitación incluye técnicas de observación y vigilancia, conocimiento de armas, protocolo, recursos humanos, uso de teléfonos inteligentes, buenas prácticas, clases de ética y evaluaciones de conocimiento, de acuerdo con la malla autorizada por el Ministerio del Interior. La estructura morfológica y las aptitudes mentales son cruciales en este proceso.
Para Fernando Santacruz, Gerente de G4S, empresa de seguridad con cinco décadas de trayectoria, un aspirante a guardia debe querer la profesión y no llegar a ella por accidente o azares de la vida. Con él coincide Carolina Pazmiño, Gerente de Gente & Gestión. Ella asegura que en el caso de las personas que van a custodiar información o dinero, los valores son fundamentales. Y con valores se refiere a las actitudes positivas que guían el accionar de los guardias de seguridad. “Son personas que van a estar expuestas a situaciones de riesgo y manejo de estrés, por eso a más de la preparación técnica deben tener una ética sólida”, enfatiza.
Pazmiño reconoce que en todas las profesiones se presentan distintos tipos de “tentaciones”, como ver el celular mientras estamos en el horario de trabajo; sin embargo, un guardia está aún más expuesto, por lo que su honorabilidad debe ser a prueba de balas.
“Son personas que van a estar expuestas a situaciones de riesgo y manejo de estrés, por eso a más de la preparación técnica deben tener una ética sólida”.
Karolina Pazmiño, Gerente Gente & Gestión
Cuando el aspirante a guardia pasa las pruebas y se suma a la empresa entra en un proceso de capacitación constante, que le permite ascender y hacer carrera en el medio. También es revaluado en cuanto a sus principios, ya que -según lo explica Pazmiño- la sicología de una persona cambia cada seis meses por varios factores como eventos fuertes. De manera que, frente a un episodio traumático es necesario un proceso de revaloración del profesional.
Un guardia, un quijote
La Plaza del teatro, alma de la cultura popular quiteña, es un desierto en las primeras horas de la mañana. En las aceras aún escasas de peatones camina Guido Pintado regalando sonrisas y buena actitud a los transeúntes. Él sabe bien lo complejo que puede resultar ser el responsable de la seguridad de una organización. Es guardia desde hace 7 años. “Primero ingresé a una empresa que me entrevistó y al día siguiente ya me llamó a trabajar. No me dieron ninguna preparación. En la segunda empresa sí me capacitaron antes y eso me ha servido de mucho”, recuerda.
Pintado pone en limpio su experiencia y dice que lo más útil de su entrenamiento fueron los talleres de atención al cliente. Hasta ahora no ha tenido que enfrentarse a la delincuencia, pero sí ha debido lidiar con las personas que frecuentan las empresas en las que hace la guardianía. Manejar el estrés de las personas es una de las muchas pruebas de fuego que Pintado y sus compañeros deben superar.
“Nuestro lema es salvaguardar la vida ante todo”, reflexiona Santacruz. Su comentario encuentra asidero en varias anécdotas en las que los guardias de su empresa, sin titubear, han tomado decisiones asertivas en favor de la integridad de otras personas.
“Nuestro lema es salvaguardar la vida ante todo”
Fernando Santacruz, Gerente G4S
Una vez más la calidad humana sale a colación. Y es que un aspirante puede tener condiciones físicas y responder a un entrenamiento en destrezas, pero si no tolera la intensidad mental y emocional que demanda este tipo de trabajo, es probable que no llegue al final de su entrenamiento. De hecho, entre las pruebas que se aplican a los candidatos están las de violencia, estabilidad emocional, madurez mental, habilidades sociales, entre otras.
Guido conoce aquellas pruebas, porque las pasó todas. Su esposa, Carina Tigre, teme que en algún momento algo inesperado ocurra, pero se encomienda al Dios de su credo todas las mañanas y confía en la capacidad de su compañero. “Ha sido reconocido en el trabajo por su buen carácter y su temple para resolver amablemente cualquier situación”. La familia también se adecua a la modalidad de trabajo de un guardia de seguridad. Cuando Guido trabaja en las noches, cuenta su esposa, no ve mucho a su hijo Noe, de 5 años, porque debe descansar en todo el día. Sin embargo, “estamos consientes de que así es este trabajo y lo apoyamos”.
Una ley que regula los procesos de selección
En la actualidad, varios métodos para elegir a un guardia de seguridad están automatizados, lo cual permite que se filtre objetivamente alrededor de un 50% de aspirantes. Por ejemplo, personas con limitaciones auditivas, visuales o de movilidad no son aptas para este trabajo que requiere, además de la calidad humana y el temple, un físico adiestrado para situaciones extremas. Tampoco aplican personas con sentencias ejecutoriadas o quienes no tengan bachillerato. Así lo contempla la Ley de Vigilancia y Seguridad Privada de Ecuador y su Reglamento.
La ley también considera una serie de protecciones para las personas que ejercen como guardias. Observa, por ejemplo, que cuenten con una póliza de seguros de vida y accidentes que tenga cobertura por muerte accidental, incapacidad total y permanente, por un valor de, al menos, 50 mil dólares.
El dato
- En países como España la profesión de guardia de seguridad es bastante rentable. En Internet se encuentran empresas de reclutamiento que alientan a tomar esta profesión.
- Dependiendo del país de Europa en el que se ejerza los salarios van desde los 1200 a los 3500 euros.
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