Guayaquil condecora a mujeres venezolanas que frustraron asalto
Las jóvenes se enfrentaron a un ladrón armado que intentó robarles en su negocio. Pensaron en que podrían perder sus pasaportes y decidieron actuar para defenderse.
Las ciudadanas venezolanas en el Salón de la Ciudad, en Guayaquil, donde fueron homenajeados por el concejo municipal.
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El 25 de enero, las ciudadanas venezolanas Ana Galay y Stephanie Rodríguez estaban por cerrar el taller mecánico en el que trabajan, al norte de Guayaquil.
Ambas y el hermano de Ana llevan alrededor de un año viviendo en Ecuador.
Tomaron la decisión de migrar, vendieron todo en Venezuela y acumularon un pequeño capital. Eso les ayudó para montar el taller mecánico. Stephanie, Ana y el hermano de esta trabajan en el local.
Aquel sábado, cuando estaban a punto de cerrar se acercó un cliente. Le indicaron que ya estaban de salida y le pidieron que regresara el lunes, pero el hombre insistió.
“Le dijimos que no podíamos, incluso mi hermano debía irse antes para atender otros compromisos”, narra Ana.
El supuesto cliente se dirigió hasta la oficina, mientras el auto se quedó en el patio con otros dos pasajeros que fueron atendidos por el hermano de Ana.
Lo que ocurrió en la oficina quedó grabado en la cámara de seguridad. De repente el sujeto sacó un arma y apuntó a las dos mujeres.
Les quitó los celulares y las amenazó. Allí se produjo un primer enfrentamiento en el que Ana tomó la iniciativa porque creía que era una pistola de juguete. Después supo que el arma era real.
Stephanie la calmó, y el ladrón las apuntó con el arma. Entonces, el delincuente tomó las mochilas de ambas, donde tenían sus documentos.
“Pensé en el pasaporte, en que volverlo a sacar en Venezuela era imposible. Vi que tenía una cinta y sabía que nos iba a amarrar”, cuenta la víctima.
Eso desencadenó el instinto de Ana. Ambas se unieron y golpearon al ladrón. Forcejearon con él y también recibieron golpes.
Al ver la gresca, los dos cómplices que estaban en el auto arrancaron y abandonaron al asaltante. Solo en ese momento el hermano de Ana dio cuenta de que eran víctimas de un asalto.
Pistola mala y ladrón cansado
El ladrón que quedó en el taller huyó corriendo. Los tres lo persiguieron cuatro cuadras. En el trayecto el pillo disparó contra el hermano de Ana.
El tiro de la pistola de fabricación artesanal rozó al hermano de Ana.
Los vecinos se unieron a la persecución y al final el ladrón, ya agotado, empezó a correr más lentamente. Justo en ese instante pasaba por el lugar un patrullero de la Policía que logró capturar al delincuente.
Ana y Stephanie recuperaron sus celulares e interpusieron la denuncia. El delincuente enfrenta cargos por asalto con agravantes y guarda prisión preventiva.
La valentía de ambas mujeres fue reconocida por el concejo municipal de Guayaquil.
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