Occidente teme que Afganistán se convierta otra vez en un santuario del terrorismo
Aunque los talibanes se comprometieron a cortar sus nexos con el terrorismo, yihadistas de todo el mundo alistan maletas para viajar a Afganistán.
Talibanes celebraron en las calles la salida oficial de Estados Unidos de Afganistán, el 1 de septiembre de 2021.
EFE
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El próximo sábado se cumplen 20 años de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono, tal cual ocurrió hace dos décadas, vuelve las miradas hacia Afganistán.
Líderes occidentales y analistas de seguridad temen que el regreso al poder de los talibanes convierta otra vez a Afganistán en un refugio de terroristas.
El extinto líder de Al-Qaeda, Osama Bin Laden, planeó los atentados del 11 de septiembre de 2001 desde Afganistán, protegido por los talibanes que entonces gobernaban el país.
Con este antecedente, la Unión Europea (UE) impuso condiciones para dialogar con los talibanes: respeto a los derechos humanos y evitar que Afganistán se convierta en un santuario para los terroristas.
"Algunos dirán que los talibanes no cumplirán las condiciones. Veremos", dijo
el alto representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell.
El diplomático agregó que la UE iniciará una "plataforma política regional de cooperación" con los países vecinos de Afganistán. El objetivo de esta propuesta es evitar la "propagación de terrorismo".
En la misma línea se expresaron el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson y el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.
Al-Qaeda ya está en Kabul
La reciente victoria talibán ha despertado el interés de yihadistas de todo el mundo, que quieren viajar a Afganistán en busca de entrenamiento. El principal peligro es una reconstitución de Al-Qaeda y eventuales atentados en Europa, Estados Unidos o sus intereses.
En declaraciones a la BBC, Sajjan Gohel, analista de la Fundación Asia Pacífico, dijo que es probable que entre 200 y 500 miembros de Al-Qaeda ya estén en Afganistán. Y un reciente informe de Naciones Unidas advirtió sobre vínculos entre esta red terrorista y los talibanes.
El 29 de febrero de 2020, el gobierno de Donald Trump y los talibanes firmaron los acuerdos de Doha. En el documento, Estados Unidos se compromete a retirar sus tropas de Afganistán a cambio de que los talibanes negocien la paz con el extinto gobierno de su país y renuncien a sus vínculos con el terrorismo.
Pero los talibanes nunca cumplieron el primer punto. De hecho lanzaron una ofensiva que los llevó a derrotar al gobierno afgano apoyado por Estados Unidos. Por eso ahora sus compromisos están en tela de duda.
Otra amenaza: Estado Islámico
Al-Qaeda no es la única amenaza, también está el Estados Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). De hecho, fue esta última organización la que ejecutó el ataque al aeropuerto de Kabul el pasado 26 de agosto y que dejó 170 muertos, entre ellos 13 soldados estadounidenses.
La comunidad internacional aún tiene dos herramientas de presión por fuera del uso de la fuerza. La primera es que ISIS rivaliza con los talibanes en el propio Afganistán por lo que no tolerarían su presencia.
Lo segundo es la necesidad humanitaria del país, que va desde alimentos, insumos médicos y hasta recursos para mantener operativo el gobierno. En esa línea, Borrell y otros dirigentes europeos advirtieron que los talibanes deben cooperar si es que quieren que la ayuda fluya. Todo dependerá de lo que hagan los nuevos dirigentes afganos.
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