Líder ortodoxo lamenta el discurso anticlerical: el "Estado es laico, no ateo", dice
Decenas de líderes de diferentes religiones suscribieron la denominada Declaración de Quito.
EFE
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En una ceremonia desarrollada en el Salón de la Ciudad, representantes de corrientes del cristianismo como la católica, ortodoxa y evangélica, además de la comunidad judía, se dieron cita para apoyar esta iniciativa promovida por el Congreso Judío Latinoamericano.
La suscripción del documento pretendió emular la firma de la "Declaración de Córdoba", el 30 de octubre de 2017, con la que se proclamó el deseo de paz entre las religiones como símbolo de concordia para Latinoamérica y el Caribe.
Entre los firmantes este día figuraron el arzobispo de Quito y primado de Ecuador, Alfredo José Espinoza; el arzobispo de la Iglesia ortodoxa, Chrysóstomos, el rabino de la comunidad judía, Nir Koren, y el pastor evangélico Estuardo López.
Durante la ceremonia, que estuvo amenizada por canciones bahai y judías, el arzobispo de Quito llamó a las diferentes religiones a "caminar juntos hacia una concreta y visible unidad", y conformar así una "familia".
Parafraseando al papa Francisco, el representante católico señaló que el recorrido interreligioso debe estar plagado de paciencia, constancia, diálogo "y todo bajo la mirada de Dios, que iluminará nuestro camino".
El rabino de la comunidad judía de Quito abogó en su alocución por rescatar el concepto hebreo de paz.
"En el judaísmo, cuando hablamos sobre el concepto de paz, nos referimos a algo diferente de lo que comúnmente se entiende por paz", refirió al indicar que la palabra hebrea "shalom" procede de la misma raíz que las voces "completo" y "perfección".
Koren subrayó que la iniciativa firmada este miércoles busca fomentar el entendimiento sobre "otra forma de vivir la vida. Podemos vivirla peleados o podemos buscar la paz".
El arzobispo ortodoxo Chrysóstomos reveló que más de 2.4000 personerías jurídicas han sido invitadas a firmar el acuerdo.
La declaración, según explicó, "busca que Quito sea una zona de convivencia interreligiosa, lo que significa que nos respetamos para que cada uno pueda vivir en armonía".
Este líder religioso aprovechó la ocasión para lanzar una crítica al concepto de laicidad, que en su opinión, "se ha vuelto un tema de debate en el mundo, particularmente en América Latina, donde va más allá de la separación de Estado e Iglesia".
Censuró en ese sentido, que se haya propagado un discurso anticlerical y que el actual "Estado es laico, no ateo", al tiempo que rescató la diversidad religiosa frente a cuestiones que consideró, están ganando más peso en la sociedad, como la multiplicidad de orientaciones de género o de origen étnico.
En el evento para la firma de la "Declaración de Quito" también particiron representantes del Consejo Nacional de Libertad e Igualdad Religiosa (Conalir) y dirigentes de confraternidades con sede en la capital.
El acto contó además con la participación del embajador de Estados Unidos en Ecuador, Michael J. Fitzpatrick; el de Israel, Zeev Harel; encargados de otras representaciones diplomáticas acreditadas en el país y la directora de programas del Congreso Judío Latinoamericano, Verónica Machtey.
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