Chile sepulta la Constitución de Pinochet en un plebiscito nacido en la calle
Decenas de personas celebran luego de conocer los resultados parciales del plebiscito constitucional, que apuntan al triunfo por una nueva Carta Magna en Chile, este 25 de octubre.
EFE / Alberto Valdes
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Chile decidió este domingo 25 de octubre redactar una nueva Constitución y enterrar su actual Ley Fundamental, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Esto en un histórico plebiscito surgido en respuesta a las protestas sociales de hace un año. Que resultaron ser la base para terminar con una constitución vista como el germen de las desigualdades que originaron las revueltas.
Los chilenos votaron abrumadoramente a favor del "Apruebo" (más del 78 % de los votos), la opción que abre un proceso constituyente. Además, eligieron que este sea absolutamente ciudadano, encargando la redacción de la nueva Carta Magna a una convención constitucional (79 % de los votos) que estará compuesta por 155 personas elegidas por votación popular solo para ese fin.
La opción del "Rechazo", que abogaba hacer reformas a partir de nuevas leyes, obtuvo casi un 22 % de los votos. La defensa de esa alternativa no quería cambiar el marco constitucional que, en su opinión, permitió el crecimiento de Chile en los últimos 30 años,
Mientras que la opción de que la nueva Ley Fundamental sea redactada por una convención mixta, integrada a partes iguales por ciudadanos y parlamentarios, consiguió cerca del 21 % de las papeletas.
Más de 14,7 millones de chilenos fueron llamados a acudir a las urnas. En una votación que se celebró en plena pandemia del nuevo coronavirus y colmada de restricciones sanitarias y protocolos para evitar posibles rebrotes.
Pese a ello, la participación superó el 50 %, el mejor porcentaje desde que el voto dejó de ser obligatorio en 2012.
La ciudadanía, la gran protagonista
El resultado pone a la ciudadanía en el centro de un proceso único. Que comenzó con la toma de las calles a partir del 18 de octubre de 2019 con masivas manifestaciones autoconvocadas, sin líderes y al margen de los partidos políticos.
Manifestaciones que buscaban un modelo socioeconómico más justo.
La rebelión ciudadana motivó a la clase política a tratar de canalizar el descontento mediante en un plebiscito.
"Hoy ha triunfado la ciudadanía y la democracia. Hoy ha prevalecido la unidad sobre la división y la paz sobre la violencia. Y esto es un triunfo de todos los chilenos que amamos la democracia, la unidad y la paz", dijo el presidente de Chile, Sebastián Piñera, sobre el resultado del plebiscito.
El presidente no se pronunció públicamente sobre el sentido de su voto y se limitó a alentar la participación. Al tiempo que pidió a su gabinete no participar en actos públicos en apoyo a ninguna de las opciones.
Las posiciones definidas
La oposición de izquierdas se mostró partidaria del cambio en todo momento.
Los cuatro partidos de derechas que integran la coalición gubernamental se mostraron divididos. Por un lado estaban los que defendían a ultranza el cambio constitucional y quienes apoyaban elaborar un nuevo Texto Fundamental.
El excanciller de Chile y presidente del opositor Partido por la Democracia (PPD), Heraldo Muñoz, dijo que el resultado alberga "mucha esperanza". Además de que es "un mandato de la ciudadanía a la política, y una oportunidad de recuperar la confianza perdida".
La senadora Jacqueline Van Rysselberghe, de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI), partido que defendió el "Rechazo", celebró que el proceso se desarrollase en paz. También dijo que trabajarán para que el cambio constitucional no parta de cero.
El fin de una era
La Constitución de Pinochet fue reformada multitud de veces durante los últimos 30 años de democracia, quedando despojada de sus enclaves autoritarios y antidemocráticas.
Pero siguió siendo el sostén del modelo neoliberal chileno. Asimismo, impedía grandes reformas estructurales como las claman los ciudadanos en salud, educación y pensiones, entre otras.
La nueva Carta Magna nacerá en democracia y acabará definitivamente con uno de los últimos reductos de la era Pinochet.
Mientras que el cambio de modelo socioeconómico dependerá de los consensos que los constituyentes alcancen.
Esta elección de constituyentes se llevará a cabo el 11 de abril de 2021. La mitad de sus integrantes serán mujeres y la otra mitad, hombres. Además, está por debatirse si habrá escaños reservados para los pueblos indígenas en la convención.
Las disposiciones del nuevo texto deberán ser aprobadas por dos tercios de los constituyentes. Lo que va a derivar en grandes acuerdos y obligará a dejar de lado las posturas más radicales.
El nuevo texto queda legitimado en origen por la elección de este domingo. Y volverá a ser sometido a referéndum, con voto obligatorio, una vez que se haya acabado de redactar. Un proceso que llevará casi dos años a partir de esta jornada.
La alta diferencia entre los resultados de las dos opciones supone un amplio respaldo para el tiempo que queda por delante hasta que la nueva Ley Fundamental esté redactada.
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