Gabriel Boric asume el poder "ante el pueblo y los pueblos de Chile"
Gabriel Boric asumió el mando el viernes como el presidente más joven de la historia de Chile, iniciando un giro a la izquierda en el país sudamericano tras prometer reformas sociales y económicas y aprovechar la ola de insatisfacción de los votantes con el statu quo político.
El presidente de Chile Gabriel Boric saluda a los asistentes al Congreso Nacional luego de recibir la banda presidencial. 11 de marzo de 2022
EFE/Alberto Valdés
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Exlíder de protestas estudiantiles y legislador tatuado, que no usó corbata durante la ceremonia, Boric supone un cambio radical con respecto al multimillonario saliente Sebastián Piñera.
De 36 años recién cumplidos, ha despertado la esperanza entre los progresistas, así como el temor de que las décadas de estabilidad económica de Chile sean atacadas.
"Ante el pueblo y los pueblos de Chile, sí, prometo".
Gabriel Boric
La ceremonia tuvo lugar en la sede del Congreso en el puerto de Valparaíso, a unos 100 kilómetros al oeste de Santiago, ante un número reducido de 500 asistentes debido a la pandemia de coronavirus. Entre los invitados figuraban el presidente de Argentina, Alberto Fernández; de Ecuador, Guillermo Lasso; de Perú, Pedro Castillo y el de Bolivia, Luis Alberto Arce, así como el rey Felipe de España, entre otros.
Más temprano, un Congreso renovado inició el año legislativo y eligió a los líderes de ambas cámaras, el socialista Álvaro Elizalde en el Senado y el socialdemócrata Raúl Soto en Diputados.
Boric, a la cabeza de una amplia coalición de izquierda que incluye al Partido Comunista, ha prometido revisar un modelo económico basado en el mercado para luchar contra la desigualdad que provocó violentas protestas en 2019, aunque ha moderado su ardiente retórica en los últimos meses.
Llega al cargo -por un periodo de cuatro años- enfrentándose a una desaceleración económica, una alta inflación y un Congreso dividido que pondrá a prueba su capacidad de negociación para impulsar reformas en salud y pensiones, al tiempo que endurece la regulación medioambiental.
La ascensión de Boric marca una encrucijada para Chile, durante mucho tiempo bastión del libre mercado y la responsabilidad económica en la volátil Sudamérica. El país está reformulando su Constitución de la época de Augusto Pinochet, que ha apuntalado el crecimiento, pero a la que se acusa de fomentar la desigualdad.
El Gabinete de Boric, con mayoría de mujeres, también juró el viernes después de que él tomara la banda presidencial. También asistieron delegaciones de Estados Unidos y España.
Los pendientes del nuevo presidente
Pero las grandes esperanzas de la ciudadanía pueden chocar rápidamente con un electorado y una legislatura divididos entre la derecha y la izquierda. La delincuencia, la inmigración y los derechos de los pueblos indígenas son temas que hacen que el gobierno de Boric tenga una bandeja de entrada llena.
"Le deseo no solo el mejor de los éxitos en su futuro Gobierno", dijo el saliente Piñera en su discurso final, sino también "sabiduría para distinguir lo bueno de lo malo".
Piñera dijo que estaba preocupado por el "afán refundacional" de una asamblea que redacta una nueva Constitución, el debilitamiento del poder judicial y una postura débil frente a la delincuencia.
Carlos Ruiz, un sociólogo y académico de la Universidad de Chile mentor de Boric, dijo que el nuevo presidente tendrá que lidiar con una derecha que está redefiniéndose tras la derrota del ultraconservador José Antonio Kast en las elecciones, un Congreso con nuevas fuerzas emergiendo y una sociedad chilena con altas expectativas.
Y encontrar el consenso para impulsar reformas en materia de impuestos, medio ambiente, minería y otras.
"Ante esa tarea está Boric en este momento", señaló.
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