Desnutrición crónica infantil en Ecuador: La realidad que debes conocer
En Ecuador, uno de cada cinco niños menores de dos años sufre de desnutrición crónica, una tragedia silenciosa que afecta sus vidas y su futuro.
Mujer indígena ecuatoriana cargando a un bebé.
Cortesía Fundación Redni
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La desnutrición crónica infantil en Ecuador es una crisis que, aunque históricamente invisibilizada, hoy se reconoce como un grave problema social. Según datos recientes, el 20.1 % de los niños menores de dos años sufren de desnutrición crónica, una cifra alarmante en comparación con el promedio sudamericano del 9 %.
“Es clave entender que la desnutrición crónica no es solo un indicador de salud, es un indicador de competitividad”.
Adriana Apolo, gerente de comunicación de Fundación Redni
La falta de medición y atención a este problema ha significado que, durante mucho tiempo, no se pudiera mejorar. Sin embargo, desde el año pasado, se ha comenzado a medir de manera sistemática a través de la Encuesta Nacional sobre Desnutrición Infantil (ENDI).
Impacto en la salud y desarrollo infantil
La desnutrición crónica en los primeros años de vida tiene consecuencias devastadoras para la salud y el desarrollo infantil. Los niños que padecen esta condición tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades infecciosas, deficiencias en el avance cognitivo y dificultades de aprendizaje. Estas limitaciones afectan su rendimiento escolar y, posteriormente, su capacidad para acceder a oportunidades laborales, perpetuando el ciclo de pobreza y desigualdad en el Ecuador.
“Muchos infantes abandonan la escuela debido a dificultades cognitivas que afectan su capacidad de aprendizaje, lo que incrementa la tasa de deserción escolar al sentirse desmotivados y sin energía para continuar”.
En este contexto, Fundación Redni ha lanzado la campaña “Dale Alegría”. Esta busca devolver la felicidad que los pequeños merecen, brindándoles una salud integral que les permita sonreír, ser felices y crecer plenamente.
- “Es una propuesta que trae esperanza y optimismo en un momento tan complicado como el que vive el país actualmente. Al atender las necesidades básicas de la primera infancia, podemos construir un mejor Ecuador”.
Adriana Apolo
Foto: David Arcos/ Redacción Comercial
La iniciativa no solo busca sensibilizar y concienciar a la población, sino también llamar a la acción para tomar medidas de prevención.
¿Cómo combatir la desnutrición crónica infantil?
Luchar contra la desnutrición crónica requiere un enfoque integral y colaborativo. Es así que, tanto la ciudadanía como las instituciones públicas y privadas deben unir esfuerzos que beneficien a las futuras generaciones del Ecuador.
“Queremos reforzar la idea de que la desnutrición no es solo una cuestión de escasez de alimentos. Es esencial reconocer que es un problema multifactorial que debe ser abordado desde todos los sectores”.
Por ejemplo, el gobierno, junto con organizaciones internacionales y la sociedad civil, debe liderar esta lucha. Las políticas públicas enfocadas en la nutrición materno-infantil, los programas de apoyo alimentario y las campañas de concienciación son cruciales. La colaboración entre todos los sectores es esencial para disminuir la desnutrición crónica al 10 % para 2030.
¿Qué podemos hacer desde casa para reducir la desnutrición?
Uno de los enfoques clave que Redni destaca es la importancia de los primeros 1000 días de vida, que abarcan desde la gestación hasta los dos años de edad. “Es una ventana de oportunidad decisiva porque en esta fase se desarrolla el 80 % del cerebro de un niño”, destaca Apolo. Los infantes que no reciben los cuidados adecuados en esta etapa no solo enfrentan problemas de crecimiento, sino que también pueden tener impactos negativos en su futuro.
“No solo tendrán menor peso y estatura, el impacto a nivel cognitivo puede ser profundo y con consecuencias para toda la vida”.
Según datos de Redni, aproximadamente 50.000 niños padecen desnutrición crónica en el país. Por lo tanto, es fundamental que durante la primera infancia las familias, padres y madres asuman responsabilidades. “No se trata únicamente de cuidarlos y alimentarlos, sino de reconocer su derecho intrínseco como seres humanos a recibir cuidado y acceso a servicios básicos“.
Acciones desde el hogar
Desde casa, existen diversas medidas que pueden contribuir a evitar la desnutrición crónica. Apolo menciona cinco ejes de cuidado y protección que Fundación Redni promueve:
- Lactancia materna: Según UNICEF, la lactancia materna es esencial para el óptimo crecimiento infantil, ya que proporciona el alimento más completo, sirve como la primera vacuna contra enfermedades e infecciones y actúa como un escudo contra la desnutrición. Se recomienda la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses y continuarla hasta los dos años o más, de acuerdo con las directrices de la OMS.
- Alimentación complementaria: Es determinante para el desarrollo infantil introducir alimentos variados y ricos en proteínas a partir de los seis meses. La Asociación Española de Pediatría recomienda empezar con comidas especialmente ricas en hierro y zinc. Además, es importante evitar añadir sal, azúcar o edulcorantes durante este período.
- Cuidado con amor y respeto: Los infantes necesitan afecto constante en esta primera etapa, ya sea de sus padres o de su entorno cuidador. Esto es significativo para su salud, pues previene el estrés crónico, que afecta su apetito y absorción de nutrientes.
- Vacunación y controles pediátricos: Cuando los niños se enferman con frecuencia, tienen dificultades para aumentar de peso y talla, lo que los pone en una situación de desventaja.
- Acceso a agua segura y saneamiento: Esto implica prácticas domésticas como hervirla, asegurarse de que esté almacenada correctamente y otras medidas que garantizan su higiene y buen estado.
Otro punto fundamental es proporcionar apoyo nutricional y médico a las mujeres embarazadas para asegurar el desarrollo saludable del feto. “Promovemos que acudan a un mínimo de cinco controles médicos durante esta etapa”, señala Apolo.
La meta es clara: reducir la desnutrición crónica en Ecuador. Para lograrlo, es necesario un esfuerzo colectivo de todos.“Como ecuatorianos, tenemos que ver esta crisis no solo como un gran problema, sino también como una gran oportunidad de transformación”, concluye Adriana Apolo. “Pensar en el bienestar de nuestros niños es pensar en el futuro de nuestro país.”
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