Ucrania asegura que rusos utilizan armas de racimo prohibidas
Los bombardeos han dejado este 19 de marzo decenas de muertos en varias ciudades de Ucrania, mientras Rusia emplea armamento cada vez más sofisticado.
Un hombre trata de rescatar algo de sus pertenencias tras un bombardeo ruso en Kiev, el 19 de marzo de 2022.
EFE
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El alcalde de Mikolaev, Alexander Senkevich, informó de un bombardeo lanzado desde la región de Jersón y que habría causado "decenas" de víctimas mortales en Ucrania.
Según el alcalde no hubo tiempo de activar la alarma antiaérea. Parte de los muertos son militares, algunos medios hablan de 40.
Mientras que en los alrededores de Kiev han muerto al menos siete civiles y cinco han sido hospitalizados después de que los rusos, según la policía regional de Kiev, bombardearon zonas residenciales.
También en la región de Donezk, Mariupol, Avdiivka, Kramatorsk, Pokrovsk, Novoselydivka, Verkhnotoretske, Krymka y Stepne se han reportado varios ataques a lugares residenciales.
El ejército ruso bombardeó pueblos y aldeas con aviones, cohetes y artillería pesada, según Ucrania. Y el Gobierno denuncia el uso de armas de racimo, prohibidas por la comunidad internacional.
Según las Naciones Unidas, estas armas se fragmentan en explosivos más pequeños en un radio muy amplio. Y como no siempre estallan al momento pueden causar más víctimas civiles.
Rusia emplea misiles hipersónicos
Pese a las crecientes sanciones internacionales, Rusia continúa sus ataques y utiliza por primera vez en el país vecino misiles hipersónicos Kinzhal. Se trata de una de sus armas más modernas y que fueron usadas para golpear un almacén militar en el oeste ucraniano.
El Ministerio de Defensa ruso confirmó el ataque a este depósito subterráneo con misiles y munición aérea en la localidad de Deliatin, en el oeste de Ucrania.
Los misiles hipersónicos rusos de alta precisión se presentaron al mundo en marzo de 2018, cuando se efectuó también el primer ensayo con esa arma. Según Moscú, es capaz de burlar cualquier escudo antimisiles.
Tienen un alcance de más de 2.000 kilómetros y una velocidad 10 veces mayor que la del sonido.
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