CIDH pide una investigación sobre "masacres" en Bolivia
Los militares también patrullan en cooperación con la policía.
Reuters
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Un extenso informe difundido el miércoles 11 de diciembre de 2019 califica de "masacres" las muertes de civiles en dos ciudades bolivianas, entre otras posibles violaciones de derechos humanos como "ejecuciones extrajudiciales".
El informe es resultado de una visita de observación de la CIDH por invitación del Estado boliviano entre los pasados 22 y 25 de noviembre a cuatro ciudades de Bolivia, entre ellas Sacaba y El Alto.
La comisión constata que desde los comicios del pasado 20 de octubre, que fueron luego anulados, murieron 36 personas por la violencia en el país, al menos 18 de ellas en esas dos ciudades.
Otras entidades como la Defensoría del Pueblo de Bolivia cifran en al menos una veintena los fallecidos, 10 en Sacaba el pasado 15 de noviembre y otros 10 en El Alto el 19 de ese mes.
El estudio de la CIDH advierte de que en ambos casos fuerzas conjuntas policiales y militares "habrían abierto fuego contra la población civil".
La comisión recoge que la versión oficial niega que fueran las fuerzas del orden las que dispararan, mientras que las víctimas denuncian "represión con armas de fuego".
"Estos hechos pueden caracterizarse como masacres dado el número de personas que perdieron la vida en un mismo modo, tiempo y lugar, y a que se cometieron en contra de un grupo específico de personas", detalle el informe.
Además, "los patrones de las lesiones que se han registrado ofrecen serios indicios de prácticas de ejecución extrajudicial", añade.
Investigación internacional
La CIDH fue informada también de otras muertes, incluyendo agentes de la fuerza pública, en sucesos violentos en el país.
"Se trata de hechos de violencia extremadamente graves, con aparente participación tanto de la fuerza pública como de distintos sectores sociales", subraya.
El análisis apunta a que "no es claro que la institucionalidad nacional esté en condiciones o en capacidad de cumplir con la obligación estatal internacional de investigación, juzgamiento y sanción de los responsables".
Por ello, la CIDH considera que "se trata de una situación típica en la que se plantea al Estado la necesidad de permitir la instauración de una investigación internacional independiente e imparcial sobre estos hechos".
La comisión asegura que el Gobierno interino de Bolivia de ha mostrado "plenamente de acuerdo" con una investigación internacional.
Conclusiones de la CIDH
La CIDH emite una serie de conclusiones, la primera esa investigación internacional y otras como "suspender el despliegue masivo de miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía", para "restablecerlos a sus posiciones normales en tiempos de paz".
"Desmantelar los grupos armados particulares que han ejercido la violencia contra la población civil en todo el país, del bando que sean", es otra de las recomendaciones.
La comisión rechaza además cualquier "amnistía" a quienes se considere responsables de estos hechos violentos.
El detonante fue una presunto fraude
La violencia comenzó en Bolivia al día después de los comicios en los que Morales fue proclamado vencedor para un cuarto mandato consecutivo, entre denuncias de fraude a su favor.
Un informe de la OEA del pasado 10 de noviembre advirtió graves irregularidades en las elecciones y ese día Evo Morales anunció su renuncia, denunciado un golpe de Estado para derrocarlo.
El país quedó sumido en el caos, con un vacío de poder hasta que dos días después la entonces senadora opositora Jeanine Áñez asumió el poder de forma transitoria hasta unos nuevos comicios.
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